From: danyal
Subject: 3rd Annual Parrillada/BBQ Event PLEASE BRING PRAYER RUGS IF YOU will be there at dhuhr
To:
Date: Friday, September 30, 2011, 6:08 AM
please bring you prayer rugs if you are going to come.
As-salaamu Alaykum Dear Brother and Sisters we would like to invite you all to our 3rd Annual Event. Please visit www.latinomuslim.org for more info.
Friday, September 30, 2011
Conferencia Internacional de Apoyo a la Intifadah Palestina
Conferencia Internacional de Apoyo a la Intifadah Palestina
Realizada en la Republica Islámica de Irán
Teherán - 24-25 de abril 2001
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año VI, N° 19, Artículo N° 1
Libros.ir
Rabî‘ Az-Zânî 1422 / Junio 2001
Dijo el Imam ‘Alî (con él sea la Paz):
Quien piensa mucho en aquello que aprendió, se afianza su conocimiento y llega a entender lo que no había entendido.
Gurar Al-Hikam, hadiz 8917.
El pueblo palestino está viviendo una etapa muy dramática bajo el fuego de Sharon, el asesino de Sabra y Shatila, y hoy, de todo el territorio Palestino.
Los ataques con mísiles que destruyen miles de casas y matan a cientos de hombres, mujeres y niños, continúan por tierra y aire. En verdad que la guerra directa con el pueblo en épocas del gobierno de Barak se ha transformado en una guerra total donde se utilizan todos los medios contra esta gente inocente: tanques, aviones, misiles, etc.
La Conferencia de Apoyo a la Intifadah Palestina fue llevada a cabo en un momento necesario y justo, cuando las Naciones Unidas no hacen nada ante las barbaridades y salvajismo del sionismo, y los países árabes se encuentran desunidos y preocupados por su propia situación de poder en el mundo. Son en su mayoría siervos de Estados Unidos, el ciego aliado del Estado de Israel. Los países europeos se mantienen pasivos olvidando aquello de la democracia y los derechos humanos, como es su costumbre cuando de musulmanes se trata. Por su parte, los norteamericanos en vez de decirle a Israel que debe respetar los derechos humanos, se pusieron muy furiosos y nerviosos y sin ninguna vergüenza dijeron que “llamamos terroristas a los países y personas que participaron en la Conferencia, y a Irán le dispondremos más sanciones económicas”. ¿Acaso esto es el primer mundo? ¡¿Esto es el liderazgo mundial?! Los religiosos cristianos no actuaron como debían actuar. Jesús –que la paz sea con él- siempre estuvo al lado de los oprimidos. Los clérigos judíos y la gente que en verdad cree en Moisés (P) tampoco actuaron debidamente. El profeta Moisés –que la paz sea con él- luchó contra el opresor Faraón y prometió a Dios Todopoderoso no constituir una ayuda y apoyo para los opresores:
«Dijo: “¡Señor mío! Por lo que me has agraciado, jamás seré apoyo para los malhechores”»
(Sagrado Corán, Surah 28, aleya 17).
El Islam, que es una doctrina completa, perfecta y universal, condena todas las formas de opresión y estos actos que realiza el régimen sionista es tiranía. En el Sagrado Corán hay órdenes de estar al lado de los oprimidos, por eso la República Islámica de Irán siempre apoyó a los palestinos y los seguirá apoyando hasta el triunfo. El líder de la Republica Islámica, Hadrat Aiatul•lah Jameneí dijo: “Es un deber islámico, histórico y de conciencia que los países islámicos, y en especial los países árabes apoyen la Intifadah. Palestina seguramente va a llegar a ver un día la desaparición del régimen sionista”.
La Conferencia en Teherán fue la respuesta al grito y llanto de los musulmanes de la Intifadah. Allí mismo el líder dijo:
“Defender a los palestinos es una obligación.”
“El camino del triunfo es el camino de hizbul•lah, no las conversaciones de paz que conducen al fracaso.”
“Nuestra arma es la unidad, la piedad y la fe en Dios.”
“Israel antes había ocupado Beirut pero hoy se encuentra por dentro arruinado y destrozado; por el contrario, la Intifadah se encuentra más preparada que nunca y nosotros la apoyamos.”
El ambiente de la Conferencia estaba impregnado de las consignas de los mártires ensangrentados de la Revolución Islámica de Irán que clamaban: “Hoy Irán, mañana Palestina”. Además, todas las delegaciones dieron su voto de confianza en apoyo a la Intifadah, para el retorno de los emigrantes, para requerir un juzgado internacional por los crímenes cometidos por el sionismo, y asimismo condenaron al régimen de Israel.
Es adecuado reflexionar en la siguiente carta que publicó el diario “El Mundo” de España, con fecha 19-5-2001, para llamar a una protesta, que nosotros traemos a continuación solo una parte de la misma:
Con Palestina.
Palestina es un pueblo que sufre, y que desearía vivir en paz.
Un pueblo que soporta ya 53 años de genocidio.
Setecientas poblaciones borradas del mapa. Más de cuatro millones de refugiados. Treinta y seis masacres constatadas por organismos internacionales independientes. Miles de secuestrados. Miles de encarcelados sin las más mínimas garantías jurídicas. Miles de torturados por un Estado que admite la tortura como un recurso legal sin que la comunidad internacional -¡oh! vieja maldita hipócrita- lo abomine por ello.
Seiscientos muertos y más de 20.000 heridos desde el comienzo de la segunda Intifada. Incesantes asentamientos ilegales. Más y más viviendas demolidas a sangre y saña.
¿Qué hace falta para que la Justicia más elemental encuentre algún resquicio para morar en aquella santa tierra?
Hace falta que Israel deje de ser la niña mimada de Washington y que se vea obligada a aplicar las resoluciones de Naciones Unidas.
Quiera que no. Por la fuerza, si se tercia.
Hace falta que la Unión Europea deje de hacer declaraciones enfáticas y huecas. Que renuncie a considerar que hay terroristas de primera y de segunda, y que se decida de una vez por todas a llamar terroristas también a los de primera.
Javier Ortiz
Que Dios haga realidad lo que todos los hombres justos del mundo y los participantes de la Conferencia pidieron, esto es, el triunfo de la Intifadah de los musulmanes en Palestina.
Huyyatulislam Mohsen Rabbani
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain19.pdf
Realizada en la Republica Islámica de Irán
Teherán - 24-25 de abril 2001
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año VI, N° 19, Artículo N° 1
Libros.ir
Rabî‘ Az-Zânî 1422 / Junio 2001
Dijo el Imam ‘Alî (con él sea la Paz):
Quien piensa mucho en aquello que aprendió, se afianza su conocimiento y llega a entender lo que no había entendido.
Gurar Al-Hikam, hadiz 8917.
El pueblo palestino está viviendo una etapa muy dramática bajo el fuego de Sharon, el asesino de Sabra y Shatila, y hoy, de todo el territorio Palestino.
Los ataques con mísiles que destruyen miles de casas y matan a cientos de hombres, mujeres y niños, continúan por tierra y aire. En verdad que la guerra directa con el pueblo en épocas del gobierno de Barak se ha transformado en una guerra total donde se utilizan todos los medios contra esta gente inocente: tanques, aviones, misiles, etc.
La Conferencia de Apoyo a la Intifadah Palestina fue llevada a cabo en un momento necesario y justo, cuando las Naciones Unidas no hacen nada ante las barbaridades y salvajismo del sionismo, y los países árabes se encuentran desunidos y preocupados por su propia situación de poder en el mundo. Son en su mayoría siervos de Estados Unidos, el ciego aliado del Estado de Israel. Los países europeos se mantienen pasivos olvidando aquello de la democracia y los derechos humanos, como es su costumbre cuando de musulmanes se trata. Por su parte, los norteamericanos en vez de decirle a Israel que debe respetar los derechos humanos, se pusieron muy furiosos y nerviosos y sin ninguna vergüenza dijeron que “llamamos terroristas a los países y personas que participaron en la Conferencia, y a Irán le dispondremos más sanciones económicas”. ¿Acaso esto es el primer mundo? ¡¿Esto es el liderazgo mundial?! Los religiosos cristianos no actuaron como debían actuar. Jesús –que la paz sea con él- siempre estuvo al lado de los oprimidos. Los clérigos judíos y la gente que en verdad cree en Moisés (P) tampoco actuaron debidamente. El profeta Moisés –que la paz sea con él- luchó contra el opresor Faraón y prometió a Dios Todopoderoso no constituir una ayuda y apoyo para los opresores:
«Dijo: “¡Señor mío! Por lo que me has agraciado, jamás seré apoyo para los malhechores”»
(Sagrado Corán, Surah 28, aleya 17).
El Islam, que es una doctrina completa, perfecta y universal, condena todas las formas de opresión y estos actos que realiza el régimen sionista es tiranía. En el Sagrado Corán hay órdenes de estar al lado de los oprimidos, por eso la República Islámica de Irán siempre apoyó a los palestinos y los seguirá apoyando hasta el triunfo. El líder de la Republica Islámica, Hadrat Aiatul•lah Jameneí dijo: “Es un deber islámico, histórico y de conciencia que los países islámicos, y en especial los países árabes apoyen la Intifadah. Palestina seguramente va a llegar a ver un día la desaparición del régimen sionista”.
La Conferencia en Teherán fue la respuesta al grito y llanto de los musulmanes de la Intifadah. Allí mismo el líder dijo:
“Defender a los palestinos es una obligación.”
“El camino del triunfo es el camino de hizbul•lah, no las conversaciones de paz que conducen al fracaso.”
“Nuestra arma es la unidad, la piedad y la fe en Dios.”
“Israel antes había ocupado Beirut pero hoy se encuentra por dentro arruinado y destrozado; por el contrario, la Intifadah se encuentra más preparada que nunca y nosotros la apoyamos.”
El ambiente de la Conferencia estaba impregnado de las consignas de los mártires ensangrentados de la Revolución Islámica de Irán que clamaban: “Hoy Irán, mañana Palestina”. Además, todas las delegaciones dieron su voto de confianza en apoyo a la Intifadah, para el retorno de los emigrantes, para requerir un juzgado internacional por los crímenes cometidos por el sionismo, y asimismo condenaron al régimen de Israel.
Es adecuado reflexionar en la siguiente carta que publicó el diario “El Mundo” de España, con fecha 19-5-2001, para llamar a una protesta, que nosotros traemos a continuación solo una parte de la misma:
Con Palestina.
Palestina es un pueblo que sufre, y que desearía vivir en paz.
Un pueblo que soporta ya 53 años de genocidio.
Setecientas poblaciones borradas del mapa. Más de cuatro millones de refugiados. Treinta y seis masacres constatadas por organismos internacionales independientes. Miles de secuestrados. Miles de encarcelados sin las más mínimas garantías jurídicas. Miles de torturados por un Estado que admite la tortura como un recurso legal sin que la comunidad internacional -¡oh! vieja maldita hipócrita- lo abomine por ello.
Seiscientos muertos y más de 20.000 heridos desde el comienzo de la segunda Intifada. Incesantes asentamientos ilegales. Más y más viviendas demolidas a sangre y saña.
¿Qué hace falta para que la Justicia más elemental encuentre algún resquicio para morar en aquella santa tierra?
Hace falta que Israel deje de ser la niña mimada de Washington y que se vea obligada a aplicar las resoluciones de Naciones Unidas.
Quiera que no. Por la fuerza, si se tercia.
Hace falta que la Unión Europea deje de hacer declaraciones enfáticas y huecas. Que renuncie a considerar que hay terroristas de primera y de segunda, y que se decida de una vez por todas a llamar terroristas también a los de primera.
Javier Ortiz
Que Dios haga realidad lo que todos los hombres justos del mundo y los participantes de la Conferencia pidieron, esto es, el triunfo de la Intifadah de los musulmanes en Palestina.
Huyyatulislam Mohsen Rabbani
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain19.pdf
Thursday, September 29, 2011
La Moral de los Musulmanes
La Moral de los Musulmanes
Extraído del libro Un Ramo de Flores del Jardín de las Tradiciones de Ahl-ul Bait (P), compil. por Saîîed Faqîh Imânî. Trad. por Shaij Feisal Morhell
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 6
Libros.ir
Rayab 1421 / Septiembre 2000
El pecado y sus efectos
1- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
No mires lo pequeño de la falta, sino observa bien a Quién desobedeciste.
Mustadrak Al-Wasâ’il, t.11, p.330; y Bihâr Al-Anwâr, t.77, p.79.
2- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
Quien quiera saber de entre vosotros cuál es su posición ante Dios, que vea cuál es la posición de Dios ante él cuando se encuentra cometiendo pecados; es así como es su posición ante Dios, Bendito y Exaltado Sea.
Bihâr Al-Anwâr, t.70, p.18.
3- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
¿Acaso no sabéis que vuestras acciones le son expuestas, y si ve en las mismas una desobediencia le disgusta ello? Entonces, pues, no disgustéis al Mensajero de Dios, sino alegradle.
Al-Kâfî, t.1, p.219.
4- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
La poca indulgencia es el más execrable de los defectos, y precipitarse a la venganza es el mayor de los pecados.
Gurar Al-Hikam, p.235.
5- Narró Al-Asbag Ibn Nabâtah del Imam ‘Alî (P) que dijo: Dijo el Mensajero de Dios, que Dios le bendiga a él y a su familia: Cuando la ira de Dios, Imponente y Majestuoso, recae sobre una comunidad, pero (aún así) no envía sobre ella un castigo, los precios (de las mercancías) se encarecen, se acortan sus vidas, sus comerciantes no obtienen ganancia, no se desarrollan sus frutos, sus ríos no son abundantes, sus lluvias son retenidas, y es dominada por sus malvados.
Al-Jisâl, t.2, p.360.
6- Se narró de Abû Ya‘far (P) que dijo: Encontramos en el libro de ‘Alî (P) que dijo: Dijo el Mensajero de Dios (BP): Cuando se manifiesta la fornicación aumenta la muerte súbita; cuando se merma en el peso Dios les aflige con años de sequía y escasez; cuando se abstienen de pagar el zakât la tierra se abstiene de otorgar sus bendiciones consistentes en siembra, frutos y toda clase de minerales; cuando se desvían de las normas (divinas) están cooperando en base al pecado y la iniquidad; cuando quebrantan los pactos, Dios hace que sus enemigos les subyuguen; cuando cortan los lazos de parentesco las riquezas son dispuestas en manos de los malvados; cuando no ordenan el bien ni prohíben lo execrable ni siguen a los virtuosos de la gente de mi casa, Dios hace que les subyuguen sus malvados de forma tal que los virtuosos de entre ellos suplicarán pero no les será respondido.
Safînat Al-Bihâr, t.2, p.630.
7- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
Las lágrimas no se secan sino por la dureza de los corazones, y los corazones no se endurecen sino por la abundancia de pecados.
Bihâr Al-Anwâr, t.70, p.55.
8- Dijo Dios, Elevado Sea, a David (P):
¡Oh David! Albricia a los pecadores con lo vasto de Mi absoluta misericordia, la cual abarca todas las cosas, de forma que no se desesperancen de Mi misericordia; y amonesta a los bienhechores mediante el poder de Mi ira, de forma que no se ensoberbezcan por obedecerme, ya que ensoberbecerse provoca la vanidad, y la vanidad es el peor de los pecados.
Iznâ ‘Ashrîiah, p.59.
El conocimiento y su valor
9- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
El sabio y el alumno son copartícipes en la recompensa, y no hay bien para el resto de la gente.
Bihâr Al-Anwâr, t.52, p.2.
10- Dijo el Mensajero (BP).
Quien dé dictámenes a la gente sin tener conocimiento, será lo que corrompa de la religión más de lo que pueda enmendar.
Bihâr Al-Anwâr, t.2, p.121.
11- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
El valor de cada persona estriba en aquello en lo que es versado. (El valor de cada artesano se equipara a la importancia que posee la maestría que conoce. El valor de un médico equivale a la importancia de la salud. El valor de un maestro y el de un religioso equivale a la importancia del aprendizaje y de encaminar a la sociedad).
Nahy Al-Balâgah, p.482.
12- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
El conocimiento es un depósito de Dios en Su Tierra, y los sabios son los depositarios del mismo, así pues, quien actúa según su conocimiento está cumpliendo con (la confianza en base a la cual le fue conferido) ese depósito.
Bihâr Al-Anwâr, t.2, p.36.
13- Dijo el Imam Al-Bâqir (P):
Aprended el conocimiento, puesto que su aprendizaje conforma una buena acción, y requerirlo es una (forma de) adoración.
Bihâr Al-Anwâr, t.78, p.189.
14- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
El que persevera en procurar el conocimiento es como el combatiente en la causa de Dios.
Bihâr Al-Anwâr, t.1, p.179.
15- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
Observad éste vuestro conocimiento, de dónde lo tomáis.
Bihâr Al-Anwâr, t.2, p.92.
16- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
Procurad el conocimiento y adornaos con él mediante la indulgencia y la solemnidad, y sed humildes ante aquel de quien aprendéis el conocimiento.
Al-Kâfî, t.1, p.36.
17- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
Quien aprende el conocimiento y actúa en base al mismo, y cuando lo aprende lo hace por Dios, es evocado en los reinos de los cielos como excelso.
Al-Kâfî, t.1, p.35.
18- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
Lo mejor de esta vida y la del más allá está acompañado del conocimiento.
Bihâr Al-Anwâr, t.1, p.204.
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
Extraído del libro Un Ramo de Flores del Jardín de las Tradiciones de Ahl-ul Bait (P), compil. por Saîîed Faqîh Imânî. Trad. por Shaij Feisal Morhell
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 6
Libros.ir
Rayab 1421 / Septiembre 2000
El pecado y sus efectos
1- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
No mires lo pequeño de la falta, sino observa bien a Quién desobedeciste.
Mustadrak Al-Wasâ’il, t.11, p.330; y Bihâr Al-Anwâr, t.77, p.79.
2- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
Quien quiera saber de entre vosotros cuál es su posición ante Dios, que vea cuál es la posición de Dios ante él cuando se encuentra cometiendo pecados; es así como es su posición ante Dios, Bendito y Exaltado Sea.
Bihâr Al-Anwâr, t.70, p.18.
3- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
¿Acaso no sabéis que vuestras acciones le son expuestas, y si ve en las mismas una desobediencia le disgusta ello? Entonces, pues, no disgustéis al Mensajero de Dios, sino alegradle.
Al-Kâfî, t.1, p.219.
4- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
La poca indulgencia es el más execrable de los defectos, y precipitarse a la venganza es el mayor de los pecados.
Gurar Al-Hikam, p.235.
5- Narró Al-Asbag Ibn Nabâtah del Imam ‘Alî (P) que dijo: Dijo el Mensajero de Dios, que Dios le bendiga a él y a su familia: Cuando la ira de Dios, Imponente y Majestuoso, recae sobre una comunidad, pero (aún así) no envía sobre ella un castigo, los precios (de las mercancías) se encarecen, se acortan sus vidas, sus comerciantes no obtienen ganancia, no se desarrollan sus frutos, sus ríos no son abundantes, sus lluvias son retenidas, y es dominada por sus malvados.
Al-Jisâl, t.2, p.360.
6- Se narró de Abû Ya‘far (P) que dijo: Encontramos en el libro de ‘Alî (P) que dijo: Dijo el Mensajero de Dios (BP): Cuando se manifiesta la fornicación aumenta la muerte súbita; cuando se merma en el peso Dios les aflige con años de sequía y escasez; cuando se abstienen de pagar el zakât la tierra se abstiene de otorgar sus bendiciones consistentes en siembra, frutos y toda clase de minerales; cuando se desvían de las normas (divinas) están cooperando en base al pecado y la iniquidad; cuando quebrantan los pactos, Dios hace que sus enemigos les subyuguen; cuando cortan los lazos de parentesco las riquezas son dispuestas en manos de los malvados; cuando no ordenan el bien ni prohíben lo execrable ni siguen a los virtuosos de la gente de mi casa, Dios hace que les subyuguen sus malvados de forma tal que los virtuosos de entre ellos suplicarán pero no les será respondido.
Safînat Al-Bihâr, t.2, p.630.
7- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
Las lágrimas no se secan sino por la dureza de los corazones, y los corazones no se endurecen sino por la abundancia de pecados.
Bihâr Al-Anwâr, t.70, p.55.
8- Dijo Dios, Elevado Sea, a David (P):
¡Oh David! Albricia a los pecadores con lo vasto de Mi absoluta misericordia, la cual abarca todas las cosas, de forma que no se desesperancen de Mi misericordia; y amonesta a los bienhechores mediante el poder de Mi ira, de forma que no se ensoberbezcan por obedecerme, ya que ensoberbecerse provoca la vanidad, y la vanidad es el peor de los pecados.
Iznâ ‘Ashrîiah, p.59.
El conocimiento y su valor
9- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
El sabio y el alumno son copartícipes en la recompensa, y no hay bien para el resto de la gente.
Bihâr Al-Anwâr, t.52, p.2.
10- Dijo el Mensajero (BP).
Quien dé dictámenes a la gente sin tener conocimiento, será lo que corrompa de la religión más de lo que pueda enmendar.
Bihâr Al-Anwâr, t.2, p.121.
11- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
El valor de cada persona estriba en aquello en lo que es versado. (El valor de cada artesano se equipara a la importancia que posee la maestría que conoce. El valor de un médico equivale a la importancia de la salud. El valor de un maestro y el de un religioso equivale a la importancia del aprendizaje y de encaminar a la sociedad).
Nahy Al-Balâgah, p.482.
12- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
El conocimiento es un depósito de Dios en Su Tierra, y los sabios son los depositarios del mismo, así pues, quien actúa según su conocimiento está cumpliendo con (la confianza en base a la cual le fue conferido) ese depósito.
