Se abulta agenda para visita de Calderón a Washington

Se abulta agenda para visita de Calderón a Washington
Domingo, 16 de Mayo de 2010 13:21

La visita del presidente Felipe Calderón a Washington la próxima semana sobrepasará el tema de los sensibles problemas de frontera, con influjos de la Ley de Arizona y el derrame de petróleo en el Golfo de México.

México y Estados Unidos tienen ante sí la creciente situación del tráfico de drogas y armas y lavado de dinero en su extenso límite común, que en la parte norteamericana sus autoridades consideran un grave problema de seguridad nacional.

Con el fin de eliminar ese fenómeno generado por los carteles de la droga y la delincuencia organizada las dos partes pusieron en práctica desde hace casi tres años el denominado Plan Mérida sobre seguridad, que otros llaman Plan México, y cuyos resultados son puestos aun hoy en tela de juicio en uno y otro país.

Se trata de una guerra contra el crimen organizado que ha costado a México unas 23 mil muertes en lo que va de la actual administración federal desde finales del 2006, entre personas inocentes, policías, militares y pandilleros.

En un reciente discurso Calderón dijo que hablará con el presidente Barcak Obama acerca de los problemas comunes entre ambas naciones, sobre todo la violencia que genera el crimen organizado y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Expresó en esa oportunidad que precisamente el trasiego de enervantes es el principal origen histórico y social de esta grave situación, debido a que la nación vecina es la mayor consumidora de drogas del mundo.

Además de que será el punto básico de sus conversaciones oficiales con Obama, se espera que el tema centre también su intervención ante el Congreso norteamericano el jueves próximo.

Hasta hace algunas semanas cuando se anunció la visita de Calderón a Estados Unidos, se pensaba que las pláticas se encaminarían en lo fundamental hacia esa preocupante problemática.

Sin embargo, Calderón ha recibido un sin número de solicitudes para que aborde tanto en la Casa Blanca como en el Capitolio el rechazo manifiesto del gobierno mexicano a la polémica ley sobre inmigración aprobada en el estado de Arizona.

Las demandas en tal sentido se han fraguado en un amplio marco de repudio contra esa normativa entre los más diversos sectores de la sociedad mexicana, incluidas propuestas formales del Congreso de la Unión, que de manera unánime rechaza la disposición antiemigrante de esa demarcación estadounidense.

El propio Calderón en recientes declaraciones manifestó que el decreto firmado por la gobernadora Jan Brewer afecta la relación bilateral con el principal socio comercial de México.

Es un tema muy sensible en ambos lados de la frontera, pero yo sé de la voluntad del presidente Obama, y ambos estamos haciendo y haremos más para evitar que pueda afectarse verdaderamente esa relación, agregó.

Calderón recordó que además de las gestiones que se hagan en Washington ha dado órdenes a los consulados mexicanos en Arizona y en otros estados norteamericanos para coadyuvar a la protección legal de sus compatriotas.

Junto a la ley SB 1070, que afecta a alrededor de 11 millones de inmigrantes hispanos ilegales en Estados Unidos -en su mayoría mexicanos-, para analistas nacionales el tema de la mancha de petróleo tampoco podrá quedar al margen del encuentro Obama-Calderón del próximo miércoles.

Los pronunciamientos oficiales mexicanos han versado en el sentido de que por el momento el derrame de crudo en el yacimiento Deepwater, operado por la firma British Petroleum en el Golfo de México, no afecta las costas del país.

No obstante, esa preocupación ha sido abordada con la prensa por figuras de varias dependencias del ejecutivo, desde las secretarías de Marina y Medio Ambiente y Recursos Naturales, hasta de institutos dedicados a la preservación del entorno y la flora y la fauna.

En tal sentido, se han expresado hipótesis en cuanto a que puedan ocurrir cambios en la dirección del viento hacia el sur al llegar la temporada ciclónica, que arrastren la mancha negra hacia los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y la costa norte de la península de Yucatán.

Para algunos analistas estos problemas de coyunturas pudieran, sin embargo, distraer la atención, al menos en el ambiente mediático, en cuanto a las prolongadas dificultades de fondo que afectan a México en sus nexos con el otro lado del Río Bravo.

Por PL

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