Irán se quejó a la ONU
13/10/11
Página 12
Tras las acusaciones de organizar un atentado frustrado contra un embajador saudita, el gobierno de Irán advirtió a Estados Unidos que, de conspirar en su contra, se llevará la peor parte. Teherán negó tajantemente querer asesinar a Adel al Jubeir.
Mientras tanto, el ex jefe de Inteligencia de Arabia Saudita Turk al Faisal dijo ayer que la evidencia que pesa sobre Irán como instigador de un atentado contra el embajador es abrumadora, aunque todavía no se la conoce. Ayer se lanzaron acusaciones sin mayor sustento por parte de Estados Unidos y Arabia Saudita de que la responsabilidad por el supuesto atentado venía desde altas esferas iraníes. Para ello, la agencia favorable al régimen saudita, Al Arabiya, citó fuentes oficiales anónimas que acusaban al presidente Mahmud Ahmadinejad de ser el cerebro detrás del plan. Pero analistas británicos pusieron en duda toda la acusación (ver opinión de Patrick Cockburn en esta misma página).
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, dijo que la mejor reacción ante estas acusaciones era ignorarlas. En cualquier caso, las advertencias sauditas dan cuenta de un deterioro de las relaciones entre ambas potencias de Medio Oriente. La Arabia sunnita y la Irán chiíta siempre tuvieron tensiones, las que aumentaron durante esta Primavera Arabe.
Washington descartó de plano una acción militar y dijo que el conflicto se resolvería por medio de la diplomacia. En esa modalidad las presiones mundiales comenzaron a arreciar sobre el régimen de Teherán, incluyendo sanciones contra una aerolínea iraní y negociaciones en el seno de las Naciones Unidas (ONU). Mientras las reacciones oscilaron entre la ira y el desconcierto, los embajadores de Estados Unidos en el exterior comenzaron a hacer un fuerte lobby con los países anfitriones para que tomen medidas tendientes a aislar a Irán.
En ese escenario, Irán tomó cartas en el asunto y puso sobre aviso al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y al Consejo de Seguridad sobre las consecuencias peligrosas que podrían tener las acusaciones estadounidenses en la estabilidad en el Golfo y Medio Oriente.
En una carta oficial, el embajador de Irán en la ONU, Mohamad Jazaee, llamó a los vecinos musulmanes a permanecer alerta frente a las operaciones de Estados Unidos para socavar la paz entre los países de la región. “Este procedimiento solemne y la rapidez inusual de las reacciones iraníes muestran que Irán toma el asunto muy en serio”, destacó un diplomático occidental en Teherán. El Reino Unido transmitió a Washington su apoyo para nuevas sanciones y la Unión Europea (UE) advirtió a Teherán que el asunto tendría consecuencias muy graves en caso de que se demuestren las acusaciones estadounidenses.
Sin embargo, ayer se resaltó que nunca existió un peligro comprobable para el embajador Al Jubeir, quien se suponía sería asesinado junto a decenas de otros norteamericanos –en caso de ser necesario– mientras cenaba en su restaurant predilecto. Pero los funcionarios estadounidenses insitían en mostrar “asombro” ante el plan, que atribuyeron a la rama Quds, un brazo de elite de la guardia revolucionaria iraní, responsables de las operaciones insurgentes en el exterior.
Según el prestigioso diario inglés The Independent, analistas políticos intentaban descifrar las noticias, preguntándose cuál sería el interés de Teherán de embarcarse en una acción extrema semejante. Algunos de ellos afirman que la supuesta contratación del vendedor de autos iraní-norteamericano, Mansour Arbabsiar, no coincidía con el tipo de estrategia característica de Quds.
Donde más estupor hubo fue en Texas, de donde Arbabsiar es oriundo. Allí es Jack para los amigos. David Tomscha, quien trabajaba con él en un negocio de autos de segunda mano, negó que su ex socio fuera un terrorista. “No lo imagino elaborando un plan como ése. No parecía tener un perfil político, más bien de hombre de negocios”, dijo incrédulo.
Los antecedentes de un detenido
Por Raúl Kollmann
raulkollmann@hotmail.com
La polémica entre los gobiernos de Estados Unidos e Irán se está trasladando a los hechos en sí mismos. Los funcionarios iraníes señalaron ayer que el detenido Manssur Arbabsiar, que nació en Irán pero tiene pasaporte tanto iraní como norteamericano, vive hace 30 años en Estados Unidos y tiene antecedentes penales. Respecto del hombre que supuestamente le envió dinero desde Irán y sería el jefe de la operación, Gholam Shakuri, los voceros de Teherán afirman que no han podido identificarlo hasta el momento porque las autoridades norteamericanas no han dado ningún dato concreto sobre él. “El apellido Shakuri es como Pérez o González en lengua castellana. Y la versión de que envió 100.000 dólares es directamente descabellada. Desde Irán no se puede mandar ni un solo dólar por vía bancaria, ni a Estados Unidos ni a México”, argumentan los iraníes.