Bihâr Al-Anwâr, t.2, p.36.
13- Dijo el Imam Al-Bâqir (P):
Aprended el conocimiento, puesto que su aprendizaje conforma una buena acción, y requerirlo es una (forma de) adoración.
Bihâr Al-Anwâr, t.78, p.189.
14- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P):
El que persevera en procurar el conocimiento es como el combatiente en la causa de Dios.
Bihâr Al-Anwâr, t.1, p.179.
15- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
Observad éste vuestro conocimiento, de dónde lo tomáis.
Bihâr Al-Anwâr, t.2, p.92.
16- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
Procurad el conocimiento y adornaos con él mediante la indulgencia y la solemnidad, y sed humildes ante aquel de quien aprendéis el conocimiento.
Al-Kâfî, t.1, p.36.
17- Dijo el Imam As-Sâdiq (P):
Quien aprende el conocimiento y actúa en base al mismo, y cuando lo aprende lo hace por Dios, es evocado en los reinos de los cielos como excelso.
Al-Kâfî, t.1, p.35.
18- Dijo el Mensajero de Dios (BP):
Lo mejor de esta vida y la del más allá está acompañado del conocimiento.
Bihâr Al-Anwâr, t.1, p.204.
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
Wednesday, September 28, 2011
3rd Annual Parrillada/BBQ Event UPDATE
From: danyal
Subject: 3rd Annual Parrillada/BBQ Event UPDATE
To:
Date: Wednesday, September 28, 2011, 7:16 AM
ASWRWB
I just wanted to give you guys an update as to we have so far and what we intending on having, and what we need. Also insha allah we will try to have the list of the day's activities.
Main Dish (Everything is Halal)
1. Ranchera Meat 25lbs
2. Chicken (leg and thigh) 80lbs
3. beef hot dogs 112ct (Purchased)
The ranchera meat and the chicken will be ordered on friday morning and picked up saturday morning.
Additional Items Purchased
1. 2 Montecito Round Corn Tortilla Chips 4lbs
2. 3 Chafer Tray Set (To keep the beans and rice warm)
3. 200 plates, 420 cups, 500 forks, 1080 napkins
4. 1 Drink Bucket (to keep the drink nice and cold)
5. 120 hot dog buns, 3 Ketchup bottles, 1 Mayonnaise , 2 Mustard bottles
6. Beans and Rice (The Cabral/Al Maghribi Family have offered to cook frijoles de la hoya y arroz mexicano)
7. salad (ken godoy)
Items which we intend to have
1. 10 Gallons of Water (with dispenser)
2. 5 Gallons of Jamaica
3. 5 Gallons of Horchata
4. soft drinks (Ruben Morales and Family have pledge their donation)
5. Salsa Verde and Salsa Roja (Doña Simona Ramirez aka Daniel's mom)
6. Indonesian/Dutch Mac and Cheese aka Macaroni Schotel The Ramirez/Lubis Family
7. ION TAILGATE PORTABLE PA SYSTEM $110
Items we need
1. Soft Drinks
2. Relish
3. we need some little bowls to put the salsa into and the chips as well at each table
4. ION TAILGATE PORTABLE PA SYSTEM $110 Brother Ken :P
5. Cash lol
Location update the place that we have chosen seats up approximately 128 people. In chase their are more people who show up we get an additional place in order accommodate the people.
At this point we need some cash donations in order to buy the remaining items or simply purchase them your selve
We would like to thank the following people for their cash donations.
Sister Martha Khadija Galledary
Gustavo Ruiz
Richard Silva
Abdullah Flores
Mujahid de Luna
and My Self lol.
As-salaamu Alaykum Dear Brother and Sisters we would like to invite you all to our 3rd Annual Event. Please visit http://www.latinomuslim.org/ for more info.
Subject: 3rd Annual Parrillada/BBQ Event UPDATE
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Date: Wednesday, September 28, 2011, 7:16 AM
ASWRWB
I just wanted to give you guys an update as to we have so far and what we intending on having, and what we need. Also insha allah we will try to have the list of the day's activities.
Main Dish (Everything is Halal)
1. Ranchera Meat 25lbs
2. Chicken (leg and thigh) 80lbs
3. beef hot dogs 112ct (Purchased)
The ranchera meat and the chicken will be ordered on friday morning and picked up saturday morning.
Additional Items Purchased
1. 2 Montecito Round Corn Tortilla Chips 4lbs
2. 3 Chafer Tray Set (To keep the beans and rice warm)
3. 200 plates, 420 cups, 500 forks, 1080 napkins
4. 1 Drink Bucket (to keep the drink nice and cold)
5. 120 hot dog buns, 3 Ketchup bottles, 1 Mayonnaise , 2 Mustard bottles
6. Beans and Rice (The Cabral/Al Maghribi Family have offered to cook frijoles de la hoya y arroz mexicano)
7. salad (ken godoy)
Items which we intend to have
1. 10 Gallons of Water (with dispenser)
2. 5 Gallons of Jamaica
3. 5 Gallons of Horchata
4. soft drinks (Ruben Morales and Family have pledge their donation)
5. Salsa Verde and Salsa Roja (Doña Simona Ramirez aka Daniel's mom)
6. Indonesian/Dutch Mac and Cheese aka Macaroni Schotel The Ramirez/Lubis Family
7. ION TAILGATE PORTABLE PA SYSTEM $110
Items we need
1. Soft Drinks
2. Relish
3. we need some little bowls to put the salsa into and the chips as well at each table
4. ION TAILGATE PORTABLE PA SYSTEM $110 Brother Ken :P
5. Cash lol
Location update the place that we have chosen seats up approximately 128 people. In chase their are more people who show up we get an additional place in order accommodate the people.
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Sister Martha Khadija Galledary
Gustavo Ruiz
Richard Silva
Abdullah Flores
Mujahid de Luna
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El Vínculo entre la Moral y la Fe
El Vínculo entre la Moral y la Fe
Preparado por la oficina doctrinal-política de Los Guardias Revolucionarios de la R.I.I
Traducción del persa: Shaij Mahmud Aid
Director de la Mezquita Ash-Shahîd - Tucuman - Argentina
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 5
Libros.ir
Rayab 1421 / Septiembre 2000
El rasgo que distingue al hombre de los demás seres vivos, es la búsqueda de la perfección como consecuencia de su formación intelectual y su educación. Basándose en la guía instintiva que Dios ha dispuesto en su creación, transita su propio camino para llegar a una completitud adecuada y acorde con él. Pero el hombre puede llegar a alcanzar grados más elevados cuando prepara el camino del crecimiento y la perfección bajo la sombra de la fe; y es esta misma fe la que le otorga valor al ser humano.
Aunque desde el punto de vista de los estudiosos no musulmanes y de las escuelas humanistas, el ser humano que se adapta a las reglas es respetado, en cambio, desde la visión del Islam, la obediencia a las normas o preceptos educativos, se considerará sagrada y valiosa cuando se base en la fe en Dios.
El Sagrado Corán continuamente asocia las buenas acciones con la fe a fin de demostrar que las conductas serán dignas de valorar en tanto y en cuanto estén acompañadas de la fe. En la Sura Al ‘Asr (La Época) (103), aleyas 1 a 3 se expresa:
«¡Por la Época! * Ciertamente que el ser humano está en la perdición. * Excepto quienes crean, obren bien, se recomienden mutuamente la verdad y se recomienden mutuamente la paciencia».
Por su parte en la Sura At-Tîn (La Higuera) (95), aleya 6 dice:
«Excepto quienes crean y obren bien; para ellos hay una recompensa ininterrumpida».
¿Qué es la Fe?
La Fe es la expresión de una creencia del corazón que se manifiesta con la palabra y se realiza con los miembros corporales. A veces, en el Sagrado Corán y en los dichos (ahâdîz) se equipara a la Fe con el Islam y el objetivo de este último es el sometimiento de la palabra y todo lo exterior a la voluntad de Dios, de modo que esa convicción penetre en lo más profundo del corazón. Entre esas aleyas, la Sura Al Huyurât (Los Aposentos) (49), aleya 14 dice:
«Los beduinos dicen: “¡Creemos!” Di: “¡No habéis creído! ¡Decid, mas bien: “Hemos abrazado el Islam”! La fe no ha entrado aún en vuestros corazones. Pero, si obedecéis a Allah y a Su Enviado, no menoscabará nada vuestras obras”. Allah es Indulgente, Misericordioso».
Por su parte, Imam ‘Alî (P), en respuesta al interrogante acerca de qué es la fe, dijo:
“La fe es el conocimiento del corazón manifestado con la palabra y realizado con los miembros.”
Las buenas acciones, si no se originan en la raíz de la fe, nunca serán permanentes, ya que el origen de éstas van a indicar apariencias y signos de vanidad que, con el devenir de las condiciones sociales, también cambiarán.
En el pasado y también en la actualidad, tenemos muchos ejemplos de personas que cambian al producirse también variaciones en las circunstancias sociales, pero aquellas que sostienen su fe en Dios y realizan buenas acciones, continúan esforzándose con notable sinceridad y sin ningún tipo de ambigüedades.
Esta misma sinceridad en las acciones es lo que enaltece y son motivo de glorificación a Dios. Una prueba para ello la encontramos en la ocasión en que Imam ‘Alî y su familia (P) ofrecieron comida a los necesitados, y Dios, para destacar esta acción sincera hizo descender la Sura Al- Insân (El Ser Humano) (76), donde, en sus aleyas 8 y 9 manifiesta:
«Dan de comer por amor a Dios al pobre, al huérfano y al cautivo: * “Os damos de comer sólo por agradar a Allah. No queremos de vosotros retribución ni gratitud».
La Fe; el nexo entre el hombre y Dios
Aquello que une o relaciona al hombre con Dios es la fe en Él; éste es el único medio incuestionable por el cual el hombre ejerce su devoción y el motivo principal de su distanciamiento de la idolatría.
El Imam As-Sayyâd (P), el cuarto Imam, respecto a este tema manifestó:
“El mayor derecho que tiene Dios sobre ti, es que Le adores y que no Le asocies nada, y si lo hiciste con sinceridad, Él hará obligatorio para Sí las cuestiones de este mundo y del otro, como también protegerá y preservará para ti lo que desees de ellos.”
La devoción a Dios Único y el alejamiento de todos los ídolos y los opresores es la más básica enseñanza del Islam y de los mensajes de los profetas de Dios.
El Sagrado Corán dice en la Sura Az-Zumar (Los Tropeles) (39), aleya 11:
«(Oh Profeta), di: “Se me ha ordenado adorar a Dios rindiéndole culto sincero».
Asimismo, la devoción a Dios no es solamente ayunar, rezar y peregrinar, sino que todos los esfuerzos que realiza el musulmán tienen como último fin complacer a Dios y obedecer sus mandatos. Éstos son también actos de adoración. Por ejemplo, trabajar, estudiar, y realizar todas las actividades sociales, militares, así como la administración de la vida con esta visión e intención.
El Imam Ya‘far (P), el sexto Imam, manifestó:
“Administrar la vida de una familia, es mejor que setenta peregrinaciones preferibles.”
Una fe sincera y correcta, trae como consecuencia una devoción sincera y el alejamiento de toda forma de aparentar y egoísmo. Y bajo la sombra de esta misma fe es que el musulmán solamente adora a Dios y a Él se encomienda, y en sus actos de devoción se manifiesta el amor hacia Dios, ya que considera que es lo más adecuado para ser adorado y en consecuencia se ocupa en estos actos.
Con relación a la diferencia que existe entre los motivos que inducen al ser humano a la adoración a Dios, Imam Ya’far As-Sadiq (P) dijo:
“Ciertamente, los adoradores conforman tres grupos:
Un pueblo o grupo que adora a Dios por temor, y ésta es la adoración de los siervos.
Un grupo que adora a Dios, Elevado Sea, esperando una recompensa, y ésta es la adoración de los sirvientes.
Un grupo que adora a Dios, Majestuoso Sea, por amor a Él, y ésta es la adoración de los libres, y la más virtuosa de todas.”
El Camino para la Salvación de los Peligros
Para no caer en el peligro de asociarle algo a Dios y poder lograr la convicción acerca de Su Unicidad, debemos mantenernos bajo el liderazgo y la guía de la Casa Profética (Ahl-ul Bait), que la Paz y Bendición sean con ellos. Así es que, ante el menor descuido o negligencia, el hombre puede contaminarse con la idea de la asociación a Dios, que es un pecado imperdonable. Los Imames Infalibles (P) son la mejor guía y orientación, de manera que seguirlos nos aleja de esa asociación tanto en lo que respecta a nuestra creencia, nuestro pensamiento, nuestras acciones y actos devocionales, de manera que continuemos en el camino de la purificación y adoración exclusiva a Él.
El Corán a este respecto nos dice en la Sura Al Mâ’idah (La mesa servida), aleya 35:
«¡Creyentes! ¡Temed a Allah y buscad el medio de acercaros a Él! ¡Combatid por Su causa! Quizás así, prosperéis».
Por su parte, el Profeta Muhammad (BP) dijo:
“Los Imames de la descendencia de Al-Husain son el medio para llegar a Dios Altísimo.”
El Temor a Dios y su relación con la Fe
La fe infunde en el corazón del hombre el temor a Dios. Teniendo en cuenta que Dios es la fuente de toda misericordia y clemencia, ¿cómo es posible que debamos temerle? El temor a Dios Clemente y Justo no se equipara al temor que eventualmente se podría experimentar hacia un gobernante opresor, ya que si éstos se valen de la intimidación y de la tiranía, este miedo no es a ellos, sino a sus acciones. En cambio, el temor a Dios, es decir, a Su preciso juzgamiento y Su castigo, es consecuencia de nuestros pecados y transgresiones a los preceptos divinos. Con relación a este tema, dice el Sagrado Corán:
«Ese día los hombres surgirán en grupos, para que se les muestren sus obras…»
«Cuando les viene un signo dicen: “No creeremos hasta que se nos dé tanto cuanto se ha dado a los enviados de Allah”. Pero Allah sabe bien a quien confiar Su mensaje. La humillación ante Allah y un castigo severo alcanzarán a los pecadores por haber intrigado”.
«Pero la Hora es el tiempo que se les ha fijado y la Hora es crudelísima, amarguísima».
«¡Haced, pues, volver a nuestros padres, si es verdad lo que decís!»
El Príncipe de los Creyentes, ‘Alî (P), expresó:
“El hombre debe temer las consecuencias de sus propios pecados.”
Y agregó:
“Que ninguno de vosotros tenga esperanza, excepto de su Señor, y que no tema excepto de sus propios pecados.”
Beneficios del Sistema Moral Islámico
Luego de habernos referido al objetivo, método y contenidos de la Moral, debemos ocuparnos ahora del beneficio e influencia que ésta implica para la sociedad. La humanidad, de la misma forma que avanza en la percepción de las verdades científicas, es necesario que se esfuerce en purificar su propia alma y descubra, de ese modo, que progresa cada día en pos de su perfeccionamiento espiritual. La sociedad que avanza en el camino de la ciencia y el conocimiento pero que decae en el campo de los valores morales, es como los viajeros de un barco en medio de una tormenta que en todo momento se encuentran expuestos al peligro de naufragar y morir ahogados. Por lo tanto, los valores morales, dejando de lado la cuestión religiosa, constituyen la necesidad de una sociedad feliz y exitosa.
Imam ‘Alî (P) dice con respecto a este tema:
“Suponiendo que no tuviéramos esperanza en el paraíso, que no temiéramos del castigo ni de la recompensa, sería adecuado para nosotros que buscáramos los mejores valores morales, ya que nos guiarían al camino de la salvación.”
La ciencia y la moral son dos poderosas alas que elevan a una sociedad y la conducen hacia la felicidad y la buenaventura. En un ámbito donde sólo hay ciencia pero que carece de piedad, reinará el egoísmo, la avaricia y la ambición entre los hombres, en lugar del intelecto y la fe. Del mismo modo, en lugar de unidad, amor y afecto, reinará el odio, las violaciones y los robos. Y si en cambio existiesen valores morales y piedad sin fe, la gente contemplaría solamente lo exterior de las cosas y quedarían impedidos de percibir la realidad del mundo.
La península arábiga, antes del advenimiento del Islam, se caracterizaba por estar colmada de toda forma de maldad y corrupción, al tiempo que el temor y el odio habían echado profundas raíces. Pero luego del florecimiento del Islam, el Profeta Muhammad (BP) con la ayuda de la moral, la paciencia y un profundo sentimiento instructivo, apartó los adjetivos y cualidades negativos e inadecuados para concienciar a la comunidad acerca de la importancia de los valores morales.
Como resultado, aquella misma gente, ladrones pero también temerosos que por miedo al ejército de Abraha (rey de Yemen) abandonaron La Meca y se refugiaron en las montañas, estos mismos hombres, de tal forma adoptaron valores de vida, que se enfrentaron a la más grande potencia de su época, participaron en las guerras más peligrosas, lucharon valientemente, constituyendo una epopeya en los anales de la historia de la humanidad. Fue gracias a las perfecciones propias que la moral islámica había sembrado en sus corazones. El secreto de la felicidad y la grandeza de la humanidad debe ser encontrado en la moral y su pureza, e incluso la vida de las naciones dependen de la moral.
Un ejemplo histórico que ilustra claramente la conversión interna de una persona como resultado de la concienciación de los resultados de sus acciones, es la experiencia de Fudail.
Fudail Ibn A’iad era un iraquí que se había dirigido a Irán para unirse con un grupo de facinerosos, dedicándose al robo, al saqueo y al crimen. Llenaron de inseguridad y terror el camino a Jorasán y las autoridades no podían detenerlos por más empeño que ponían. Cada día empeoraba aún más la situación. Una vez Fudail entró a un pueblito, vio a una muchacha muy bonita que atrajo su atención. Se dirigió enseguida hacia ella, se presentó, y amenazándola le ordenó que le dijera a sus padres que esa noche lo esperaran y prepararan todo lo necesario para que él bebiera y se divirtiera. Si así no lo hicieren, mataría a todos ellos y destruiría su casa.
La muchacha fue temblando hacia su casa y les comunicó a sus padres lo sucedido. Éstos, por temor a Fudail prepararon todo lo que había ordenado y lo esperaron a que llegara. De repente, escucharon sus pasos en el techo de la casa y comenzaron a temblar de miedo, pero por más que esperaron y esperaron Fudail no bajaba. Se preguntaban qué habría sucedido, sin advertir que acababan de ser bendecidos por la misericordia de Allah.
Fudail, que incluso infundía temor a los guardianes del orden, había escuchado la recitación de algunas aleyas del Sagrado Corán que eran recitadas por un vecino en la mitad de la noche y habían producido un efecto tan positivo en su conciencia y en su corazón que a partir de entonces ya no sería la misma persona. Fudail, después de haber subido a la pared y dado unos pasos sobre el techo, se detuvo unos instantes hasta decidir qué rumbo seguir para poder huir de los oficiales del gobierno. En ese momento, uno de los vecinos comenzó la lectura del Corán después de su oración de la noche y recitó unas aleyas muy especiales y adecuadas para las circunstancias. Se trataba de Sura Al-Hadîd (El acero), aleya 16:
«¿No es hora ya de que se humillen los corazones de los creyentes ante la Amonestación de Allah y ante la Verdad revelada y de que no sean como quienes, habiendo recibido antes la Escritura, dejaron pasar tanto tiempo que se endureció su corazón? Muchos de ellos eran unos perversos».
Cuando estos versículos llegaron a oídos de Fudail comenzó a temblar, se detuvo unos segundos a pensar. Repentinamente volvió en sí y gritó: “¡Sí, sí! ¡Ese momento llegó!”. Descendió del lugar de donde se encontraba y entró a un baldío, allí mismo comenzó a suplicar a Dios Su perdón y a rogarle por sus necesidades. Fudail retornó… ¡Y qué retorno tan sagrado! Era impuro y se purificó. Era traicionero y se volvió confiable. Tenía el corazón duro como una roca y se conmovió sensiblemente.
Sura Az-Zalzalah (El terremoto), aleya 6.
Sura Al-An’âm (Los rebaños), aleya 124.
Sura Al-Qamar (La luna), aleya 46.
Sura Ad-Dujân (La humareda), aleya 36.
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
Preparado por la oficina doctrinal-política de Los Guardias Revolucionarios de la R.I.I
Traducción del persa: Shaij Mahmud Aid
Director de la Mezquita Ash-Shahîd - Tucuman - Argentina
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 5
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Rayab 1421 / Septiembre 2000
El rasgo que distingue al hombre de los demás seres vivos, es la búsqueda de la perfección como consecuencia de su formación intelectual y su educación. Basándose en la guía instintiva que Dios ha dispuesto en su creación, transita su propio camino para llegar a una completitud adecuada y acorde con él. Pero el hombre puede llegar a alcanzar grados más elevados cuando prepara el camino del crecimiento y la perfección bajo la sombra de la fe; y es esta misma fe la que le otorga valor al ser humano.
Aunque desde el punto de vista de los estudiosos no musulmanes y de las escuelas humanistas, el ser humano que se adapta a las reglas es respetado, en cambio, desde la visión del Islam, la obediencia a las normas o preceptos educativos, se considerará sagrada y valiosa cuando se base en la fe en Dios.
El Sagrado Corán continuamente asocia las buenas acciones con la fe a fin de demostrar que las conductas serán dignas de valorar en tanto y en cuanto estén acompañadas de la fe. En la Sura Al ‘Asr (La Época) (103), aleyas 1 a 3 se expresa:
«¡Por la Época! * Ciertamente que el ser humano está en la perdición. * Excepto quienes crean, obren bien, se recomienden mutuamente la verdad y se recomienden mutuamente la paciencia».
Por su parte en la Sura At-Tîn (La Higuera) (95), aleya 6 dice:
«Excepto quienes crean y obren bien; para ellos hay una recompensa ininterrumpida».
¿Qué es la Fe?
La Fe es la expresión de una creencia del corazón que se manifiesta con la palabra y se realiza con los miembros corporales. A veces, en el Sagrado Corán y en los dichos (ahâdîz) se equipara a la Fe con el Islam y el objetivo de este último es el sometimiento de la palabra y todo lo exterior a la voluntad de Dios, de modo que esa convicción penetre en lo más profundo del corazón. Entre esas aleyas, la Sura Al Huyurât (Los Aposentos) (49), aleya 14 dice:
«Los beduinos dicen: “¡Creemos!” Di: “¡No habéis creído! ¡Decid, mas bien: “Hemos abrazado el Islam”! La fe no ha entrado aún en vuestros corazones. Pero, si obedecéis a Allah y a Su Enviado, no menoscabará nada vuestras obras”. Allah es Indulgente, Misericordioso».
Por su parte, Imam ‘Alî (P), en respuesta al interrogante acerca de qué es la fe, dijo:
“La fe es el conocimiento del corazón manifestado con la palabra y realizado con los miembros.”
Las buenas acciones, si no se originan en la raíz de la fe, nunca serán permanentes, ya que el origen de éstas van a indicar apariencias y signos de vanidad que, con el devenir de las condiciones sociales, también cambiarán.
En el pasado y también en la actualidad, tenemos muchos ejemplos de personas que cambian al producirse también variaciones en las circunstancias sociales, pero aquellas que sostienen su fe en Dios y realizan buenas acciones, continúan esforzándose con notable sinceridad y sin ningún tipo de ambigüedades.
Esta misma sinceridad en las acciones es lo que enaltece y son motivo de glorificación a Dios. Una prueba para ello la encontramos en la ocasión en que Imam ‘Alî y su familia (P) ofrecieron comida a los necesitados, y Dios, para destacar esta acción sincera hizo descender la Sura Al- Insân (El Ser Humano) (76), donde, en sus aleyas 8 y 9 manifiesta:
«Dan de comer por amor a Dios al pobre, al huérfano y al cautivo: * “Os damos de comer sólo por agradar a Allah. No queremos de vosotros retribución ni gratitud».
La Fe; el nexo entre el hombre y Dios
Aquello que une o relaciona al hombre con Dios es la fe en Él; éste es el único medio incuestionable por el cual el hombre ejerce su devoción y el motivo principal de su distanciamiento de la idolatría.
El Imam As-Sayyâd (P), el cuarto Imam, respecto a este tema manifestó:
“El mayor derecho que tiene Dios sobre ti, es que Le adores y que no Le asocies nada, y si lo hiciste con sinceridad, Él hará obligatorio para Sí las cuestiones de este mundo y del otro, como también protegerá y preservará para ti lo que desees de ellos.”
La devoción a Dios Único y el alejamiento de todos los ídolos y los opresores es la más básica enseñanza del Islam y de los mensajes de los profetas de Dios.
El Sagrado Corán dice en la Sura Az-Zumar (Los Tropeles) (39), aleya 11:
«(Oh Profeta), di: “Se me ha ordenado adorar a Dios rindiéndole culto sincero».
Asimismo, la devoción a Dios no es solamente ayunar, rezar y peregrinar, sino que todos los esfuerzos que realiza el musulmán tienen como último fin complacer a Dios y obedecer sus mandatos. Éstos son también actos de adoración. Por ejemplo, trabajar, estudiar, y realizar todas las actividades sociales, militares, así como la administración de la vida con esta visión e intención.
El Imam Ya‘far (P), el sexto Imam, manifestó:
“Administrar la vida de una familia, es mejor que setenta peregrinaciones preferibles.”
Una fe sincera y correcta, trae como consecuencia una devoción sincera y el alejamiento de toda forma de aparentar y egoísmo. Y bajo la sombra de esta misma fe es que el musulmán solamente adora a Dios y a Él se encomienda, y en sus actos de devoción se manifiesta el amor hacia Dios, ya que considera que es lo más adecuado para ser adorado y en consecuencia se ocupa en estos actos.
Con relación a la diferencia que existe entre los motivos que inducen al ser humano a la adoración a Dios, Imam Ya’far As-Sadiq (P) dijo:
“Ciertamente, los adoradores conforman tres grupos:
Un pueblo o grupo que adora a Dios por temor, y ésta es la adoración de los siervos.
Un grupo que adora a Dios, Elevado Sea, esperando una recompensa, y ésta es la adoración de los sirvientes.
Un grupo que adora a Dios, Majestuoso Sea, por amor a Él, y ésta es la adoración de los libres, y la más virtuosa de todas.”
El Camino para la Salvación de los Peligros
Para no caer en el peligro de asociarle algo a Dios y poder lograr la convicción acerca de Su Unicidad, debemos mantenernos bajo el liderazgo y la guía de la Casa Profética (Ahl-ul Bait), que la Paz y Bendición sean con ellos. Así es que, ante el menor descuido o negligencia, el hombre puede contaminarse con la idea de la asociación a Dios, que es un pecado imperdonable. Los Imames Infalibles (P) son la mejor guía y orientación, de manera que seguirlos nos aleja de esa asociación tanto en lo que respecta a nuestra creencia, nuestro pensamiento, nuestras acciones y actos devocionales, de manera que continuemos en el camino de la purificación y adoración exclusiva a Él.
El Corán a este respecto nos dice en la Sura Al Mâ’idah (La mesa servida), aleya 35:
«¡Creyentes! ¡Temed a Allah y buscad el medio de acercaros a Él! ¡Combatid por Su causa! Quizás así, prosperéis».
Por su parte, el Profeta Muhammad (BP) dijo:
“Los Imames de la descendencia de Al-Husain son el medio para llegar a Dios Altísimo.”
El Temor a Dios y su relación con la Fe
La fe infunde en el corazón del hombre el temor a Dios. Teniendo en cuenta que Dios es la fuente de toda misericordia y clemencia, ¿cómo es posible que debamos temerle? El temor a Dios Clemente y Justo no se equipara al temor que eventualmente se podría experimentar hacia un gobernante opresor, ya que si éstos se valen de la intimidación y de la tiranía, este miedo no es a ellos, sino a sus acciones. En cambio, el temor a Dios, es decir, a Su preciso juzgamiento y Su castigo, es consecuencia de nuestros pecados y transgresiones a los preceptos divinos. Con relación a este tema, dice el Sagrado Corán:
«Ese día los hombres surgirán en grupos, para que se les muestren sus obras…»
«Cuando les viene un signo dicen: “No creeremos hasta que se nos dé tanto cuanto se ha dado a los enviados de Allah”. Pero Allah sabe bien a quien confiar Su mensaje. La humillación ante Allah y un castigo severo alcanzarán a los pecadores por haber intrigado”.
«Pero la Hora es el tiempo que se les ha fijado y la Hora es crudelísima, amarguísima».
«¡Haced, pues, volver a nuestros padres, si es verdad lo que decís!»
El Príncipe de los Creyentes, ‘Alî (P), expresó:
“El hombre debe temer las consecuencias de sus propios pecados.”
Y agregó:
“Que ninguno de vosotros tenga esperanza, excepto de su Señor, y que no tema excepto de sus propios pecados.”
Beneficios del Sistema Moral Islámico
Luego de habernos referido al objetivo, método y contenidos de la Moral, debemos ocuparnos ahora del beneficio e influencia que ésta implica para la sociedad. La humanidad, de la misma forma que avanza en la percepción de las verdades científicas, es necesario que se esfuerce en purificar su propia alma y descubra, de ese modo, que progresa cada día en pos de su perfeccionamiento espiritual. La sociedad que avanza en el camino de la ciencia y el conocimiento pero que decae en el campo de los valores morales, es como los viajeros de un barco en medio de una tormenta que en todo momento se encuentran expuestos al peligro de naufragar y morir ahogados. Por lo tanto, los valores morales, dejando de lado la cuestión religiosa, constituyen la necesidad de una sociedad feliz y exitosa.
Imam ‘Alî (P) dice con respecto a este tema:
“Suponiendo que no tuviéramos esperanza en el paraíso, que no temiéramos del castigo ni de la recompensa, sería adecuado para nosotros que buscáramos los mejores valores morales, ya que nos guiarían al camino de la salvación.”
La ciencia y la moral son dos poderosas alas que elevan a una sociedad y la conducen hacia la felicidad y la buenaventura. En un ámbito donde sólo hay ciencia pero que carece de piedad, reinará el egoísmo, la avaricia y la ambición entre los hombres, en lugar del intelecto y la fe. Del mismo modo, en lugar de unidad, amor y afecto, reinará el odio, las violaciones y los robos. Y si en cambio existiesen valores morales y piedad sin fe, la gente contemplaría solamente lo exterior de las cosas y quedarían impedidos de percibir la realidad del mundo.
La península arábiga, antes del advenimiento del Islam, se caracterizaba por estar colmada de toda forma de maldad y corrupción, al tiempo que el temor y el odio habían echado profundas raíces. Pero luego del florecimiento del Islam, el Profeta Muhammad (BP) con la ayuda de la moral, la paciencia y un profundo sentimiento instructivo, apartó los adjetivos y cualidades negativos e inadecuados para concienciar a la comunidad acerca de la importancia de los valores morales.
Como resultado, aquella misma gente, ladrones pero también temerosos que por miedo al ejército de Abraha (rey de Yemen) abandonaron La Meca y se refugiaron en las montañas, estos mismos hombres, de tal forma adoptaron valores de vida, que se enfrentaron a la más grande potencia de su época, participaron en las guerras más peligrosas, lucharon valientemente, constituyendo una epopeya en los anales de la historia de la humanidad. Fue gracias a las perfecciones propias que la moral islámica había sembrado en sus corazones. El secreto de la felicidad y la grandeza de la humanidad debe ser encontrado en la moral y su pureza, e incluso la vida de las naciones dependen de la moral.
Un ejemplo histórico que ilustra claramente la conversión interna de una persona como resultado de la concienciación de los resultados de sus acciones, es la experiencia de Fudail.
Fudail Ibn A’iad era un iraquí que se había dirigido a Irán para unirse con un grupo de facinerosos, dedicándose al robo, al saqueo y al crimen. Llenaron de inseguridad y terror el camino a Jorasán y las autoridades no podían detenerlos por más empeño que ponían. Cada día empeoraba aún más la situación. Una vez Fudail entró a un pueblito, vio a una muchacha muy bonita que atrajo su atención. Se dirigió enseguida hacia ella, se presentó, y amenazándola le ordenó que le dijera a sus padres que esa noche lo esperaran y prepararan todo lo necesario para que él bebiera y se divirtiera. Si así no lo hicieren, mataría a todos ellos y destruiría su casa.
La muchacha fue temblando hacia su casa y les comunicó a sus padres lo sucedido. Éstos, por temor a Fudail prepararon todo lo que había ordenado y lo esperaron a que llegara. De repente, escucharon sus pasos en el techo de la casa y comenzaron a temblar de miedo, pero por más que esperaron y esperaron Fudail no bajaba. Se preguntaban qué habría sucedido, sin advertir que acababan de ser bendecidos por la misericordia de Allah.
Fudail, que incluso infundía temor a los guardianes del orden, había escuchado la recitación de algunas aleyas del Sagrado Corán que eran recitadas por un vecino en la mitad de la noche y habían producido un efecto tan positivo en su conciencia y en su corazón que a partir de entonces ya no sería la misma persona. Fudail, después de haber subido a la pared y dado unos pasos sobre el techo, se detuvo unos instantes hasta decidir qué rumbo seguir para poder huir de los oficiales del gobierno. En ese momento, uno de los vecinos comenzó la lectura del Corán después de su oración de la noche y recitó unas aleyas muy especiales y adecuadas para las circunstancias. Se trataba de Sura Al-Hadîd (El acero), aleya 16:
«¿No es hora ya de que se humillen los corazones de los creyentes ante la Amonestación de Allah y ante la Verdad revelada y de que no sean como quienes, habiendo recibido antes la Escritura, dejaron pasar tanto tiempo que se endureció su corazón? Muchos de ellos eran unos perversos».
Cuando estos versículos llegaron a oídos de Fudail comenzó a temblar, se detuvo unos segundos a pensar. Repentinamente volvió en sí y gritó: “¡Sí, sí! ¡Ese momento llegó!”. Descendió del lugar de donde se encontraba y entró a un baldío, allí mismo comenzó a suplicar a Dios Su perdón y a rogarle por sus necesidades. Fudail retornó… ¡Y qué retorno tan sagrado! Era impuro y se purificó. Era traicionero y se volvió confiable. Tenía el corazón duro como una roca y se conmovió sensiblemente.
Sura Az-Zalzalah (El terremoto), aleya 6.
Sura Al-An’âm (Los rebaños), aleya 124.
Sura Al-Qamar (La luna), aleya 46.
Sura Ad-Dujân (La humareda), aleya 36.
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http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
Tuesday, September 27, 2011
‘Ibn ‘Arabi y el pensamiento shia
‘Ibn ‘Arabi y el pensamiento shia
(Conferencia Seminario sobre la Mística Islámica en Chile, Agosto de 2000)
Por el Sheij Abdul Karim Paz
Director de la Mezquita At-Tauhid - Profesor de Filosofía
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 4
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Rayab 1421 / Septiembre 2000
Bismil•lahi Ar-Rahmâni Ar-Rahîm
Iusabbihu lil•lahi mâ fis samâuâti ua mâ fil ard
al mâlikil quddûsil ‘azizil hakîm
Hua al•ladhi ba’aza fil ummiîna rasûlan minhum
iatlu ‘alaihim aiâtihi ua iuzakkîhim ua iu’al•limuhul kitâba ual hikmah ua in kânu min qablu lafî dalâlin mubîn
(S.Corán 62:1 - 2).
En el Nombre de Dios, El Clementísimo, El Misericordiosísimo.
Glorifica a Dios todo cuanto hay en los Cielos y en la Tierra.
El Soberano, el Santo, el Glorioso, el Sapientísimo.
Dios es Quien envía entre los hombres a Sus elegidos de entre ellos
para que les reciten los versículos de la revelación, los purifiquen y les enseñen la revelación y la sabiduría, si bien antes estaban en el desvío evidente.
Para que el hombre alcance el rango pleno de glorificador de Dios debe realizarse como hombre perfecto y regente de la divinidad y ello no es posible sino mediante la guía (wilâiat) de los profetas, mensajeros e Imames que enseñan de parte de Dios la revelación y purifican a los hombres. Fuera de ellos el hombre está en la perdición. La temática de la realización humana constituye uno de los puntos centrales en todas las doctrinas místicas y como tal llamó la atención del gran místico de Murcia, Ibn ‘Arabi. En el presente artículo veremos algunas ideas del pensador andalusí en torno a este tema y su vinculación con la doctrina islámica tal como es presentada en la shía, no con el ánimo de sectarizar y dividir sino de dar a conocer una doctrina que es desconocida a pesar, como veremos, de constituir una visión profunda y coherente de la enseñanza profética que ha permitido el surgimiento de la filosofía y la mística en sus formas más profundas en la historia del pensamiento humano. Esta visión está llamada a rescatar a occidente de la crisis espiritual y filosófica en la que ha caído.
Dice H.Corbin en su “Historia de la Filosofía Islámica”:
“Se ha desdeñado casi totalmente el factor shiita, cuando la suerte de la filosofía en el Islam, y, consecuentemente, el significado del sufismo, no pueden ser meditados independientemente del significado del shiismo.
Por diversas razones que no vamos a analizar aquí, en Occidente el sufismo ha sido bastante más conocido que la espiritualidad del Islam tal como ha sido y es presentada en la escuela islámica shia, y ello ha ocurrido a pesar de existir una muy estrecha relación doctrinaria entre ambas formas de espiritualidad.”
Henry Corbin decía que resulta paradójico que lo que en Occidente se ha denominado neotradicionalismo ha-ya mostrado tan escaso interés por el shiísmo que representa la línea esotérica por excelencia en el Islam y que abre un campo de diálogo fecundo entre el Islam y el Cristianismo
Nos proponemos en este artículo mostrar a algunos especialistas en el estudio de las ideas en la historia del Islam para mostrar algunos conceptos que ponen de manifiesto la proximidad doctrinaria a la que aludimos por medio del análisis de las relaciones entre quien es considerado una de las máximas autoridades del sufismo a lo largo de su historia, un verdadero polo espiritual del tasawuf como se denomina en árabe al sufismo, el Sheij al-Akbar, Muhiudin Ibn ‘Arabi y el pensamiento shii. Uno de estos autores es el Dr. Mohsen Yahangiri, profesor de la Universidad de Teherán, Irán, a través de una obra suya denominada “Muhiuddin ibn ‘Arabi, un gran maestro de la gnosis islámica”. Esta obra se divide en tres partes: la primera donde el autor expone una biografía de Ibn ‘Arabi y los maestros que lo han nutrido; una segunda donde analiza la doctrina del gran místico y una tercera donde nos muestra la opinión de algunos grandes pensadores islámicos sobre Ibn ‘Arabi.
El libro está en lengua persa y es la tercera edición de la universidad de Teherán del año 1367 de la hégira solar que corresponde a 1988.
Por otra parte, autores como Henry Corbin o el Seiied Husein Nasr y el mismo Yahangiri señalan que no hay dudas que el pensamiento de este gran maestro y sabio de la cultura universal se ha visto influenciado por el pensamiento shii.
Dice H. Corbin en su obra “Historia de la Filosofía Islámica”: El pensamiento shiita ha alimentado precisamente, desde los orígenes, la filosofía de tipo profético que corresponde a una religión profética. Una filosofía profética propone un pensamiento que no se deja encerrar ni por el pasado histórico, ni por dogmas, ni por la lógica racional.”
He podido ver en un artículo de Claude Addas titulado “El misticismo andalusí y el surgimiento de Ibn ‘Arabi”, publicado en el libro “The Legacy of Muslim Spain”, que cuando la autora señala el vínculo entre Ibn Masarra e Ibn ‘Arabi - el primero como precursor del misticismo en Andalusía y el segundo como su cima y esplendor – que Ibn Masarra emplea la palabra i‘tibâr para designar a la actividad intelectual que supone una mediación profética. El i‘tibâr es la actividad intelectual que ve a la realidad como un signo de Dios; es un modo místico de sabiduría que Ibn Masarra toma de autores shi‘as como Al-Farabi, Ijwan As-Safa, Avicena. En contraposición al camino meramente racional de la filosofía, el i‘tibâr es propio de los hukamâ y muchos sufies, incluido Ibn ‘Arabi.
Henry Corbin en “La imaginación creadora de Ibn ‘Arabi”, nos habla de la hermenéutica profética. Si bien la profecía quedó cerrada no sucedió lo mismo con la hermenéutica profética; la exégesis espiritual o ta’wîl que promueve el Imam en el shiismo. El magisterio del Imam, el regente de Dios, el corazón del mundo, el sol de la creación, es un magisterio iniciático. La iniciación al ta‘wîl es un renacimiento espiritual y es imposible hablar del ta’wîl, nos dice Corbin, sin hablar del shiismo.
Corbin también dice junto a tantos otros autores que las ascendencias genealógicas de las ramas del sufismo conducen a uno u otro de los Santos Imames, el Imam ‘Ali (P); el Imam Ya’far as-Sâdiq (P) o el Imam ar-Ridâ (P).
Corbin se pregunta en qué medida pudo asimilar Ibn ‘Arabi el esoterismo shiíta antes de abandonar Andalucía. Se encuentran indicios de tal asimilación en su familiaridad con la escuela de Almería y en el hecho de que escribiera un comentario de la única obra superviviente de Ibn Qasyi iniciador del movimiento de los muridîn, en el sur de Portugal en el que pueden reconocerse numerosos rasgos de inspiración shiita ismaelí.
Corbin nos dice que algunos capítulos de la obra de madurez de Ibn ‘Arabi en el “Futûhât” podrían haberse escrito por un shiita puro. Por ejemplo, el capítulo XXXIX cuyo tema es el secreto de Salmán el Persa. Se trata del secreto que lo incorpora a los miembros de la Casa Profética (Ahlul Bait –P-), es decir al Profeta Muhammad y a los Santos Imames (P). Ibn ‘Arabi interpreta en términos que todo shiita podría refrendar el versículo coránico 33-33, versículo que sacraliza la persona de los catorce inmaculados: esto es, el Profeta, su hija Fátima y los 12 Imames, que es uno de los fundamentos del shiismo. Estos indicios, que no son los únicos, son dignos de ser meditados. Ellos explican también la acogida de los pensadores shiitas que estaban preparando el renacimiento posterior de la época safávida. Así mediante Ibn ‘Arabi, dice Corbin, el sufismo se reencuentra con sus orígenes.
La obra mencionada de Yahangiri nos señala que hay aspectos doctrinarios que son fundamentales en el pensamiento shii y también en el pensamiento de Ibn ‘Arabi. Por ejemplo, el concepto de wilâiat y la relación de éste con el concepto de nubûwat y de risâlat, «profecía» y «mensaje» de Dios a los hombres. A veces ha ocurrido que no han sido bien entendidos entre los estudiosos de la obra de Ibn ‘Arabi y ello ha suscitado muchas críticas erradas e injustas, como por ejemplo cuando dice que la wilâiat es superior a la nubûwat.
Para los teólogos (si bien no hay unanimidad de criterios) en términos generales nubûwat significa: La elección de un hombre de parte de Dios hacia los hombres y las criaturas. Es un hombre a quien Dios ha elegido para que comunique a los hombres aquello que Dios le ha revelado. El Rasûl o mensajero ha sido descrito de manera aproximada a la del Profeta, pero a veces Rasûl se ha reservado sólo a quien posee de parte de Dios un libro y un corpus legal o sharî‘at que comunicar y abrogar algo de lo que fue enviado anteriormente. Desde este punto de vista “mensajero” es un rango más particular que el de Profeta. Algunos mu‘tazilitas creyeron que “mensajero” es quien recibe una revelación mientras que el “profeta” puede recibir una inspiración (ilhâm) en sueño; otros no aceptaron ninguna diferencia entre estos dos rangos.