El diario New York Post contó ayer que Arbabsiar es un vendedor de autos usados al que llaman Jack, sólo para simplificar, y también Scarface, porque tenía una cicatriz producto de una pelea con una mujer en los años ’80. Ya por entonces vivía en Texas e incluso cursó la universidad allí. El diario confirmó el dato que propagandizaban los iraníes ayer: Arbabsiar estuvo preso en 2001, pero no fue por robo sino por estafa. Según parece, finalmente fue absuelto. Luego fue detenido un par de veces más por usar un registro de conducir adulterado o falso. Quienes lo conocen afirman que no era religioso ni pro-iraní: “Si hizo algo, fue por dinero”, sostiene un amigo. De acuerdo con los testimonios, fracasó en los negocios y el año pasado, cuando tenía 55, se fue a vivir a Irán. Sin embargo, volvía frecuentemente a Texas, donde había formado pareja con una mujer que tiene tres hijos. The Washington Post relató ayer que los investigadores no creían de entrada que Manssur fuera realmente parte de un plan iraní. “Todo era desorganizado y curiosamente descarado. No tenía el estilo de Irán. Lo que nos convenció fueron los giros, a través de transferencias bancarias, de los 100.000 dólares.” Esta es, justamente, la evidencia que Irán rechaza en forma terminante. “Por el bloqueo, no existe la posibilidad de hacer ningún giro desde Irán en dólares. Esa es una mentira”, sostienen los iraníes.
Según los investigadores norteamericanos, Arbabsiar, por vivir en Texas, tenía negocios al otro lado de la frontera, en México, y eso lo llevó a contactar con supuestos integrantes de los Zetas. El problema es que no contactó con un narco, sino con un agente de la DEA y éste afirma que el iraní trató de comprarle, llave en mano, el asesinato del embajador saudita en Washington. Los iraníes, en cambio, suponen que el hombre de la DEA fue la punta de lanza de una operación en su contra.
Un llamado del Departamento de Estado
El Departamento de Estado de los Estados Unidos se comunicó ayer con el gobierno argentino para explicar la posición de su gobierno sin entrar en demasiados detalles sobre el presunto complot terrorista de origen iraní denunciado oficialmente el martes. Según una versión difundida por la agencia ABC News, el iraní había hablado también de futuros blancos en la Argentina. No apareció ninguna palabra sobre eso en las denuncias oficiales y portavoces de esa oficina evitaron confirmar o desmentir que haya información fehaciente que señale a la Argentina como posible objetivo de nuevos atentados. “Argentina fue uno de los países a los que llamó el subsecretario Nicholas Burns”, el número dos de Hillary Clinton, para hablar de este tema, consignó, escueta, su vocera. “Creemos que los conspiradores tenían otros objetivos –agregó–, pero pensamos que la trama ha sido completamente desmantelada.”
El plan, supuestamente orquestado por orden del gobierno iraní con participación de narcos mexicanos, tenía como fin principal el asesinato del embajador de Arabia Saudita en Washington, pero, según ABC News, incluía la mención sobre ataques contra representaciones diplomáticas sauditas e israelitas en otros puntos del globo, entre los que mencionaban a Buenos Aires. Más allá de esta versión, no hay confirmaciones ni desmentidas oficiales, ni por parte del gobierno norteamericano ni del argentino. Según pudo averiguar Página/12, el motivo del llamado de Burns, tanto ante sus interlocutores argentinos como a los que lo escucharon en otras capitales, fue ratificar la política norteamericana de “pedir más presión sobre Irán en los organismos internacionales”.
En su reciente mensaje en la Asamblea General de las Naciones Unidas, la presidenta Cristina Kirchner aceptó la propuesta de Irán de abrir un canal de diálogo –“constructivo y sincero”, aclaró– para buscar el juzgamiento de los acusados por el atentado a la AMIA. Con todo, subrayó que eso no significaba dejar de lado el reclamo para que Irán envíe a los ocho acusados por la Justicia argentina de haber participado en el ataque.
Las difíciles relaciones con Irán fueron en los últimos años uno de los puntos de contacto más fuertes entre la política exterior norteamericana y la del kirchnerismo. El llamado de Burns seguramente buscó mantenerlas más tiempo en ese lugar.
http://islammdp.blogspot.com/2011/10/iran-se-quejo-la-onu.html
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