No hay entonces unanimidad entre los teólogos islámicos en este aspecto.
La opinión de Ibn ‘Arabi y sus discípulos:
El autor murciano y sus discípulos ven un acentuada diferencia entre ambos. Nubûwat es un conocimiento de la Esencia, de los Nombres y Atributos de Dios y de las leyes de la shari‘at a través de la revelación, pero este conocimiento no lo obliga a su difusión ni a enseñar la sharî‘at. La profecía con este significado no se corta y continúa.
La risâlat o el mensaje, es lo mismo que la nubûwat con el agregado de la difusión (tablîg) y enseñanza de la shari‘at (ley), la enseñanza de la moral y el levantamiento por establecer el orden político islámico. La risâlat es un atributo de la existencia, no de la divinidad. No tiene que ver con el status de la persona (maqâm), sino con un estado de la persona. Por eso, al contrario de la profecía, la risâlat se corta y luego de la enseñanza de las leyes termina. Es una realidad relativa a una tarea, no a un status de la persona.
El término Wilâiat:
El fiqh shi‘a le ha dedicado a esta palabra o concepto mucha importancia. La gnosis islámica también le ha dedicado mucha atención.
Etimológicamente significa qurb, cercanía, intimidad, ayuda, amor, posesión, administración, gobierno, disposición. En el Sagrado Corán ha sido utilizado con este significado en distintos lugares (2:257; 9:71-72; 18:42; 8:73). Por eso a los padres y abuelos se los llama Aûliâ’ul atfâl (ayudan, cuidan, educan, aman, poseen, gobiernan, son responsables de los niños).
El Walî-al muslimîn gobierna y administra los asuntos de los musulmanes.
La Wilâiat según Ibn ‘Arabi y sus discípulos:
Existe una wilâiat general de la que gozan todos los creyentes por el hecho de serlo. Es decir en proporción a su fe gozan de una determinada cercanía a Dios y Él es ayudante, administrador y gobierna sus asuntos. Por otra parte hay una wilâiat especial de los gnósticos (Ahl as-saîr was sulûk) y consiste en la disolución (fanâ’) en el Haqq (Verdad, Realidad) y el levantamiento (qiâm) en el o con (bi) el Haqq. Significa que el siervo en este rango (maqâm) ha superado su ego. Permanece con la permanencia de la Verdad. Por supuesto, acceder a este maqâm es posible con la guía y gobierno (tawal•lî) del Haqq. El siervo cuando alcanza este grado se hace consciente de los conocimientos de la Verdad, los conocimientos divinos y cuando permanece (baqa’) luego del fana’ informa de esos conocimientos. Todo aquel a quien le es atribuida la nubûwat y la risâlat le es atribuida la wilâiat. Cada nabî y rasûl es walî, pero cada walî no es necesariamente nabî y rasûl. Así como todo nabî no es necesariamente rasûl. La wilâiat no se corta o interrumpe. Dios no se ha llamado a Sí Mismo nabî o rasûl pero sí Walî. Dice el Sagrado Corán: Al•lahu Walîiul ladhîna âmanû (Dios es Protector de los que creen); Hua Al-Walîul Hamîd (Él es el Protector, El Alabado). Por lo tanto este nombre es permanente en este mundo y en el otro y se manifiesta, y su manifestación se da en los Aûliâ’ul•lâh (Los íntimos de Dios) de quienes nunca se verá desprovisto el mundo. (Fusûs al Hikam, 344 de Yahangiri).
El maqâm de la wilâiat es superior al de la nubûwat y al de la risâlat:
Este punto ha sido enfatizado por Ibn ‘Arabi y su escuela. Se lo ha criticado mucho por pensar que la wilâiat mutlaq (en términos absolutos) en cada persona que se realice lo hace superior a la nubûwat y a la risâlat. Ibn ‘Arabi lo que afirma y enfatiza es que la wilâiat del nabî y el rasûl es superior a su nubûwat y a su risâlat. De acuerdo a su concepción la wilâiat es un atributo divino y es el interior (bâtin) de la nubûwat y de la risâlat. Es el dominio en la creación con la Verdad. Su juicio se vincula a Dios y es permanente en este mundo y en el otro.
La wilâiat es una realidad permanente en la Verdad. La nubûwat es una realidad que se vincula a lo angelical por cuyo intermedio se relaciona al mundo angelical y recibe de ellos la revelación, pero la risâlat se relaciona con la humanidad por cuyo medio se relaciona con los hombres y les difunde las normas de la sharî‘ah, les enseña y los guía. (Futûhât, tomo 2).
Pues Ibn ‘Arabi nunca pretendió decir que la wilâiat de otro que el profeta era superior a la profecía y al rango de mensajero del profeta Muhammad como afirmaron sus detractores.
Por eso afirma que el hecho de que Dios haya cerrado el ciclo de la profecía ha quebrado la espalda de los Aûliâ’, puesto que cuando la wilâiat es completa se manifiesta en la nubûwat. Por ello, el cierre de la nubûwat nos muestra la necesidad de los Aûliâ’ de los profetas puesto que para oler el perfume de la profecía sólo queda la posibilidad de recibir una revelación albriciadora (mubashshirah) en el sueño, pero no divina (rabbânî) que ya se cerró. Por eso cuando se denomina a sí mimo jâtimul Aûliâ’ no deja de reconocer que la entrada de los Aûliâ’ en el rango de la nubûwat está prohibida y la cima del saber que pueden adquirir por herencia profética es por ver el rango de la profecía, como puede ver alguien en lo más bajo del paraíso a alguien que está en el a‘la ‘il•lîin (la parte superior del paraíso), o como alguien que aprecia las estrellas desde la Tierra.
El término “Jâtamul wilâiat” (Sello de la wilâiat):
Es uno de los términos más polémicos que emplea Ibn ‘Arabi:
Ana jâtimul wilâiati dûna shak
iûrizul hâshimi ma’al masîh.
[tomo 1 de Futûhât]
En una oportunidad (tomo 1 de Futûhât) Ibn ‘Arabi narra un sueño que tuvo de la siguiente manera: “Interpreté el sueño de modo que me consideré que entre mis seguidores (atibba’) (y connacionales), en mi clase (sinf) (o tipo) soy como el Mensajero de Dios en relación a los demás profetas. Quizás sea alguien en cuya persona Dios cerró la wilâiat”.
Algunas de sus expresiones implican el reconocimiento de que el Imam Mahdi (P) es jâtamul awliâ’ como en Futûhât cuando habla sobre el conocimiento de los delegados del Imam Mahdi (P) en los últimos tiempos: “Dios tiene un representante vivo que aparecerá en una época en que el mundo esté colmado de injusticia y opresión, y él lo colmará de justicia, y si no restase de la vida del mundo más que un día, Dios lo alargaría hasta que Su representante lo gobierne. Él pertenece a la Familia del Profeta (BP) y su abuelo es Hasan ibn ‘Ali ibn Abi Talib.”
A continuación, luego de describir las cualidades del Imam, sus auxiliares y su misión, dice:
A lâ inna jatmul awliâ’i shahid ua ‘aîni Imami ‘alamin faqîd
Hûas saiidul Mahdi min Âli Ahmad hûas sârimul hindi hina iabîd
Hûa shamsu iaylu kul•la gammi ua zdulmati hûal uâbilul uasamiiu hina iayûd.
(¿Acaso no está ciertamente el sello de los walies siendo testigo y el mismo Imam de los mundos ausente?
Él es el Señor Mahdi de la Familia de Ahmad (el Profeta Muhammad). Él es la espada india filosa cuando corta.
Él es el sol que despeja toda pena y oscuridad. Él es la lluvia abundante de primavera cuando se brinda generosamente.)
Estos párrafos del Futûhât han movido a muchos sabios shías a ver en Ibn ‘Arabi a un shía seguidor de la escuela de Ahlul Bait (P). Efectivamente la poesía parecería confirmar que Ibn ‘Arabi considera al Imam Mahdi (P) el representante de Dios vivo y su wilâiat superior a la de Jesús (P).
En otras ocasiones el rango de jâtimul awliâ’ Muhammadî se lo reserva a ese hombre árabe que es el más noble de su pueblo (el árabe). Tal afirmación está en el capítulo 73 de Futûhât donde añade: “...y hoy en nuestro tiempo está vivo, en el año 595 de la H. lo he conocido (1195) y vi sus señales que están ocultas para el resto de los siervos”.
En otra parte de la misma obra añade sobre este sensible tema: “...Para la wilâiat muhammadî que es especial de esta sharî‘ah, hay un sello especial que está en un grado (rutbah) distinto al de Jesús (P). Jesús (P), además del rango de walî tenía el rango de mensajero. Este sello ha nacido en nuestro tiempo, yo lo he visto, me he reunido con él y he visto en él las señales del sello. Luego de él no vendrá ningún Walî, salvo alguien que se vincule a él como los profetas que pudiesen venir después de Muhammad se vinculan a él.”
Sin embargo la mayoría de las alusiones a este tema en Ibn ‘Arabi aluden al sello de la wilâiat de Jesús (P), una wilâiat absoluta (mutlaqah). Por ejemplo escribe en el Futûhât: “Es inevitable el descenso de Jesús (P) y su juicio entre nosotros de acuerdo a la legislación (sharî‘at) de Muhammad (BPD). Dios le revelará la sharî‘at de Muhammad a él y él no sentenciará sino tal como lo haría Muhammad (BPD) si estuviera presente. Con su descenso el iytihâd de los muytahidîn será abolido. La información que obtiene Jesús (P) de la sharî‘at de Muhammad es por el espíritu del Mensajero de Dios que Dios le revelará. Debido a esto es que Jesús (P) es seguidor del Profeta y sello de la wilâiat y esto hace al honor de nuestro profeta. Es el mejor de la Ummah del Profeta Muhammad (BPD) y el sabio Tirmidhi se notificó de esto en su libro “Jâtimul Aûliâ’” y dio testimonio de la superioridad de Jesús (P) sobre Abu Baqr Siddîq y otros, puesto que si bien en esta comunidad es Walî, al mismo tiempo es Nabî y Rasûl, por lo que él tendrá dos resurrecciones o reuniones en el Día del Juicio, una junto a los Mensajeros y Profetas con sus seguidores y otra entre los Aûliâ’ de nuestra comunidad. Hasta Muhammad y Elías en ese Día estarán entre sus seguidores”.
En otra parte alude al honor que supone para la comunidad de Muhammad (BPD) que un Profeta y Mensajero sea el sello de la wilâiât de su Ummah. Nada menos que el sello de la wilâiat mutlaq total y absoluta (esta expresión figura de modo explícito en el Futûhât). [Tomo 1, cap. 14, en dos lugares; tomo 2, cap. 73].
Estas expresiones sumadas nos desconciertan por su contradicción y por su heterodoxia. Algunos han intentado dilucidar esta aparente contradicción ensayando explicaciones que salven el problema, pero aunque no resuelven el tema son dignas de ser tenidas en cuenta.
Como introducción dice Yahangiri: Podemos decir que la sharî‘at, la profecía, el mensaje y la wilâiat del Profeta Muhammad en la creencia islámica y de Ibn ‘Arabi, contiene a las sharî‘at reveladas con anterioridad, a las profecías anteriores, a los mensajes anteriores y las wilâiat anteriores. Dijo el Profeta ‘ulimtu ‘ilmal awâlîna wal âjirîn: “Me fue enseñado el conocimiento de los primeros y de los últimos.” Esta capacidad abarcante de todas las cualidades anteriores contenidas en los otros mensajes la convierte en una wilâiat superior en relación a las demás. Los Imames que heredan el conocimiento profético, heredan con él esta superioridad.
En la opinión de dos de los seguidores de Ibn ‘Arabi, Sheij Muhammad Jaki, de escuela sunnita, lo explica de la siguiente manera: La wilâiat es de dos tipos: La wilâiat mutlaqah, la total o universal y la jassah, que es la especial del Profeta (BP). Esta última es, a su vez, de tres tipos: la primera implica un dominio en el mundo, en su sentido y en su forma que acompaña al rango del Califa. Otra que supone un dominio en el mundo en su sentido y en su forma pero no acompaña al rango de Califa; y otra que sólo supone un dominio del mundo (tasarruf fil ‘alam) sólo en su sentido.
El sello de la wilâiat mutlaqah es Jesús (P). Es el sello más grande, después del cual no habrá Walî. El sello del primer tipo de la wilâiat de Muhammad es ‘Ali Ibn Abi Tâlib (P) el último de los Califas râshidîn, según el dicho del Profeta narrado entre los sunnitas que dijo: “El califato después de mí durará treinta años, luego esperen un gobierno opresor”. ‘Ali es el sello más grande de este tipo.
El segundo tipo de sello Muhammadi es el sello de la wilâiat que corresponde al Imam Mahdi (P). El pequeño sello.
El sello del tercer tipo de la Wilâiat de Muhammad es el de Ibn ‘Arabi, que es el sello más pequeño.
Sin embargo el Sheij Jaki confiesa en su obra “Al Yanibul Gurba” que: “Ibn ‘Arabi postula en su Futûhât otro sello que no he podido comprender y se refiere al sello de la wilâiat Muhammadiana de ese hombre árabe que conoció en 1195.”
El otro seguidor de escuela shii es Muhammad Rida Qamshei, maestro de ‘Irfân en el Irán del siglo 13 de la H. En un comentario al Fusûs al Hikam dice:
La wilâiat tiene dos partes: La mutlaqah o ‘ammah (general) y la especial (Jassah). La general abarca a todos los creyentes y tiene distintos grados y niveles. En la cima de esta wilâiat está ‘Isa, Jesús (P). La wilâiat especial es propia de los gnósticos (la gente del corazón), los íntimos de Dios, fusionados en la Esencia divina y perdurando con Sus Atributos. Esta wilâiat es específica del Profeta Muhammad y es de dos tipos: Mutlaqah, absoluta, la manifestación de todos los Nombres divinos y Sus atributos. Para ambos tipos hay un sello. La primera es propia de ‘Ali Ibn Abi Tâlib (P) y el Imam Mahdi (P). Esta wilâiat es superior a la general que ostenta el Profeta Jesús (P).
Con respecto a la wilâiat más limitada a uno o algunos de los Nombres divinos puede ser que le corresponda a Ibn ‘Arabi o bien a ese hombre árabe que él nos dice haber conocido. Para este tipo de wilâiat hay grados y niveles y es posible que cada grado tenga un sello.
En opinión de Yahangiri si bien reconoce que esta posición es muy respetable y supera a la opinión de Muhammad Jaki, la contradicción que se desprende de las afirmaciones de Ibn ‘Arabi son más complicadas que lo que la postura de Muhammad Rida Qamshei puede resolver. Por ejemplo, allí donde dice que la wilâiat de Jesús es superior a la wilâiat de toda la Ummah de Muhammad, por lo que debemos reconocer que las opiniones de Ibn ‘Arabi son complicadas y contradictorias en principio. Quizás en este punto no tenía una opinión acabada y firme y no podremos entonces nosotros apartar esta contradicción que se plantea.
Ibn ‘Arabi en “Futûhât“ dice que el Profeta Muhammad es el primero en aparecer en la creación y que el más cercano a él entre los hombres es ‘Ali Ibn Abi Tâlib (P), el secreto de los Profetas (sirr-ul Anbiâ’). Pero Muhammad Rida Qamshei, que toma de Faid Al-Kashani dice: “Imam del mundo y secreto de todos los profetas.” La expresión Imam del mundo y de todos... no está en las ediciones de “Futûhât” que revisó Yahangiri, por ejemplo de Tahsis Uzman Iahia que recoge varias ediciones diferentes en su obra y no aparece sino como lo citamos primeramente.
La opinión sobre la escuela de Ibn ‘Arabi:
La mayoría de los historiadores sitúa a Ibn ‘Arabi entre los sabios de la escuela sunna y más aún algunos de los sabios shi‘as han visto en Ibn ‘Arabi a un sunnita fanático y enemigo de la shi‘a. Algunos del lado sunnita consideraron a Ibn ‘Arabi como un shiita y lo criticaron por ello: hûa shi‘îun (es un shi‘a) en forma despectiva, shi‘a ismaeli. Algunos de los grandes sabios shi‘as lo consideraron un shi‘a duodecimano. Lo cierto es que el supuesto carácter de shi‘a de Ibn ‘Arabi tiene muy pocos y débiles fundamentos y lo más seguro es que haya sido sunnita. Pero un sunnita sufi que creyó en la unidad del ser (wahdah ûyudîah). También están aquellos que debido a que consideran a Ibn ‘Arabi un gran santo y un gnóstico sublime les parece fuera de lugar discutir sobre su filiación a tal o cual escuela. Algunos incluso han llegado a decir que está fuera de ambas escuelas, algo que no es adecuado afirmar.
Los grandes sabios shi‘as que sostuvieron que Ibn ‘Arabi era shi‘a son Sheij Bahai, Mirza Muhammad Ajbari y Qadi Nurul•lahi Shushtari. Además Fahdi Hil•li, Faid Al-Kashani, Maylesi Aual y Qadi Sa’îd Qomi también lo consideraron como shi‘a.
Las razones por las que los sabios shi‘as consideraron shi‘a a Ibn ‘Arabi son las frases de la obra del místico andalusí donde afirma que está vivo un califa de Dios de la familia del Profeta, de los hijos de Fátima (P) que aparecerá en La Meca, entre el maqâm o sitial de Ibrahim y la Ka‘bah. Luego se dirigirá directamente a Kufa en la actual Irak y su gente se unirá a él. Entonces se enfrentará a una resistencia por parte de muchos de los sabios a causa de los desvíos de estos últimos que lo creerán un innovador, especialmente los sabios sunnitas para quien el iytihâd se ha cerrado. Aquí Sheij Bahai habla de que su abuelo es Al-Husein pero en el Futûhât aparece el nombre del Imam Hasan (P), lo que concuerda más con el punto de vista de los seguidores de la escuela sunnita. De todas maneras el vínculo del Imam Mahdi (P) con el Imam Hasan (P) también se da por medio de la esposa del Imam Sayyad (P) que era hija del Imam Hasan (P). Otros dijeron que su amor a Ahlul Bait (P) y sus creencias doctrinarias son pruebas de su condición de shii y que si hay una alusión más acorde con el pensamiento sunnita era debido a la sociedad de su época que no le hubiese tolerado una manifestación de su escondida fe.
Mirza Muhammad Ajbari en su libro “Mizânul Tamîz fi ‘Ilmil Azîz”, (tomo 2, pág 57), argumenta a favor del shiísmo de Ibn ‘Arabi de un modo original que consiste en decir que en el Futûhât Ibn ‘Arabi acepta la posición de la shia en cuanto a que sólo es Dios quien dispone de las leyes, y cita la sura 4, versículo 105: «Te hemos enviado el Corán para que juzgues entre la gente de acuerdo a lo que te mostramos», y la sura Tahrîm (La Prohibición), versículo 1: «¡Oh Profeta!, ¿por qué prohíbes lo que Dios te ha hecho lícito?».
Si Dios se lo prohibió al Profeta que es infalible, cuánto más a los demás musulmanes que no están exentos del error. Por lo tanto el qiâs no está aprobado en el Sagrado Corán y según el autor Ibn ‘Arabi mostraría aquí su carácter shiita ya que los sabios sunnas consideran al qiâs, la analogía, que en realidad es una opinión sin prueba firme, como una fuente independiente de jurisprudencia para dilucidar las normas de vida y consideran obligación del muqal•lid, el imitador del sabio, obedecer lo concluido por esta vía. Los sabios shías dicen que si existe alguien que pudiese tener derecho a actuar según le merece su propia opinión, ése sería el Profeta (BPD), pero a él le fue prohibido, cuánto más a los demás.
A modo de conclusión nos dice Yahangiri en su obra “Muhîud Din Ibn ‘Arabi, una personalidad sobresaliente de la gnosis islámica”: Podemos afirmar que las razones aducidas no son suficientes para sostener que Ibn ‘Arabi fuese shiita, pero sí sobran las razones que nos muestran su elevada estima y amor por la Familia del Profeta (P). También podemos afirmar que a lo largo de su extensa obra nos encontramos con abundantes alusiones a pensamientos e ideas acordes con el pensamiento y la gnosis shiita, especialmente los duodecimanos y eso explica la acogida entusiasta de la corriente del pensamiento y la mística shiita posterior hasta nuestros días.
La mayoría de los historiadores y biógrafos coinciden en que era un pensador de extracción sunnita, sufi, muytahid que aceptaba el método de la visión y el conocimiento intuitivo místico como fuente de conocimiento doctrinario, y en asuntos de jurisprudencia hacía iytihâd sin seguir a ninguna de las escuelas clásicas de la sunna.
En una parte de Futûhât (tomo 4) dice que Dios le hizo saber en una visión que el adelantarse en el tiempo en la jilâfah del Profeta no implica por sí una superioridad ante Dios. En otra parte, (Futûhât, tomo 4), afirma que Abu Bakr es el mejor de los musulmanes, y por último, en otra parte (Futûhât, tomo 3) afirma que Jesús (P), a quien considera un miembro de la Ummah del Profeta, es el mejor de la Ummah, incluso que el propio Abu Bakr.
No sólo no es correcto suponerlo shiita, tampoco es correcto, como planteó Abdul Uahhab Sha’rani, sostener que era un sunnita fiel observante de todos los principios doctrinarios y todas las normas de dicha escuela en alguna de sus ramas, sea la Maliki u otra.
Laqad sâra qalbî qâbîlan kul•la sûratin famar’an li gizlani wa daîrun li ruhbânî
Wa baîtul auzanin wa ka’batu tâifin wa aluâhu taûratin wa mus•hafu qor’âni
Adînu bidînil hubb anni tawayyahtu rakaîbuhu fal hubbu dîni wa imânî
(Se ha vuelto mi corazón aceptador de todas las formas, pasto de las gacelas, convento para los monjes, la casa de los ídolos y la Ka‘bah para los circunvalantes, las hojas de la Torá y las páginas del Corán. Mi religión es la religión del amor. Yo me he montado a su cabalgadura, pues el amor es mi religión y mi fe.)
En el Taryumânil Ashuâq (ashrâq) Ibn ‘Arabi pone el amor a Ahlul Bait (P) en el mismo nivel que el amor que se le debe al Profeta (BPD). Lo mismo dice de la enemistad con ellos a la que equipara con la enemistad con el Profeta (BPD). Luego de recomendar evitar todo tipo de enemistad o malestar con respecto a la familia profética, nos cuenta en el primer tomo de Futûhât que un hombre en La Meca le comentó que desaprobaba las acciones de los shurafâ’ (los nobles descendientes del Profeta) en La Meca, “pero una noche vi a Fátima Az-Zahrâ (P) en sueños que se alejaba de mí y apartaba enojada de mí su vista. Yo la saludé y le pregunté por qué estaba enojada conmigo. Me respondió: ‘Tú hablas mal de los shurafâ’.’ Le dije, pero ¿no ves cómo actúan con la gente? Me dijo: ‘¿Acaso no son mis hijos?’. Yo me arrepentí y ella se satisfizo con mi actitud. Me desperté.”
Luego de relatarnos esto escribe Ibn ‘Arabi los siguientes versos:
Fa lâ ta’dilû bi ahlil baîti jalqan fa ahlul baît hum ahlu siâdat
Fabugduhum minal insâni jusrun haqiqîiun wa hubbuhum ‘ibâdatun
(No compares a ninguna criatura con la Familia del Profeta, pues la Familia del Profeta son la gente del señorío. Entonces, el odio hacia ellos por parte de los hombres, les depara su perdición y amarles es adoración.)
Desde el punto de vista del pensamiento shii, e incluso de los musulmanes en general, Yahangiri considera algunas de las ideas vertidas por Ibn ‘Arabi en Futûhât como equivocadas. Por ejemplo, su elogio del califa abbasida Al-Mutawakkil que destruyó la tumba del Imam Husein (P); al considerarlo uno de los polos espirituales y merecedor del califato exterior e interior (además de al mismo Mu‘awiah ibn Abû Sufiân). Éstas y otras expresiones que se hayan en su obra no condicen con un gnóstico de su talla ni con alguien que promulgó la unión entre las religiones. ¿Será como dicen algunos que a su obra le fueron agregadas cosas?
También considera correcta la crítica que se le hace en torno a la transformación del fuego infernal en placer luego de un tiempo de acostumbramiento para los incrédulos (kuffâr).
(Con respecto a los kuffâr todos los musulmanes sostienen su castigo infernal. Los musulmanes que cometen pecados grandes y no se arrepienten van al Fuego por un tiempo según los Asharíes y los Imamitas). Si bien Dios promete el castigo eterno a los pecadores, también para que tenga lugar el castigo deben existir los pecados. Pero si Dios dice en el Sagrado Corán que perdona todos los pecados, dice Ibn ‘Arabi, por lo tanto, en algún momento la gente del infierno dejará de ser castigada, de modo que la Misericordia de Dios abarcará a todos. A pesar de esto Ibn ‘Arabi guarda bien las diferencias entre los creyentes y sus grados de bendición y felicidad a los que acceden y estos finalmente perdonados pero bajos en categoría.
Yahangiri niega las críticas tradicionales a la doctrina de Ibn ‘Arabi sobre su supuesto panteísmo que es un error de comprensión de su concepto de Unidad del Ser; o que negase la resurrección de los cuerpos; o la necesidad de conocer al Imam de la época.
Sí considera apropiada la crítica al reconocimiento de la fe y salvación del Faraón.
El Seiied Husein Nasr en su libro “Sufismo Vivo”, (ed. Herder) dice que en las regiones orientales del Islam las enseñanzas de Ibn ‘Arabi encontraron la tierra más adecuada para su ulterior desarrollo. Allí sus doctrinas no sólo transformaron el lenguaje del sufismo doctrinal, sino que también penetraron en la teología y la teosofía o filosofía tradicional (hikmah). Fusûs al-Hikam es enseñada en los círculos religiosos tradicionales, así como en las asambleas de los sufíes y los gnósticos.
Influenció mucho en los famosos poetas como Yalal-ud Dîn Rumi, el más grande poeta místico en lengua persa. El vínculo fue su amigo, Sadr-ud Dîn al-Qunyawi, discípulo de Ibn ‘Arabi. Algunos han llamado al Maznawi, ‘el Futûhât en verso persa’.
Después de Rumi, ‘Azîz Nasafi y Sa’adu Dîn Hamuyah, aún perteneciendo a la escuela centroasiática de Naymud Dîn Kubra tienen una deuda profunda con el Sheij-ul Akbar.
Otro gran maestro del sufismo en Persia, Shah Ni’matul•lah Walî, el fundador de la orden Ni’matul•lah, vertió los Fusûs al persa.
La influencia en los teólogos shiitas, al incorporar las enseñanzas de Ibn ‘Arabi a la estructura del shiîsmo duodecimano, preparó el terreno para la síntesis intelectual del período safávida, en el que Persia llegó a ser predominantemente shii. La relación entre las doctrinas de Ibn ‘Arabi y la gnosis shii, en la que tan fácilmente se integró, merecería una detenida investigación. (Nasr cita en este terreno la tarea de Corbin).
Con el advenimiento de los Safávidas se produjo en Persia un renacimiento de la filosofía islámica, cuyo punto culminante fue la aparición de Sadr-ud Dîn Shirazî o Mul•la Sadra. Combinando los principios de la filosofía peripatética, las doctrinas ishraqíes o iluministas y la gnosis (‘irfân) de Ibn ‘Arabi, este gran sabio pudo crear una nueva perspectiva intelectual y una escuela que hasta la fecha perdura en Persia. Mul•la Sadra estaba profundamente imbuido de las enseñanzas de Ibn ‘Arabi; su obra principal, el Asfâr, está repleta de referencias a los Fusûs y refleja, especialmente en las doctrinas relacionadas con las facultades del alma y la escatología, las enseñanzas de Sheij al-Akbar.
No sería exagerado decir que en la mayoría de los círculos, y especialmente en las escuelas religiosas oficiales, las doctrinas de Ibn ‘Arabi han sido conocidas en Persia durante los últimos siglos principalmente a través de las obras de Mul•la Sadra y sus discípulos. El papel de Ibn ‘Arabi en la creación de dicha escuela de Hikmat es otro aspecto, y, en verdad, de entre los más significativos de su influencia en las regiones orientales del mundo islámico.
Husein Nasr dice que en los primeros siglos el ambiente estaba menos cristalizado y era más fluida la relación entre los sunnitas y shiitas. De alguna manera podemos decir que a medida que nos acercamos a la parusía del Imam oculto (P), las distancias volverán a acortarse, el ambiente se irá descristalizando, porque, como dice Husein Nasr, sunnismo y shiismo convergen en la autoridad espiritual del Imam, como lo hicieron desde un primer momento en el Islam en la figura de ‘Alî (P).
Es notoria la semejanza doctrinal entre la shi‘a y el sufismo en lo que hace a la wilâiat o guía e iniciación espiritual. En la shi‘a se efectúa por medio del Profeta y los Imames, mientras que en el sufismo la bendición profética puede operar por los distintos canales de toda la variedad de maestros posteriores a ‘Alî. También hay diferencias en cuanto a quién es el sello de esa wilâiat (polémica con Ibn ‘Arabi).
Otra gran similitud está dada por el ritual y el significado de iniciación del manto. Representa el acceso a grados de conciencia superiores y se remonta a la tradición de Hadîz-ul Kisâ del Profeta y de Ahl-ul Bait (P). Los comentadores shiítas del hadîz del manto que actualmente está en poder del Doceavo Imam, el Mahdi (P), dicen que el manto de los sufíes intenta emular al del Profeta y los Imames.
Se puede decir que ambas escuelas reconocen una forma oculta de conocimiento e instrucción. El uso del método del ta’wîl o hermenéutica espiritual en la comprensión del Sagrado Corán, el texto cósmico, y la creencia en los grados de significado dentro de la revelación resultan de la presencia de esa forma esotérica del conocimiento. El papel del Imam es central en el shiísmo. Su función como guía espiritual se asemeja mucho a la del maestro sufi. Pero el Imam en el shiîsmo añade las funciones cósmicas, y políticas que no se dan en el sufismo. El shiita trata de encontrar a su Imam, que no es otro que su guía espiritual interior. La idea del Imam como Polo del universo y el concepto de Qutb en el sufismo son casi idénticos. Como expresa Seiied Haidar Amuli al decir: El Qutb y el Imam son dos expresiones que poseen el mismo significado y se refieren a la misma persona. La doctrina del Hombre Universal o Perfecto (al-Insân al-Kâmil) tal como la expuso Ibn ‘Arabi es muy similar a la doctrina shiita del Qutb y del Imam, como lo es la doctrina del Mahdi elaborada por posteriores maestros sufíes. Todas estas doctrinas se refieren esencialmente y en último término a la misma realidad esotérica, la haqîqah muhammadîiah, presente tanto en el shiîsmo como en el sufismo. Y en este caso, en lo que hace referencia a la formulación de esta doctrina pueden haber existido influencias shiitas directas sobre posteriores formulacio-nes sufíes.
Hay una nota en el libro “Sufismo Vivo” de Husein Nasr que remite a la obra de Al-Shibí denominada “Al-Silah...”, vol 2, pag. 52/3, donde escribe que Ibn ‘Arabi hizo uso de fuentes shiítas para formular sus doctrinas de haqîqah muhammadîiah, (la realidad muhammadiana) wahdat al-uyûd (la unidad del ser) y el Mahdi.
Otra doctrina que comparten con formas algo diferentes shiítas y sufíes es la de la luz de Muhammad (al-nûr al-muhammadî) y la cadena iniciática (silsilah). El shiísmo cree que existe una Luz Primordial transmitida de un profeta a otro, y después del Profeta del Islam, a los Imames. Esta luz protege a los Profetas y a los Imames del pecado, haciéndoles infalibles (ma‘sûm) y les otorga el conocimiento de los misterios divinos. Para obtener este conocimiento el hombre debe unirse a esa luz mediante el Imam, el cual, siguiendo al Profeta actúa como intermediario entre el hombre y Dios, en la búsqueda del conocimiento divino. De la misma forma, en el sufismo, para acceder a los únicos métodos que hacen posible la realización espiritual, el hombre debe unirse a una cadena iniciática o silsilah, que se remonta hasta el Profeta y a través de la cual fluye una barakah desde la Fuente de la revelación al ser del iniciado. Husein Nasr cita a Taylor en este punto y en la enseñanza del Imam As-Sâdiq (P) sobre la Luz Muhammadiana y la cadena espiritual y su relación con el sufismo en su libro: “Ya’far al-Sadiq, spiritual forebear of the sufis”.
Otra comparación puede hacerse en lo que hace a las estaciones espirituales y gnósticas (maqamât ‘irfanîah). Si examinamos un estudio de la vida del Profeta y los Imames -nos dice Husein Nasr- como, por ejemplo, el que se halla en la recopilación de Maylisi en el Bihâr al-Anwâr, descubriremos que estos relatos se basan más que nada en los estados espirituales interiores de esos personajes. La meta de la vida religiosa en el shiísmo consiste, de hecho, en emular la vida del Profeta y los Imames y en alcanzar sus estados interiores. Aunque para la mayoría de los shiítas esto queda sólo como posibilidad latente, la élite (Jawâs) siempre ha tenido plena conciencia de ello. Las estaciones espirituales del Profeta y de los Imames pueden ser consideradas como la meta final hacia la cual se esfuerza la piedad shiíta y sobre la que se basa toda la estructura espiritual del shiísmo.
Como dice Husein Nasr (Sufismo Vivo, pag.143) los escritos de los Imames contienen un tesoro de gnosis islámica. El Nahy-ul Balâgah de ‘Alî, una de la obras más desatendidas del Islam en los estudios modernos de los islamistas occidentales, la Sahîfah Sayyadîah del cuarto Imam, Zain al-‘Âbidîn, llamada los Salmos de la Familia del Profeta, y el Usûl al-Kâfi de Kulaini, que contiene los dichos de los Imames, comprendían una exposición completa de la gnosis islámica y de hecho han servido como base para muchos comentarios gnósticos y sufíes posteriores. Las doctrinas y descripciones espirituales contenidas en ellos son esencialmente las mismas que se encuentran en los tratados sufíes clásicos.
Durante este período de la vida de los Imames hubo un íntimo contacto entre los Imames y aquellos que son considerados por los sufíes como los más grandes místicos de los primeros tiempos. Hasan al-Basri, y Uwais al-Qarani fueron discípulos de ‘Alî (P). Al-Hafi y Bastami lo fueron del Imam as-Sâdiq (P). Los primeros místicos eran conocidos como zuhhâd, ascetas, y muchos de ellos tenían contacto con los Imames y seguían su ejemplo en la vida ascética. Kumaîl en Kufa, Maîzam at-Tammâr, Rashîd al-Hayarî pertenecían al ambiente de los Imames y también los sufíes los consideran como tales. Salman, ‘Ammâr Ibn Iaser, Abû Dhar son destacados shiítas y considerados por los sufíes como polos del sufismo de los primeros tiempos. Los Imames sólo dejaron de estar asociados abiertamente con los sufíes después del octavo Imam ‘Ali al-Ridâ (P). Muchos sufíes van hoy a su santuario en Mash•had para pedirle ayuda espiritual, un maestro y la iniciación en el camino espiritual.
En el siglo nueve y diez vemos, dice Husein Nasr en la página 145 del libro citado, a algunos considerados sufíes como al-Hal•lây, que eran claramente shi‘as o de tendencia shií, y hay ciertas relaciones entre shiísmo y sufismo, particularmente en su forma ismaelí, como vemos en las claras referencias al sufismo de las Epístolas de los Hermanos de la Pureza, que si bien no son exactamente ismaelíes de origen, ciertamente proceden de un medio shii y más tarde se asocian con el ismaelismo.
Nos dice Husein Nasr (idem. pag. 147) que durante el período safávida es de especial interés la difusión de los escritos de Ibn ‘Arabi en Persia y especialmente en los círculos shiítas. Es bien sabido que Ibn ‘Arabi desde el punto de vista del madh•hab o escuela era sunni Dzâhirî. Pero también se sabe que escribió un tratado sobre las virtudes de los doce Imames (Manâqib) que siempre ha sido popular entre los shiítas (además ha sido comentado, como por Musa Jaljali, 1322 H.S., Teherán.). Había una complementariedad interior y una atracción entre los escritos de Ibn ‘Arabi y el shiísmo que hicieron inmediata y completa la integración de sus enseñanzas en la gnosis shiíta. Sufíes shiítas como Sa’ad al-Din Hamuyah, ‘Abd al-Razzâq Kashanî, Ibn Turkah Isfahanî, Seiied Haidar Amuli e Ibn Abî Yumhur, así como muchos otros gnósticos de este período están completamente imbuidos de las enseñanzas de Ibn ‘Arabi, por no hablar de los filósofos y teósofos shiítas, la culminación de los cuales se encuentra en Mul•la Sadrâ y su escuela.
Miguel Cruz Hernández dice en un artículo suyo sobre La Gnosis iluminativa de Ibn ‘Arabi y su influencia en el esoterismo de la Shia, en una publicación de los trabajos presentados al Primer Congreso sobre Ibn ‘Arabi bajo el título de “Los dos horizontes” (Murcia, 12-14 de noviembre de 1990), ed. Alfonso Carmona González, que el Seiied Haidar Amulî (1320-1386 ap.), la más importante figura shiíta del siglo XIV, al decir de Corbin, se comporta como un discípulo de Ibn ‘Arabi, aunque antepone la doctrina shiíta en lo que hace a la interpretación del sello de la wilâiat universal (‘Alî –P-), y particular (el Imam Mahdi -P-).
La influencia de Ibn ‘Arabi se encuentra a lo largo de toda la mística shiíta en Irán. Algunas de estas ideas aparecen en Mir Damad (ap. 1570-1632) y en el extraordinario Kitâb al-Asfâr al-Arba‘ah al-Aqliîah (Libro de los Cuatro viajes Espirituales) del gran Mul•la Sadrâ Shirazî (1571-1640); y hasta nuestros días. La continuidad oriental del pensamiento de Ibn ‘Arabi no es conocida en Occidente hasta bien entrados los años setenta.
Bibliografía:
* Historia de la Filosofía Islámica, Henry Corbin, ed. Trotta, 1994 Madrid.
* Muhîi-ud Din Ibn ‘Arabi, figura distinguida de la mística islámica, Mohsen Yahangiri, 1988 (3º ed.), ed. Universidad de Teherán.
* Sufismo Vivo. Ensayos sobre la dimensión esotérica del Islam, Husein Nasr. 1985, Herder. Barcelona
* La imaginación creadora en el sufismo de Ibn ‘Arabi. Henry Corbin, Ensayos Destino.
* El misticismo andalusí y el surgimiento de Ibn ‘Arabi. Claude Addas, artículo publicado en el libro “The Legacy of Muslim Spain”.
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
(Conferencia Seminario sobre la Mística Islámica en Chile, Agosto de 2000)
Por el Sheij Abdul Karim Paz
Director de la Mezquita At-Tauhid - Profesor de Filosofía
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 4
Libros.ir
Rayab 1421 / Septiembre 2000
Bismil•lahi Ar-Rahmâni Ar-Rahîm
Iusabbihu lil•lahi mâ fis samâuâti ua mâ fil ard
al mâlikil quddûsil ‘azizil hakîm
Hua al•ladhi ba’aza fil ummiîna rasûlan minhum
iatlu ‘alaihim aiâtihi ua iuzakkîhim ua iu’al•limuhul kitâba ual hikmah ua in kânu min qablu lafî dalâlin mubîn
(S.Corán 62:1 - 2).
En el Nombre de Dios, El Clementísimo, El Misericordiosísimo.
Glorifica a Dios todo cuanto hay en los Cielos y en la Tierra.
El Soberano, el Santo, el Glorioso, el Sapientísimo.
Dios es Quien envía entre los hombres a Sus elegidos de entre ellos
para que les reciten los versículos de la revelación, los purifiquen y les enseñen la revelación y la sabiduría, si bien antes estaban en el desvío evidente.
Para que el hombre alcance el rango pleno de glorificador de Dios debe realizarse como hombre perfecto y regente de la divinidad y ello no es posible sino mediante la guía (wilâiat) de los profetas, mensajeros e Imames que enseñan de parte de Dios la revelación y purifican a los hombres. Fuera de ellos el hombre está en la perdición. La temática de la realización humana constituye uno de los puntos centrales en todas las doctrinas místicas y como tal llamó la atención del gran místico de Murcia, Ibn ‘Arabi. En el presente artículo veremos algunas ideas del pensador andalusí en torno a este tema y su vinculación con la doctrina islámica tal como es presentada en la shía, no con el ánimo de sectarizar y dividir sino de dar a conocer una doctrina que es desconocida a pesar, como veremos, de constituir una visión profunda y coherente de la enseñanza profética que ha permitido el surgimiento de la filosofía y la mística en sus formas más profundas en la historia del pensamiento humano. Esta visión está llamada a rescatar a occidente de la crisis espiritual y filosófica en la que ha caído.
Dice H.Corbin en su “Historia de la Filosofía Islámica”:
“Se ha desdeñado casi totalmente el factor shiita, cuando la suerte de la filosofía en el Islam, y, consecuentemente, el significado del sufismo, no pueden ser meditados independientemente del significado del shiismo.
Por diversas razones que no vamos a analizar aquí, en Occidente el sufismo ha sido bastante más conocido que la espiritualidad del Islam tal como ha sido y es presentada en la escuela islámica shia, y ello ha ocurrido a pesar de existir una muy estrecha relación doctrinaria entre ambas formas de espiritualidad.”
Henry Corbin decía que resulta paradójico que lo que en Occidente se ha denominado neotradicionalismo ha-ya mostrado tan escaso interés por el shiísmo que representa la línea esotérica por excelencia en el Islam y que abre un campo de diálogo fecundo entre el Islam y el Cristianismo
Nos proponemos en este artículo mostrar a algunos especialistas en el estudio de las ideas en la historia del Islam para mostrar algunos conceptos que ponen de manifiesto la proximidad doctrinaria a la que aludimos por medio del análisis de las relaciones entre quien es considerado una de las máximas autoridades del sufismo a lo largo de su historia, un verdadero polo espiritual del tasawuf como se denomina en árabe al sufismo, el Sheij al-Akbar, Muhiudin Ibn ‘Arabi y el pensamiento shii. Uno de estos autores es el Dr. Mohsen Yahangiri, profesor de la Universidad de Teherán, Irán, a través de una obra suya denominada “Muhiuddin ibn ‘Arabi, un gran maestro de la gnosis islámica”. Esta obra se divide en tres partes: la primera donde el autor expone una biografía de Ibn ‘Arabi y los maestros que lo han nutrido; una segunda donde analiza la doctrina del gran místico y una tercera donde nos muestra la opinión de algunos grandes pensadores islámicos sobre Ibn ‘Arabi.
El libro está en lengua persa y es la tercera edición de la universidad de Teherán del año 1367 de la hégira solar que corresponde a 1988.
Por otra parte, autores como Henry Corbin o el Seiied Husein Nasr y el mismo Yahangiri señalan que no hay dudas que el pensamiento de este gran maestro y sabio de la cultura universal se ha visto influenciado por el pensamiento shii.
Dice H. Corbin en su obra “Historia de la Filosofía Islámica”: El pensamiento shiita ha alimentado precisamente, desde los orígenes, la filosofía de tipo profético que corresponde a una religión profética. Una filosofía profética propone un pensamiento que no se deja encerrar ni por el pasado histórico, ni por dogmas, ni por la lógica racional.”
He podido ver en un artículo de Claude Addas titulado “El misticismo andalusí y el surgimiento de Ibn ‘Arabi”, publicado en el libro “The Legacy of Muslim Spain”, que cuando la autora señala el vínculo entre Ibn Masarra e Ibn ‘Arabi - el primero como precursor del misticismo en Andalusía y el segundo como su cima y esplendor – que Ibn Masarra emplea la palabra i‘tibâr para designar a la actividad intelectual que supone una mediación profética. El i‘tibâr es la actividad intelectual que ve a la realidad como un signo de Dios; es un modo místico de sabiduría que Ibn Masarra toma de autores shi‘as como Al-Farabi, Ijwan As-Safa, Avicena. En contraposición al camino meramente racional de la filosofía, el i‘tibâr es propio de los hukamâ y muchos sufies, incluido Ibn ‘Arabi.
Henry Corbin en “La imaginación creadora de Ibn ‘Arabi”, nos habla de la hermenéutica profética. Si bien la profecía quedó cerrada no sucedió lo mismo con la hermenéutica profética; la exégesis espiritual o ta’wîl que promueve el Imam en el shiismo. El magisterio del Imam, el regente de Dios, el corazón del mundo, el sol de la creación, es un magisterio iniciático. La iniciación al ta‘wîl es un renacimiento espiritual y es imposible hablar del ta’wîl, nos dice Corbin, sin hablar del shiismo.
Corbin también dice junto a tantos otros autores que las ascendencias genealógicas de las ramas del sufismo conducen a uno u otro de los Santos Imames, el Imam ‘Ali (P); el Imam Ya’far as-Sâdiq (P) o el Imam ar-Ridâ (P).
Corbin se pregunta en qué medida pudo asimilar Ibn ‘Arabi el esoterismo shiíta antes de abandonar Andalucía. Se encuentran indicios de tal asimilación en su familiaridad con la escuela de Almería y en el hecho de que escribiera un comentario de la única obra superviviente de Ibn Qasyi iniciador del movimiento de los muridîn, en el sur de Portugal en el que pueden reconocerse numerosos rasgos de inspiración shiita ismaelí.
Corbin nos dice que algunos capítulos de la obra de madurez de Ibn ‘Arabi en el “Futûhât” podrían haberse escrito por un shiita puro. Por ejemplo, el capítulo XXXIX cuyo tema es el secreto de Salmán el Persa. Se trata del secreto que lo incorpora a los miembros de la Casa Profética (Ahlul Bait –P-), es decir al Profeta Muhammad y a los Santos Imames (P). Ibn ‘Arabi interpreta en términos que todo shiita podría refrendar el versículo coránico 33-33, versículo que sacraliza la persona de los catorce inmaculados: esto es, el Profeta, su hija Fátima y los 12 Imames, que es uno de los fundamentos del shiismo. Estos indicios, que no son los únicos, son dignos de ser meditados. Ellos explican también la acogida de los pensadores shiitas que estaban preparando el renacimiento posterior de la época safávida. Así mediante Ibn ‘Arabi, dice Corbin, el sufismo se reencuentra con sus orígenes.
La obra mencionada de Yahangiri nos señala que hay aspectos doctrinarios que son fundamentales en el pensamiento shii y también en el pensamiento de Ibn ‘Arabi. Por ejemplo, el concepto de wilâiat y la relación de éste con el concepto de nubûwat y de risâlat, «profecía» y «mensaje» de Dios a los hombres. A veces ha ocurrido que no han sido bien entendidos entre los estudiosos de la obra de Ibn ‘Arabi y ello ha suscitado muchas críticas erradas e injustas, como por ejemplo cuando dice que la wilâiat es superior a la nubûwat.
Para los teólogos (si bien no hay unanimidad de criterios) en términos generales nubûwat significa: La elección de un hombre de parte de Dios hacia los hombres y las criaturas. Es un hombre a quien Dios ha elegido para que comunique a los hombres aquello que Dios le ha revelado. El Rasûl o mensajero ha sido descrito de manera aproximada a la del Profeta, pero a veces Rasûl se ha reservado sólo a quien posee de parte de Dios un libro y un corpus legal o sharî‘at que comunicar y abrogar algo de lo que fue enviado anteriormente. Desde este punto de vista “mensajero” es un rango más particular que el de Profeta. Algunos mu‘tazilitas creyeron que “mensajero” es quien recibe una revelación mientras que el “profeta” puede recibir una inspiración (ilhâm) en sueño; otros no aceptaron ninguna diferencia entre estos dos rangos.
No hay entonces unanimidad entre los teólogos islámicos en este aspecto.
La opinión de Ibn ‘Arabi y sus discípulos:
El autor murciano y sus discípulos ven un acentuada diferencia entre ambos. Nubûwat es un conocimiento de la Esencia, de los Nombres y Atributos de Dios y de las leyes de la shari‘at a través de la revelación, pero este conocimiento no lo obliga a su difusión ni a enseñar la sharî‘at. La profecía con este significado no se corta y continúa.
La risâlat o el mensaje, es lo mismo que la nubûwat con el agregado de la difusión (tablîg) y enseñanza de la shari‘at (ley), la enseñanza de la moral y el levantamiento por establecer el orden político islámico. La risâlat es un atributo de la existencia, no de la divinidad. No tiene que ver con el status de la persona (maqâm), sino con un estado de la persona. Por eso, al contrario de la profecía, la risâlat se corta y luego de la enseñanza de las leyes termina. Es una realidad relativa a una tarea, no a un status de la persona.
El término Wilâiat:
El fiqh shi‘a le ha dedicado a esta palabra o concepto mucha importancia. La gnosis islámica también le ha dedicado mucha atención.
Etimológicamente significa qurb, cercanía, intimidad, ayuda, amor, posesión, administración, gobierno, disposición. En el Sagrado Corán ha sido utilizado con este significado en distintos lugares (2:257; 9:71-72; 18:42; 8:73). Por eso a los padres y abuelos se los llama Aûliâ’ul atfâl (ayudan, cuidan, educan, aman, poseen, gobiernan, son responsables de los niños).
El Walî-al muslimîn gobierna y administra los asuntos de los musulmanes.
La Wilâiat según Ibn ‘Arabi y sus discípulos:
Existe una wilâiat general de la que gozan todos los creyentes por el hecho de serlo. Es decir en proporción a su fe gozan de una determinada cercanía a Dios y Él es ayudante, administrador y gobierna sus asuntos. Por otra parte hay una wilâiat especial de los gnósticos (Ahl as-saîr was sulûk) y consiste en la disolución (fanâ’) en el Haqq (Verdad, Realidad) y el levantamiento (qiâm) en el o con (bi) el Haqq. Significa que el siervo en este rango (maqâm) ha superado su ego. Permanece con la permanencia de la Verdad. Por supuesto, acceder a este maqâm es posible con la guía y gobierno (tawal•lî) del Haqq. El siervo cuando alcanza este grado se hace consciente de los conocimientos de la Verdad, los conocimientos divinos y cuando permanece (baqa’) luego del fana’ informa de esos conocimientos. Todo aquel a quien le es atribuida la nubûwat y la risâlat le es atribuida la wilâiat. Cada nabî y rasûl es walî, pero cada walî no es necesariamente nabî y rasûl. Así como todo nabî no es necesariamente rasûl. La wilâiat no se corta o interrumpe. Dios no se ha llamado a Sí Mismo nabî o rasûl pero sí Walî. Dice el Sagrado Corán: Al•lahu Walîiul ladhîna âmanû (Dios es Protector de los que creen); Hua Al-Walîul Hamîd (Él es el Protector, El Alabado). Por lo tanto este nombre es permanente en este mundo y en el otro y se manifiesta, y su manifestación se da en los Aûliâ’ul•lâh (Los íntimos de Dios) de quienes nunca se verá desprovisto el mundo. (Fusûs al Hikam, 344 de Yahangiri).
El maqâm de la wilâiat es superior al de la nubûwat y al de la risâlat:
Este punto ha sido enfatizado por Ibn ‘Arabi y su escuela. Se lo ha criticado mucho por pensar que la wilâiat mutlaq (en términos absolutos) en cada persona que se realice lo hace superior a la nubûwat y a la risâlat. Ibn ‘Arabi lo que afirma y enfatiza es que la wilâiat del nabî y el rasûl es superior a su nubûwat y a su risâlat. De acuerdo a su concepción la wilâiat es un atributo divino y es el interior (bâtin) de la nubûwat y de la risâlat. Es el dominio en la creación con la Verdad. Su juicio se vincula a Dios y es permanente en este mundo y en el otro.
La wilâiat es una realidad permanente en la Verdad. La nubûwat es una realidad que se vincula a lo angelical por cuyo intermedio se relaciona al mundo angelical y recibe de ellos la revelación, pero la risâlat se relaciona con la humanidad por cuyo medio se relaciona con los hombres y les difunde las normas de la sharî‘ah, les enseña y los guía. (Futûhât, tomo 2).
Pues Ibn ‘Arabi nunca pretendió decir que la wilâiat de otro que el profeta era superior a la profecía y al rango de mensajero del profeta Muhammad como afirmaron sus detractores.
Por eso afirma que el hecho de que Dios haya cerrado el ciclo de la profecía ha quebrado la espalda de los Aûliâ’, puesto que cuando la wilâiat es completa se manifiesta en la nubûwat. Por ello, el cierre de la nubûwat nos muestra la necesidad de los Aûliâ’ de los profetas puesto que para oler el perfume de la profecía sólo queda la posibilidad de recibir una revelación albriciadora (mubashshirah) en el sueño, pero no divina (rabbânî) que ya se cerró. Por eso cuando se denomina a sí mimo jâtimul Aûliâ’ no deja de reconocer que la entrada de los Aûliâ’ en el rango de la nubûwat está prohibida y la cima del saber que pueden adquirir por herencia profética es por ver el rango de la profecía, como puede ver alguien en lo más bajo del paraíso a alguien que está en el a‘la ‘il•lîin (la parte superior del paraíso), o como alguien que aprecia las estrellas desde la Tierra.
El término “Jâtamul wilâiat” (Sello de la wilâiat):
Es uno de los términos más polémicos que emplea Ibn ‘Arabi:
Ana jâtimul wilâiati dûna shak
iûrizul hâshimi ma’al masîh.
[tomo 1 de Futûhât]
En una oportunidad (tomo 1 de Futûhât) Ibn ‘Arabi narra un sueño que tuvo de la siguiente manera: “Interpreté el sueño de modo que me consideré que entre mis seguidores (atibba’) (y connacionales), en mi clase (sinf) (o tipo) soy como el Mensajero de Dios en relación a los demás profetas. Quizás sea alguien en cuya persona Dios cerró la wilâiat”.
Algunas de sus expresiones implican el reconocimiento de que el Imam Mahdi (P) es jâtamul awliâ’ como en Futûhât cuando habla sobre el conocimiento de los delegados del Imam Mahdi (P) en los últimos tiempos: “Dios tiene un representante vivo que aparecerá en una época en que el mundo esté colmado de injusticia y opresión, y él lo colmará de justicia, y si no restase de la vida del mundo más que un día, Dios lo alargaría hasta que Su representante lo gobierne. Él pertenece a la Familia del Profeta (BP) y su abuelo es Hasan ibn ‘Ali ibn Abi Talib.”
A continuación, luego de describir las cualidades del Imam, sus auxiliares y su misión, dice:
A lâ inna jatmul awliâ’i shahid ua ‘aîni Imami ‘alamin faqîd
Hûas saiidul Mahdi min Âli Ahmad hûas sârimul hindi hina iabîd
Hûa shamsu iaylu kul•la gammi ua zdulmati hûal uâbilul uasamiiu hina iayûd.
(¿Acaso no está ciertamente el sello de los walies siendo testigo y el mismo Imam de los mundos ausente?
Él es el Señor Mahdi de la Familia de Ahmad (el Profeta Muhammad). Él es la espada india filosa cuando corta.
Él es el sol que despeja toda pena y oscuridad. Él es la lluvia abundante de primavera cuando se brinda generosamente.)
Estos párrafos del Futûhât han movido a muchos sabios shías a ver en Ibn ‘Arabi a un shía seguidor de la escuela de Ahlul Bait (P). Efectivamente la poesía parecería confirmar que Ibn ‘Arabi considera al Imam Mahdi (P) el representante de Dios vivo y su wilâiat superior a la de Jesús (P).
En otras ocasiones el rango de jâtimul awliâ’ Muhammadî se lo reserva a ese hombre árabe que es el más noble de su pueblo (el árabe). Tal afirmación está en el capítulo 73 de Futûhât donde añade: “...y hoy en nuestro tiempo está vivo, en el año 595 de la H. lo he conocido (1195) y vi sus señales que están ocultas para el resto de los siervos”.
En otra parte de la misma obra añade sobre este sensible tema: “...Para la wilâiat muhammadî que es especial de esta sharî‘ah, hay un sello especial que está en un grado (rutbah) distinto al de Jesús (P). Jesús (P), además del rango de walî tenía el rango de mensajero. Este sello ha nacido en nuestro tiempo, yo lo he visto, me he reunido con él y he visto en él las señales del sello. Luego de él no vendrá ningún Walî, salvo alguien que se vincule a él como los profetas que pudiesen venir después de Muhammad se vinculan a él.”
Sin embargo la mayoría de las alusiones a este tema en Ibn ‘Arabi aluden al sello de la wilâiat de Jesús (P), una wilâiat absoluta (mutlaqah). Por ejemplo escribe en el Futûhât: “Es inevitable el descenso de Jesús (P) y su juicio entre nosotros de acuerdo a la legislación (sharî‘at) de Muhammad (BPD). Dios le revelará la sharî‘at de Muhammad a él y él no sentenciará sino tal como lo haría Muhammad (BPD) si estuviera presente. Con su descenso el iytihâd de los muytahidîn será abolido. La información que obtiene Jesús (P) de la sharî‘at de Muhammad es por el espíritu del Mensajero de Dios que Dios le revelará. Debido a esto es que Jesús (P) es seguidor del Profeta y sello de la wilâiat y esto hace al honor de nuestro profeta. Es el mejor de la Ummah del Profeta Muhammad (BPD) y el sabio Tirmidhi se notificó de esto en su libro “Jâtimul Aûliâ’” y dio testimonio de la superioridad de Jesús (P) sobre Abu Baqr Siddîq y otros, puesto que si bien en esta comunidad es Walî, al mismo tiempo es Nabî y Rasûl, por lo que él tendrá dos resurrecciones o reuniones en el Día del Juicio, una junto a los Mensajeros y Profetas con sus seguidores y otra entre los Aûliâ’ de nuestra comunidad. Hasta Muhammad y Elías en ese Día estarán entre sus seguidores”.
En otra parte alude al honor que supone para la comunidad de Muhammad (BPD) que un Profeta y Mensajero sea el sello de la wilâiât de su Ummah. Nada menos que el sello de la wilâiat mutlaq total y absoluta (esta expresión figura de modo explícito en el Futûhât). [Tomo 1, cap. 14, en dos lugares; tomo 2, cap. 73].
Estas expresiones sumadas nos desconciertan por su contradicción y por su heterodoxia. Algunos han intentado dilucidar esta aparente contradicción ensayando explicaciones que salven el problema, pero aunque no resuelven el tema son dignas de ser tenidas en cuenta.
Como introducción dice Yahangiri: Podemos decir que la sharî‘at, la profecía, el mensaje y la wilâiat del Profeta Muhammad en la creencia islámica y de Ibn ‘Arabi, contiene a las sharî‘at reveladas con anterioridad, a las profecías anteriores, a los mensajes anteriores y las wilâiat anteriores. Dijo el Profeta ‘ulimtu ‘ilmal awâlîna wal âjirîn: “Me fue enseñado el conocimiento de los primeros y de los últimos.” Esta capacidad abarcante de todas las cualidades anteriores contenidas en los otros mensajes la convierte en una wilâiat superior en relación a las demás. Los Imames que heredan el conocimiento profético, heredan con él esta superioridad.
En la opinión de dos de los seguidores de Ibn ‘Arabi, Sheij Muhammad Jaki, de escuela sunnita, lo explica de la siguiente manera: La wilâiat es de dos tipos: La wilâiat mutlaqah, la total o universal y la jassah, que es la especial del Profeta (BP). Esta última es, a su vez, de tres tipos: la primera implica un dominio en el mundo, en su sentido y en su forma que acompaña al rango del Califa. Otra que supone un dominio en el mundo en su sentido y en su forma pero no acompaña al rango de Califa; y otra que sólo supone un dominio del mundo (tasarruf fil ‘alam) sólo en su sentido.
El sello de la wilâiat mutlaqah es Jesús (P). Es el sello más grande, después del cual no habrá Walî. El sello del primer tipo de la wilâiat de Muhammad es ‘Ali Ibn Abi Tâlib (P) el último de los Califas râshidîn, según el dicho del Profeta narrado entre los sunnitas que dijo: “El califato después de mí durará treinta años, luego esperen un gobierno opresor”. ‘Ali es el sello más grande de este tipo.
El segundo tipo de sello Muhammadi es el sello de la wilâiat que corresponde al Imam Mahdi (P). El pequeño sello.
El sello del tercer tipo de la Wilâiat de Muhammad es el de Ibn ‘Arabi, que es el sello más pequeño.
Sin embargo el Sheij Jaki confiesa en su obra “Al Yanibul Gurba” que: “Ibn ‘Arabi postula en su Futûhât otro sello que no he podido comprender y se refiere al sello de la wilâiat Muhammadiana de ese hombre árabe que conoció en 1195.”
El otro seguidor de escuela shii es Muhammad Rida Qamshei, maestro de ‘Irfân en el Irán del siglo 13 de la H. En un comentario al Fusûs al Hikam dice:
La wilâiat tiene dos partes: La mutlaqah o ‘ammah (general) y la especial (Jassah). La general abarca a todos los creyentes y tiene distintos grados y niveles. En la cima de esta wilâiat está ‘Isa, Jesús (P). La wilâiat especial es propia de los gnósticos (la gente del corazón), los íntimos de Dios, fusionados en la Esencia divina y perdurando con Sus Atributos. Esta wilâiat es específica del Profeta Muhammad y es de dos tipos: Mutlaqah, absoluta, la manifestación de todos los Nombres divinos y Sus atributos. Para ambos tipos hay un sello. La primera es propia de ‘Ali Ibn Abi Tâlib (P) y el Imam Mahdi (P). Esta wilâiat es superior a la general que ostenta el Profeta Jesús (P).
Con respecto a la wilâiat más limitada a uno o algunos de los Nombres divinos puede ser que le corresponda a Ibn ‘Arabi o bien a ese hombre árabe que él nos dice haber conocido. Para este tipo de wilâiat hay grados y niveles y es posible que cada grado tenga un sello.
En opinión de Yahangiri si bien reconoce que esta posición es muy respetable y supera a la opinión de Muhammad Jaki, la contradicción que se desprende de las afirmaciones de Ibn ‘Arabi son más complicadas que lo que la postura de Muhammad Rida Qamshei puede resolver. Por ejemplo, allí donde dice que la wilâiat de Jesús es superior a la wilâiat de toda la Ummah de Muhammad, por lo que debemos reconocer que las opiniones de Ibn ‘Arabi son complicadas y contradictorias en principio. Quizás en este punto no tenía una opinión acabada y firme y no podremos entonces nosotros apartar esta contradicción que se plantea.
Ibn ‘Arabi en “Futûhât“ dice que el Profeta Muhammad es el primero en aparecer en la creación y que el más cercano a él entre los hombres es ‘Ali Ibn Abi Tâlib (P), el secreto de los Profetas (sirr-ul Anbiâ’). Pero Muhammad Rida Qamshei, que toma de Faid Al-Kashani dice: “Imam del mundo y secreto de todos los profetas.” La expresión Imam del mundo y de todos... no está en las ediciones de “Futûhât” que revisó Yahangiri, por ejemplo de Tahsis Uzman Iahia que recoge varias ediciones diferentes en su obra y no aparece sino como lo citamos primeramente.
La opinión sobre la escuela de Ibn ‘Arabi:
La mayoría de los historiadores sitúa a Ibn ‘Arabi entre los sabios de la escuela sunna y más aún algunos de los sabios shi‘as han visto en Ibn ‘Arabi a un sunnita fanático y enemigo de la shi‘a. Algunos del lado sunnita consideraron a Ibn ‘Arabi como un shiita y lo criticaron por ello: hûa shi‘îun (es un shi‘a) en forma despectiva, shi‘a ismaeli. Algunos de los grandes sabios shi‘as lo consideraron un shi‘a duodecimano. Lo cierto es que el supuesto carácter de shi‘a de Ibn ‘Arabi tiene muy pocos y débiles fundamentos y lo más seguro es que haya sido sunnita. Pero un sunnita sufi que creyó en la unidad del ser (wahdah ûyudîah). También están aquellos que debido a que consideran a Ibn ‘Arabi un gran santo y un gnóstico sublime les parece fuera de lugar discutir sobre su filiación a tal o cual escuela. Algunos incluso han llegado a decir que está fuera de ambas escuelas, algo que no es adecuado afirmar.
Los grandes sabios shi‘as que sostuvieron que Ibn ‘Arabi era shi‘a son Sheij Bahai, Mirza Muhammad Ajbari y Qadi Nurul•lahi Shushtari. Además Fahdi Hil•li, Faid Al-Kashani, Maylesi Aual y Qadi Sa’îd Qomi también lo consideraron como shi‘a.
Las razones por las que los sabios shi‘as consideraron shi‘a a Ibn ‘Arabi son las frases de la obra del místico andalusí donde afirma que está vivo un califa de Dios de la familia del Profeta, de los hijos de Fátima (P) que aparecerá en La Meca, entre el maqâm o sitial de Ibrahim y la Ka‘bah. Luego se dirigirá directamente a Kufa en la actual Irak y su gente se unirá a él. Entonces se enfrentará a una resistencia por parte de muchos de los sabios a causa de los desvíos de estos últimos que lo creerán un innovador, especialmente los sabios sunnitas para quien el iytihâd se ha cerrado. Aquí Sheij Bahai habla de que su abuelo es Al-Husein pero en el Futûhât aparece el nombre del Imam Hasan (P), lo que concuerda más con el punto de vista de los seguidores de la escuela sunnita. De todas maneras el vínculo del Imam Mahdi (P) con el Imam Hasan (P) también se da por medio de la esposa del Imam Sayyad (P) que era hija del Imam Hasan (P). Otros dijeron que su amor a Ahlul Bait (P) y sus creencias doctrinarias son pruebas de su condición de shii y que si hay una alusión más acorde con el pensamiento sunnita era debido a la sociedad de su época que no le hubiese tolerado una manifestación de su escondida fe.
Mirza Muhammad Ajbari en su libro “Mizânul Tamîz fi ‘Ilmil Azîz”, (tomo 2, pág 57), argumenta a favor del shiísmo de Ibn ‘Arabi de un modo original que consiste en decir que en el Futûhât Ibn ‘Arabi acepta la posición de la shia en cuanto a que sólo es Dios quien dispone de las leyes, y cita la sura 4, versículo 105: «Te hemos enviado el Corán para que juzgues entre la gente de acuerdo a lo que te mostramos», y la sura Tahrîm (La Prohibición), versículo 1: «¡Oh Profeta!, ¿por qué prohíbes lo que Dios te ha hecho lícito?».
Si Dios se lo prohibió al Profeta que es infalible, cuánto más a los demás musulmanes que no están exentos del error. Por lo tanto el qiâs no está aprobado en el Sagrado Corán y según el autor Ibn ‘Arabi mostraría aquí su carácter shiita ya que los sabios sunnas consideran al qiâs, la analogía, que en realidad es una opinión sin prueba firme, como una fuente independiente de jurisprudencia para dilucidar las normas de vida y consideran obligación del muqal•lid, el imitador del sabio, obedecer lo concluido por esta vía. Los sabios shías dicen que si existe alguien que pudiese tener derecho a actuar según le merece su propia opinión, ése sería el Profeta (BPD), pero a él le fue prohibido, cuánto más a los demás.
A modo de conclusión nos dice Yahangiri en su obra “Muhîud Din Ibn ‘Arabi, una personalidad sobresaliente de la gnosis islámica”: Podemos afirmar que las razones aducidas no son suficientes para sostener que Ibn ‘Arabi fuese shiita, pero sí sobran las razones que nos muestran su elevada estima y amor por la Familia del Profeta (P). También podemos afirmar que a lo largo de su extensa obra nos encontramos con abundantes alusiones a pensamientos e ideas acordes con el pensamiento y la gnosis shiita, especialmente los duodecimanos y eso explica la acogida entusiasta de la corriente del pensamiento y la mística shiita posterior hasta nuestros días.
La mayoría de los historiadores y biógrafos coinciden en que era un pensador de extracción sunnita, sufi, muytahid que aceptaba el método de la visión y el conocimiento intuitivo místico como fuente de conocimiento doctrinario, y en asuntos de jurisprudencia hacía iytihâd sin seguir a ninguna de las escuelas clásicas de la sunna.
En una parte de Futûhât (tomo 4) dice que Dios le hizo saber en una visión que el adelantarse en el tiempo en la jilâfah del Profeta no implica por sí una superioridad ante Dios. En otra parte, (Futûhât, tomo 4), afirma que Abu Bakr es el mejor de los musulmanes, y por último, en otra parte (Futûhât, tomo 3) afirma que Jesús (P), a quien considera un miembro de la Ummah del Profeta, es el mejor de la Ummah, incluso que el propio Abu Bakr.
No sólo no es correcto suponerlo shiita, tampoco es correcto, como planteó Abdul Uahhab Sha’rani, sostener que era un sunnita fiel observante de todos los principios doctrinarios y todas las normas de dicha escuela en alguna de sus ramas, sea la Maliki u otra.
Laqad sâra qalbî qâbîlan kul•la sûratin famar’an li gizlani wa daîrun li ruhbânî
Wa baîtul auzanin wa ka’batu tâifin wa aluâhu taûratin wa mus•hafu qor’âni
Adînu bidînil hubb anni tawayyahtu rakaîbuhu fal hubbu dîni wa imânî
(Se ha vuelto mi corazón aceptador de todas las formas, pasto de las gacelas, convento para los monjes, la casa de los ídolos y la Ka‘bah para los circunvalantes, las hojas de la Torá y las páginas del Corán. Mi religión es la religión del amor. Yo me he montado a su cabalgadura, pues el amor es mi religión y mi fe.)
En el Taryumânil Ashuâq (ashrâq) Ibn ‘Arabi pone el amor a Ahlul Bait (P) en el mismo nivel que el amor que se le debe al Profeta (BPD). Lo mismo dice de la enemistad con ellos a la que equipara con la enemistad con el Profeta (BPD). Luego de recomendar evitar todo tipo de enemistad o malestar con respecto a la familia profética, nos cuenta en el primer tomo de Futûhât que un hombre en La Meca le comentó que desaprobaba las acciones de los shurafâ’ (los nobles descendientes del Profeta) en La Meca, “pero una noche vi a Fátima Az-Zahrâ (P) en sueños que se alejaba de mí y apartaba enojada de mí su vista. Yo la saludé y le pregunté por qué estaba enojada conmigo. Me respondió: ‘Tú hablas mal de los shurafâ’.’ Le dije, pero ¿no ves cómo actúan con la gente? Me dijo: ‘¿Acaso no son mis hijos?’. Yo me arrepentí y ella se satisfizo con mi actitud. Me desperté.”
Luego de relatarnos esto escribe Ibn ‘Arabi los siguientes versos:
Fa lâ ta’dilû bi ahlil baîti jalqan fa ahlul baît hum ahlu siâdat
Fabugduhum minal insâni jusrun haqiqîiun wa hubbuhum ‘ibâdatun
(No compares a ninguna criatura con la Familia del Profeta, pues la Familia del Profeta son la gente del señorío. Entonces, el odio hacia ellos por parte de los hombres, les depara su perdición y amarles es adoración.)
Desde el punto de vista del pensamiento shii, e incluso de los musulmanes en general, Yahangiri considera algunas de las ideas vertidas por Ibn ‘Arabi en Futûhât como equivocadas. Por ejemplo, su elogio del califa abbasida Al-Mutawakkil que destruyó la tumba del Imam Husein (P); al considerarlo uno de los polos espirituales y merecedor del califato exterior e interior (además de al mismo Mu‘awiah ibn Abû Sufiân). Éstas y otras expresiones que se hayan en su obra no condicen con un gnóstico de su talla ni con alguien que promulgó la unión entre las religiones. ¿Será como dicen algunos que a su obra le fueron agregadas cosas?
También considera correcta la crítica que se le hace en torno a la transformación del fuego infernal en placer luego de un tiempo de acostumbramiento para los incrédulos (kuffâr).
(Con respecto a los kuffâr todos los musulmanes sostienen su castigo infernal. Los musulmanes que cometen pecados grandes y no se arrepienten van al Fuego por un tiempo según los Asharíes y los Imamitas). Si bien Dios promete el castigo eterno a los pecadores, también para que tenga lugar el castigo deben existir los pecados. Pero si Dios dice en el Sagrado Corán que perdona todos los pecados, dice Ibn ‘Arabi, por lo tanto, en algún momento la gente del infierno dejará de ser castigada, de modo que la Misericordia de Dios abarcará a todos. A pesar de esto Ibn ‘Arabi guarda bien las diferencias entre los creyentes y sus grados de bendición y felicidad a los que acceden y estos finalmente perdonados pero bajos en categoría.
Yahangiri niega las críticas tradicionales a la doctrina de Ibn ‘Arabi sobre su supuesto panteísmo que es un error de comprensión de su concepto de Unidad del Ser; o que negase la resurrección de los cuerpos; o la necesidad de conocer al Imam de la época.
Sí considera apropiada la crítica al reconocimiento de la fe y salvación del Faraón.
El Seiied Husein Nasr en su libro “Sufismo Vivo”, (ed. Herder) dice que en las regiones orientales del Islam las enseñanzas de Ibn ‘Arabi encontraron la tierra más adecuada para su ulterior desarrollo. Allí sus doctrinas no sólo transformaron el lenguaje del sufismo doctrinal, sino que también penetraron en la teología y la teosofía o filosofía tradicional (hikmah). Fusûs al-Hikam es enseñada en los círculos religiosos tradicionales, así como en las asambleas de los sufíes y los gnósticos.
Influenció mucho en los famosos poetas como Yalal-ud Dîn Rumi, el más grande poeta místico en lengua persa. El vínculo fue su amigo, Sadr-ud Dîn al-Qunyawi, discípulo de Ibn ‘Arabi. Algunos han llamado al Maznawi, ‘el Futûhât en verso persa’.
Después de Rumi, ‘Azîz Nasafi y Sa’adu Dîn Hamuyah, aún perteneciendo a la escuela centroasiática de Naymud Dîn Kubra tienen una deuda profunda con el Sheij-ul Akbar.
Otro gran maestro del sufismo en Persia, Shah Ni’matul•lah Walî, el fundador de la orden Ni’matul•lah, vertió los Fusûs al persa.
La influencia en los teólogos shiitas, al incorporar las enseñanzas de Ibn ‘Arabi a la estructura del shiîsmo duodecimano, preparó el terreno para la síntesis intelectual del período safávida, en el que Persia llegó a ser predominantemente shii. La relación entre las doctrinas de Ibn ‘Arabi y la gnosis shii, en la que tan fácilmente se integró, merecería una detenida investigación. (Nasr cita en este terreno la tarea de Corbin).
Con el advenimiento de los Safávidas se produjo en Persia un renacimiento de la filosofía islámica, cuyo punto culminante fue la aparición de Sadr-ud Dîn Shirazî o Mul•la Sadra. Combinando los principios de la filosofía peripatética, las doctrinas ishraqíes o iluministas y la gnosis (‘irfân) de Ibn ‘Arabi, este gran sabio pudo crear una nueva perspectiva intelectual y una escuela que hasta la fecha perdura en Persia. Mul•la Sadra estaba profundamente imbuido de las enseñanzas de Ibn ‘Arabi; su obra principal, el Asfâr, está repleta de referencias a los Fusûs y refleja, especialmente en las doctrinas relacionadas con las facultades del alma y la escatología, las enseñanzas de Sheij al-Akbar.
No sería exagerado decir que en la mayoría de los círculos, y especialmente en las escuelas religiosas oficiales, las doctrinas de Ibn ‘Arabi han sido conocidas en Persia durante los últimos siglos principalmente a través de las obras de Mul•la Sadra y sus discípulos. El papel de Ibn ‘Arabi en la creación de dicha escuela de Hikmat es otro aspecto, y, en verdad, de entre los más significativos de su influencia en las regiones orientales del mundo islámico.
Husein Nasr dice que en los primeros siglos el ambiente estaba menos cristalizado y era más fluida la relación entre los sunnitas y shiitas. De alguna manera podemos decir que a medida que nos acercamos a la parusía del Imam oculto (P), las distancias volverán a acortarse, el ambiente se irá descristalizando, porque, como dice Husein Nasr, sunnismo y shiismo convergen en la autoridad espiritual del Imam, como lo hicieron desde un primer momento en el Islam en la figura de ‘Alî (P).
Es notoria la semejanza doctrinal entre la shi‘a y el sufismo en lo que hace a la wilâiat o guía e iniciación espiritual. En la shi‘a se efectúa por medio del Profeta y los Imames, mientras que en el sufismo la bendición profética puede operar por los distintos canales de toda la variedad de maestros posteriores a ‘Alî. También hay diferencias en cuanto a quién es el sello de esa wilâiat (polémica con Ibn ‘Arabi).
Otra gran similitud está dada por el ritual y el significado de iniciación del manto. Representa el acceso a grados de conciencia superiores y se remonta a la tradición de Hadîz-ul Kisâ del Profeta y de Ahl-ul Bait (P). Los comentadores shiítas del hadîz del manto que actualmente está en poder del Doceavo Imam, el Mahdi (P), dicen que el manto de los sufíes intenta emular al del Profeta y los Imames.
Se puede decir que ambas escuelas reconocen una forma oculta de conocimiento e instrucción. El uso del método del ta’wîl o hermenéutica espiritual en la comprensión del Sagrado Corán, el texto cósmico, y la creencia en los grados de significado dentro de la revelación resultan de la presencia de esa forma esotérica del conocimiento. El papel del Imam es central en el shiísmo. Su función como guía espiritual se asemeja mucho a la del maestro sufi. Pero el Imam en el shiîsmo añade las funciones cósmicas, y políticas que no se dan en el sufismo. El shiita trata de encontrar a su Imam, que no es otro que su guía espiritual interior. La idea del Imam como Polo del universo y el concepto de Qutb en el sufismo son casi idénticos. Como expresa Seiied Haidar Amuli al decir: El Qutb y el Imam son dos expresiones que poseen el mismo significado y se refieren a la misma persona. La doctrina del Hombre Universal o Perfecto (al-Insân al-Kâmil) tal como la expuso Ibn ‘Arabi es muy similar a la doctrina shiita del Qutb y del Imam, como lo es la doctrina del Mahdi elaborada por posteriores maestros sufíes. Todas estas doctrinas se refieren esencialmente y en último término a la misma realidad esotérica, la haqîqah muhammadîiah, presente tanto en el shiîsmo como en el sufismo. Y en este caso, en lo que hace referencia a la formulación de esta doctrina pueden haber existido influencias shiitas directas sobre posteriores formulacio-nes sufíes.
Hay una nota en el libro “Sufismo Vivo” de Husein Nasr que remite a la obra de Al-Shibí denominada “Al-Silah...”, vol 2, pag. 52/3, donde escribe que Ibn ‘Arabi hizo uso de fuentes shiítas para formular sus doctrinas de haqîqah muhammadîiah, (la realidad muhammadiana) wahdat al-uyûd (la unidad del ser) y el Mahdi.
Otra doctrina que comparten con formas algo diferentes shiítas y sufíes es la de la luz de Muhammad (al-nûr al-muhammadî) y la cadena iniciática (silsilah). El shiísmo cree que existe una Luz Primordial transmitida de un profeta a otro, y después del Profeta del Islam, a los Imames. Esta luz protege a los Profetas y a los Imames del pecado, haciéndoles infalibles (ma‘sûm) y les otorga el conocimiento de los misterios divinos. Para obtener este conocimiento el hombre debe unirse a esa luz mediante el Imam, el cual, siguiendo al Profeta actúa como intermediario entre el hombre y Dios, en la búsqueda del conocimiento divino. De la misma forma, en el sufismo, para acceder a los únicos métodos que hacen posible la realización espiritual, el hombre debe unirse a una cadena iniciática o silsilah, que se remonta hasta el Profeta y a través de la cual fluye una barakah desde la Fuente de la revelación al ser del iniciado. Husein Nasr cita a Taylor en este punto y en la enseñanza del Imam As-Sâdiq (P) sobre la Luz Muhammadiana y la cadena espiritual y su relación con el sufismo en su libro: “Ya’far al-Sadiq, spiritual forebear of the sufis”.
Otra comparación puede hacerse en lo que hace a las estaciones espirituales y gnósticas (maqamât ‘irfanîah). Si examinamos un estudio de la vida del Profeta y los Imames -nos dice Husein Nasr- como, por ejemplo, el que se halla en la recopilación de Maylisi en el Bihâr al-Anwâr, descubriremos que estos relatos se basan más que nada en los estados espirituales interiores de esos personajes. La meta de la vida religiosa en el shiísmo consiste, de hecho, en emular la vida del Profeta y los Imames y en alcanzar sus estados interiores. Aunque para la mayoría de los shiítas esto queda sólo como posibilidad latente, la élite (Jawâs) siempre ha tenido plena conciencia de ello. Las estaciones espirituales del Profeta y de los Imames pueden ser consideradas como la meta final hacia la cual se esfuerza la piedad shiíta y sobre la que se basa toda la estructura espiritual del shiísmo.
Como dice Husein Nasr (Sufismo Vivo, pag.143) los escritos de los Imames contienen un tesoro de gnosis islámica. El Nahy-ul Balâgah de ‘Alî, una de la obras más desatendidas del Islam en los estudios modernos de los islamistas occidentales, la Sahîfah Sayyadîah del cuarto Imam, Zain al-‘Âbidîn, llamada los Salmos de la Familia del Profeta, y el Usûl al-Kâfi de Kulaini, que contiene los dichos de los Imames, comprendían una exposición completa de la gnosis islámica y de hecho han servido como base para muchos comentarios gnósticos y sufíes posteriores. Las doctrinas y descripciones espirituales contenidas en ellos son esencialmente las mismas que se encuentran en los tratados sufíes clásicos.
Durante este período de la vida de los Imames hubo un íntimo contacto entre los Imames y aquellos que son considerados por los sufíes como los más grandes místicos de los primeros tiempos. Hasan al-Basri, y Uwais al-Qarani fueron discípulos de ‘Alî (P). Al-Hafi y Bastami lo fueron del Imam as-Sâdiq (P). Los primeros místicos eran conocidos como zuhhâd, ascetas, y muchos de ellos tenían contacto con los Imames y seguían su ejemplo en la vida ascética. Kumaîl en Kufa, Maîzam at-Tammâr, Rashîd al-Hayarî pertenecían al ambiente de los Imames y también los sufíes los consideran como tales. Salman, ‘Ammâr Ibn Iaser, Abû Dhar son destacados shiítas y considerados por los sufíes como polos del sufismo de los primeros tiempos. Los Imames sólo dejaron de estar asociados abiertamente con los sufíes después del octavo Imam ‘Ali al-Ridâ (P). Muchos sufíes van hoy a su santuario en Mash•had para pedirle ayuda espiritual, un maestro y la iniciación en el camino espiritual.
En el siglo nueve y diez vemos, dice Husein Nasr en la página 145 del libro citado, a algunos considerados sufíes como al-Hal•lây, que eran claramente shi‘as o de tendencia shií, y hay ciertas relaciones entre shiísmo y sufismo, particularmente en su forma ismaelí, como vemos en las claras referencias al sufismo de las Epístolas de los Hermanos de la Pureza, que si bien no son exactamente ismaelíes de origen, ciertamente proceden de un medio shii y más tarde se asocian con el ismaelismo.
Nos dice Husein Nasr (idem. pag. 147) que durante el período safávida es de especial interés la difusión de los escritos de Ibn ‘Arabi en Persia y especialmente en los círculos shiítas. Es bien sabido que Ibn ‘Arabi desde el punto de vista del madh•hab o escuela era sunni Dzâhirî. Pero también se sabe que escribió un tratado sobre las virtudes de los doce Imames (Manâqib) que siempre ha sido popular entre los shiítas (además ha sido comentado, como por Musa Jaljali, 1322 H.S., Teherán.). Había una complementariedad interior y una atracción entre los escritos de Ibn ‘Arabi y el shiísmo que hicieron inmediata y completa la integración de sus enseñanzas en la gnosis shiíta. Sufíes shiítas como Sa’ad al-Din Hamuyah, ‘Abd al-Razzâq Kashanî, Ibn Turkah Isfahanî, Seiied Haidar Amuli e Ibn Abî Yumhur, así como muchos otros gnósticos de este período están completamente imbuidos de las enseñanzas de Ibn ‘Arabi, por no hablar de los filósofos y teósofos shiítas, la culminación de los cuales se encuentra en Mul•la Sadrâ y su escuela.
Miguel Cruz Hernández dice en un artículo suyo sobre La Gnosis iluminativa de Ibn ‘Arabi y su influencia en el esoterismo de la Shia, en una publicación de los trabajos presentados al Primer Congreso sobre Ibn ‘Arabi bajo el título de “Los dos horizontes” (Murcia, 12-14 de noviembre de 1990), ed. Alfonso Carmona González, que el Seiied Haidar Amulî (1320-1386 ap.), la más importante figura shiíta del siglo XIV, al decir de Corbin, se comporta como un discípulo de Ibn ‘Arabi, aunque antepone la doctrina shiíta en lo que hace a la interpretación del sello de la wilâiat universal (‘Alî –P-), y particular (el Imam Mahdi -P-).
La influencia de Ibn ‘Arabi se encuentra a lo largo de toda la mística shiíta en Irán. Algunas de estas ideas aparecen en Mir Damad (ap. 1570-1632) y en el extraordinario Kitâb al-Asfâr al-Arba‘ah al-Aqliîah (Libro de los Cuatro viajes Espirituales) del gran Mul•la Sadrâ Shirazî (1571-1640); y hasta nuestros días. La continuidad oriental del pensamiento de Ibn ‘Arabi no es conocida en Occidente hasta bien entrados los años setenta.
Bibliografía:
* Historia de la Filosofía Islámica, Henry Corbin, ed. Trotta, 1994 Madrid.
* Muhîi-ud Din Ibn ‘Arabi, figura distinguida de la mística islámica, Mohsen Yahangiri, 1988 (3º ed.), ed. Universidad de Teherán.
* Sufismo Vivo. Ensayos sobre la dimensión esotérica del Islam, Husein Nasr. 1985, Herder. Barcelona
* La imaginación creadora en el sufismo de Ibn ‘Arabi. Henry Corbin, Ensayos Destino.
* El misticismo andalusí y el surgimiento de Ibn ‘Arabi. Claude Addas, artículo publicado en el libro “The Legacy of Muslim Spain”.
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
Monday, September 26, 2011
La Eternidad del Ser Humano
La Eternidad del Ser Humano
Preparado por “Centro Islámico de Inglaterra (Londres)”
Traducido del persa por Shaij Feisal Morhell
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 3
Libros.ir
Rayab 1421 / Septiembre 2000
Introducción
Tratar el tema de la Resurrección del ser humano, en realidad, es una respuesta a una pregunta general y universal. También es la respuesta a una necesidad individual y social, en el sentido que, al demostrar la vida después de la muerte se satisface una de las más importantes necesidades de la humanidad, esto es, el deseo de subsistir (el amor a la inmortalidad y a la eternidad). Más importante que todo, la creencia en la resurrección y la vida eterna dirige, motiva y da propósito a la vida terrenal del ser humano y mantiene los momentos inapreciables de su vida alejados de la banalidad y la falta de propósito. Por otra parte, al debatir el tema de la Resurrección se enfoca una importante cuestión histórica, filosófica, científica y social, puesto que ello es lo que implica esta creencia doctrinal y religiosa que ha sido el objeto de una profunda atención por parte de todas las religiones Divinas, incluido el mismo Islam, y hacia la cual han brindado mucha importancia.
Es tanto así que el Sagrado Corán, siempre que ha mencionado la creencia en la Resurrección y la vida después de la muerte, lo ha hecho a continuación de la creencia en Dios. Es tal la importancia que el Sagrado Corán da a este tema, que los exegetas de este Libro sagrado han manifestado que un tercio del Sagrado Corán, directamente o indirectamente, trata sobre la Resurrección.
Debe entenderse que el concepto de Resurrección es muy amplio y abarca una variedad de temas dentro de sí mismo; sin embargo, desde que el presente ensayo sólo trata la Resurrección de una forma breve, es natural que muchos de los aspectos secundarios, e incluso algunos fundamentales relacionados al tema no estén contemplados totalmente, o bien no se hayan extendido de una manera detallada. A pesar de ello, nosotros hemos tenido presente este hecho y hemos presentado la discusión de modo que el lector se vea innecesitado de tener que familiarizarse con una serie de extensos y detallados estudios. Este estudio en nuestra opinión será especialmente útil para los lectores jóvenes que, por medio de un análisis breve, deseen obtener todo lo que se necesita saber sobre la Resurrección y lograr tener una información adecuada sobre este tema.
Esta obra está conformada por tres partes, a saber:
Parte 1: La eternidad del ser humano.
Parte 2: ¿Muerte o un nuevo nacimiento?
Parte 3: Los efectos multilaterales de la creencia en la Resurrección.
La primera parte trata críticamente el concepto de Resurrección y sus implicancias. Luego, en un capítulo aparte, procedemos a tratar la posibilidad de la Resurrección y las pruebas que para ello se han presentado. A continuación, discutimos la necesidad de la Resurrección del ser humano después de la muerte. Debido a su importancia, hemos analizado en detalle esta parte, especialmente el tema de la condición inmaterial del Alma. En el último capítulo, hemos discutido la resurrección corporal y así hemos concluido la primera parte.
En la segunda parte, la naturaleza y realidad de la muerte han sido objeto de nuestra atención y análisis. Seguidamente, la visión del Sagrado Corán y las tradiciones islámicas referentes a la muerte ha sido sujetas a análisis. En este capítulo, también se ha enfocado el tema de la filosofía de la muerte. En el capítulo que sigue a esta parte, se han tratado y analizado las causas y factores que llevan a temer a la muerte. En el último capítulo de esta parte, hemos tratado la manera en que este mundo está vinculado al más allá, siendo ello tratado desde la perspective Coránica.
En la tercera parte, la parte final del libro, hemos enfocado nuestra discusión en exponer un resumen de los importantes efectos de la creencia en la Resurrección.
Cabe hacer notar que los temas se han discutido en este libro de una manera fluida, accesible y libre de cualquier complejidad y de jergas innecesarias. En otras palabras, si bien el conjunto de los temas se encuentra asociado con temas filosóficos, académicos y místicos, no sólo es comprensible para los entendidos en la materia, sino que al mismo tiempo, también es completamente comprensible para los adolescentes y jóvenes.
Parte 1. La eternidad del Ser Humano
Capítulo 1. Los diferentes puntos de vista respecto a significado de la Resurrección
Antes de que procedamos a tratar las pruebas de la eternidad del ser humano, es necesario que clarifiquemos nuestra propia concepción de “la vida después de la muerte” y “la eternidad del ser humano”. Puesto que hay diferentes concepciones a este respecto, hemos seleccionado y analizado las cuatro más importantes.
1. A través de nuestras obras o descendencia, logramos una presencia viva y de esta manera alcanzamos la eternidad. Podemos denominar a esta concepción de la eternidad como “la Eternidad en el Recuerdo”. Artesanos, escritores y artistas dejan en sus obras algo de sí mismos (como sus creencias, esperanzas, preocupaciones y cosmovisiones). Ellos anhelan que lo que han forjado, transcienda y alcance una disposición estable dentro de su sociedad de forma que sus nombres se prolonguen más allá que sus propias vidas. Otros alcanzan la inmortalidad a través del papel que han desempeñado en la historia.
2. La descendencia del ser humano prolonga y extiende su existencia y de esta manera alcanza la inmortalidad. Todos los seres humanos comparten el deseo de la inmortalidad y la subsistencia, y la reproducción es un medio para escapar del sentimiento de desazón producto de vislumbrar la extinción inevitable del ser humano. Es así que nosotros buscamos la prolongación de nuestras vidas en las vidas de nuestros hijos. Muchas personas anhelan tener un hijo varón para que sus nombres familiares se perpetúen. Ellos llaman a sus niños con sus propios nombres o el de sus antepasados y apremian a sus hijos para aceptar sus creencias, ideales y valores, e incluso escoger su profesión.
3. Después de la muerte, experimentamos una unión con la Verdad Última la cual finalmente es Una. En nuestras vidas mundanas nos olvidamos de nuestra unidad fundamental con una entidad única (Dios), y equivocadamente consideramos que somos distintos a la entidad única. Habrá un día en que comprenderemos que nuestra separación de La Entidad Única no era nada más que una ilusión y mediante nuestra liberación (de las restricciones de esa ilusión) otra vez nos uniremos con Él.
4. Podemos denominar a la cuarta concepción de eternidad como “la Vida Individual después de la Muerte”. Según este punto de vista, después de la muerte física, o bien las personas continúan viviendo, o bien es después de un período de tiempo que nuevamente empiezan sus vidas.
Cada una de estas cuatro concepciones, sobre todo la tercera y cuarta, pueden tener interpretaciones diferentes, en algunas de las cuales podemos enfocar la discusión de la Resurrección en el sentido que queremos tratar.
En cualquier caso, debe hacerse notar que la primera y segunda concepción no serán objeto de nuestro estudio, puesto que: Primeramente, tanto nuestra concepción como la de todas las otras religiones Divinas no se corresponden con las primeras dos, sino que implican algo más general, sutil, y trascendente.
En segundo lugar: En lo que hace a las dos primeras concepciones, nosotros no disentimos con los materialistas y aquellos que niegan la Resurrección, en el sentido que incluso ellos las aceptan.
En tercer lugar: La primera concepción no es global, puesto que no incluye a todas las personas, sino que se restringe a los artesanos, artistas, escritores, etc., siendo que la Resurrección considerada en Islam y las otras religiones Divinas incluye a todas las personas. Por otro lado, la segunda concepción carece de los aspectos morales y espirituales que normalmente se esperan de la creencia en la Resurrección. En otras palabras, la creencia en la Resurrección se considera una fuente de espiritualidad y virtudes, siendo que, la segunda concepción deja en el olvido estos fundamentales resultados.
En cuanto a la tercera concepción, aunque en principio no es incompatible con las creencias del Islam y otras religiones Divinas respecto a la Resurrección, e incluso puede llegar a aceptarse en general, sin embargo, no podemos circunscribir a la misma la concepción islámica de la Resurrección, sobre todo, cuando consideramos las objeciones que enfrenta. Por ejemplo, según esta concepción, el ser humano después de la muerte se une con la Entidad Única, y en ese estado no advierte su individualidad o incluso su distinción, similar a una gota de agua que se une con el océano. Esta teoría sostiene que una vez que la gota se une con la Entidad entera (el océano), ésta no preserva su identidad.
Es por eso que en adelante nuestra discusión sobre la Resurrección será en base a la cuarta concepción, por supuesto, considerando particularidades que señalaremos durante nuestra exposición.
Capítulo 2. ¿Es la Eternidad del Ser Humano posible?
Aquellos que niegan la eternidad del ser humano sostienen que la concreción de tal asunto es radicalmente imposible. Ellos explican la imposibilidad de tal asunto mediante dos objeciones:
1) Ellos sostienen que Dios no tiene el Poder para resucitar al ser humano después de la muerte, o concederle una nueva vida una vez muerto.
2) Su segunda objeción es que es imposible recomponer cuerpos que se han deteriorado y se han vuelto polvo, y en semejante estado ellos no pueden volver atrás a la forma de un ser humano. Para ello han citado consideraciones de los filósofos sobre las condiciones que deben satisfacerse para que alguna cosa pueda existir. Los filósofos (islámicos o no) sostienen que para que cualquier cosa pueda existir deben cumplirse dos condiciones, a saber:
1. El poder y la voluntad del ejecutor.
2. Capacidad de recepción en el receptor.
Para abreviar, si por ejemplo, el poder o la voluntad del ejecutor existieran, pero al receptor le faltara la capacidad de recepción del asunto en cuestión, éste puede contarse como imposible.
Aquí también, algunos son de la creencia que el Poder de Dios es infinito, pero recomponer los cuerpos deteriorados conforma en sí un acto imposible.
El Sagrado Corán, en respuesta a la primera objeción procede a explicar el Poder Infinito de Dios, y compara la Resurrección del hombre después de la muerte con la gran creación de los Cielos y la Tierra y nos recuerda que, Aquel Mismo que ha creado este universo entero posee el Poder para dar vida a los muertos.
«¿Acaso Quien creó los Cielos y la Tierra no es capaz de crear (de nuevo) lo que es igual a ellos? ¡Claro que sí! Él es el Creador, el Sapientísimo.»
Es evidente que la creación de los cielos y la tierra es más colosal que la creación del hombre. Entonces, desde que Dios es lo bastante Poderoso como para crear la Existencia entera, ¿no será Él lo bastante Poderoso como para crear de nuevo al ser humano, que es a su vez una parte de toda la Existencia?
El Sagrado Corán en respuesta a la segunda objeción también alude a la primera creación del hombre y dice:
«Y ellos dirán: “¿Quién nos devolverá (a la vida)?”. Di: “Quien os creó la primera vez”.»
En otra aleya declara:
«Nos propone un ejemplo y se olvida de su propia creación. Dice: “¿Quién dará vida a los huesos estando ellos podridos? Di: “Les dará vida Quien los originó la primera vez, y Él es Conocedor de toda creación”.»
La aleya anterior alude al argumento filosófico que sostiene que si dos o más cosas son similares, en lo que hace a su contingencia (o posibilidad de existir) o a la carencia de la misma, tendrán la misma posibilidad de existir o no-existir; es decir, si uno es posible (para existir) el otro también será posible (para existir), y viseversa, si uno es imposible (para existir), el otro también será imposible (para existir).
Así, Dios, que creó al hombre la primera vez, también es Poderoso para crearlo una vez más, e incluso la segunda creación no solo será posible, sino que en apariencia será más fácil de realizar (por supuesto, asumiendo que los términos “difícil” y “fácil” pudieran caber en la Presencia Santa de Dios), puesto que en la primera creación no estaba el factor de la experiencia, ni había un modelo, mientras que en la re-creación, se encuentran tanto la experiencia como el modelo.
En cualquier caso, desde la perspectiva del ser humano, es más simple la recreación que la primera creación, si bien con respecto a Dios, las dos son similares e igualmente fáciles.
Para demostrar que Dios es capaz de resucitar al hombre, el Sagrado Corán se refiere a la vivificación de la tierra y el crecimiento de las plantas, y considera la Resurrección de los humanos como similar a la vivificación de la tierra que tiene lugar todos los años en la primavera. ¿Acaso el hombre no observa cómo es que las hojas de los árboles caen todos los otoños y entonces se pudren y vuelven a la tierra, pero en la próxima primavera, las nuevas hojas y capullos visten las plantas, y la tierra se vuelve fresca y verde? A pesar de todo esto, cuando se expone su propia Resurrección y renacimiento, él considera que esto es imposible y extraño, e insiste en negarlo.
El Sagrado Corán dice:
«Y Dios es Quien envía los vientos que levantan una nube; entonces Nosotros lo conducimos a un territorio muerto y mediante ello le damos vida a la tierra después de muerta. Asimismo es la Resurrección.»
Por consiguiente el mismo Dios que todos los años trae a la vida y renueva la tierra muerta, tendrá el poder para crear al hombre de nuevo, después de la muerte. Porque, haciendo crecer nuevamente las plantas todos los años, Dios en realidad, convierte la tierra muerta en células vivientes, a través del crecimiento renovado de plantas y árboles. Además de esto, si enfocamos nuestra atención en el comienzo de la creación de la vida en la Tierra, concluiremos que, al principio, nada existía en la misma y que luego del surgimiento de la vida aparecieron las plantas por primera vez en la superficie terrestre. Este maravilloso y asombroso fenómeno continúa siendo un misterio para los estudiosos. Sin embargo, es claro que la vida vegetal ha surgido de esta misma tierra muerta.
La Creación del Embrión
Otro ejemplo que se cita en el Sagrado Corán con el propósito de atraer nuestra atención y demostrar el Poder Ilimitado de Dios, es la creación del embrión. Declara que aquellos que están en duda y se encuentran vacilantes respecto a la posibilidad de la Resurrección, deben reflexionar en cómo Nosotros los hemos creado de un gota de semen. Entonces, Nosotros convertimos este esperma-gota en un 'alaqah' (el grumo de sangre). Después de eso le hicimos crecer en el útero y finalmente le dimos la forma de un humano completo. Nosotros los trajimos al mundo por medio de sus madres.
«¿Acaso no era más que una gota de esperma emitido? Luego fue un crúor de sangre, entonces Él lo creó y formó. Entonces hizo de él la pareja, el varón y la hembra. ¿Acaso no puede Él traer lo muerto a la vida?»
La aleya anterior y otras que tratan sobre el Más Allá, consideran la vuelta a la vida después de la muerte como un fenómeno natural y similar a la creación del embrión y el nacimiento de un niño, o como el brote y crecimiento de las plantas; en consecuencia, considera la Resurrección como cualquier otro acto divino, al contrario de aquellos que niegan la Resurrección y la ven como un fenómeno extraño e imposible, y no piensan que en la Naturaleza pueda encontrarse algo similar.
En resumen, es posible decir que fundamentalmente debemos equilibrar nuestra perspectiva sobre la Resurrección y observar a la misma a través de la mira de las aleyas del Sagrado Corán. En tal caso, no sólo no consideraremos que la Resurrección es imposible, sino que comprenderemos que es algo necesario e inevitable, lo cual trataremos en la sección siguiente.
La Transformación de la Energía
Las personas en el pasado pensaban que la energía se agotaba y se destruía después del uso. Por ejemplo, pensaban que la energía solar después de irradiarse hacia la Tierra y los otros planetas se destruía; pero hoy la ciencia ha demostrado que esa energía no se destruye sino que se transforma y se manifiesta en otras formas diferentes de energía. En otras palabras, la energía continúa existiendo en nuevas condiciones y en un nuevo ambiente.
El Sagrado Corán, también ha utilizado este tema para demostrar la posibilidad de la Resurrección, diciendo:
«Y nos propone una parábola y se olvida de su propia creación. Dice: “¿Quién dará vida a los huesos encontrándose éstos desintegrados?”. Di:”Les dará vida Quién los originó por vez primera; Él es el Conocedor de toda la Creación. Él es Quién os ha dispuesto el fuego del árbol verde, y he ahí que vosotros con él encendéis (el fuego)”.»
La interpretación más apropiada para las aleyas anteriores según algunos de los exegetas del Corán, y que ha sido confirmada por los recientes avances y descubrimientos científicos, es que las plantas y los árboles, a lo largo de sus vidas absorben regularmente luz y calor del sol, y además de ello, también absorben agua y otras substancias necesarias de la tierra por medio de sus raíces, y por la combinación de éstos, generan la celulosa que forma el cuerpo y la madera de los árboles.
Es así que las plantas, para absorber las substancias vitales de la tierra, deben utilizar el calor y luz del sol como una energía activa. Es debido a la utilización de esta luz y calor que los árboles día a día crecen y se desarrollan, y acumulan una gran cantidad de energía solar dentro de sí transformándola en madera. En el proceso de quemar un pedazo de madera, se libera la energía solar contenida en el árbol volviendo a la forma de luz y calor. Según las aleyas del Sagrado Corán, la Resurrección del ser humano no es diferente a esto, y es por eso mismo que, estas aleyas hacen referencia a la primera creación de lhombre, y luego de ello a la Resurrección y a otra realidad similar que es la transformación de la energía.
Otro punto interesante que se encuentra en la aleya es que, normalmente nosotros consideramos que la madera seca es más conveniente para ser quemada, siendo que en la aleya se hace referencia a un árbol verde. Quizás, la razón esté en que el verdor de los árboles y sus hojas es condición para la absorción del calor y la luz del sol. En palabras más claras, es el árbol vivo y verde el que puede transformar la energía del sol en madera y acumularla en su interior, siendo que el árbol seco no posee semejante capacidad. De esta manera, vemos que la aleya dice: “Ese Dios que ha dispuesto el fuego (para quemar) a partir del árbol verde, tiene el Poder para resucitar al ser humano después de la muerte.”
En resumen, una de las cosas a las que el Sagrado Corán ha hecho referencia para establecer la posibilidad o la necesidad de la Resurrección de los humanos, es el retorno de la energía o la transformación de la misma bajo condiciones diferentes.
Los Motivos para negar la Resurrección
Hemos observado que los negadores de la Resurrección no tienen ninguna prueba filosófica, datos experimentales o incluso un argumento convincente en apoyo de lo que sostienen. Sus argumentos siempre se centran alrededor de lo increíble de dar vida a los huesos deteriorados y desintegrados, y sólo se restringen a ello. Debido a esto, el Sagrado Corán no procede a contestar sus dudas y objeciones, puesto que, fundamentalmente, estas personas no sostienen ningún argumento científico para sus pretensiones, al contrario, en la sura Al-Qiâmah, luego de referir las palabras de aquellos que niegan la Resurrección, procede a indicar sus motivos para negarla, que consisten en: la promiscuidad, el libertinaje y en pocas palabras, escapar de la carga del compromiso y la responsabilidad, desde que la aceptación de la Resurrección implica comprometerse y aceptar responsabilidades, cosa que algunas personas no aprueban y en cambio son de la creencia que uno debe dedicarse a buscar el placer y los beneficios materiales de este mundo tanto como sea posible. Ésta es la razón principal para rechazar la Resurrección y la creencia en Dios.
Con respecto a esto, el Sagrado Corán dice:
«¿Supone el hombre que no reuniremos sus huesos? ¡Claro que sí! Nosotros tenemos el poder de reconfigurar las yemas de sus dedos. Pero, el hombre desea corromper su devenir.»
Los idólatras y los que niegan la Resurrección han expuesto otros argumentos en apoyo de su postura que no son nada más que palabrerías sin sentido. Estos argumentos no contienen ninguna demostración racional, filosófica, lógica o científica. ¡Ellos dicen que la creencia en la Resurrección es sólo una fábula heredada de los antiguos! En otras palabras, por el solo hecho de que la creencia en Dios y en la Resurrección, que son comunes a todas las religiones divinas, han estado presentes entre las personas religiosas desde tiempos inmemoriales y se han considerado de entre los principios de la religión, los idólatras y los que niegan la Resurrección, en lugar de presentar evidencias que demuestren la inexactitud de estas creencias, simplemente afirman que éstas no son sino mitos y leyendas del pasado.
El Sagrado Corán expone su argumento como sigue:
"Y aquellos que descreen dicen: “¿Acaso cuando nos hayamos vuelto polvo así como nuestros padres, seremos extraídos (de la tierra)? Por cierto que ya se nos había antes prometido esto, a nosotros y a nuestros padres. Esto no es más que fábulas de los antiguos”.»
Cualquier persona sensata se percata de que tal palabrería ociosa no merece ninguna respuesta o contestación, porque la antigüedad histórica de una idea no significa su desacierto, y una persona justa debe aceptar o debe rechazar una materia en base a la prueba y evidencia y no en base a si la materia en cuestión es anticuada o nueva. Es por esta razón que el Sagrado Corán no se ocupa en responder estas afirmaciones, sino que mas bien argumenta la posibilidad y la necesidad de la Resurrección. Estos razonamientos son tan fuertes y elucidadores que cualquier persona que reflexione lo suficiente en ellos, no sólo verá adecuadamente demostrada la creencia en la Resurrección, sino que incluso se le aclararán el resto de las dudas y dilemas.
Sûra Iâ-Sîn; 36: 81.
Sûra Al-Isrâ; 17: 51.
Sûra Iâ-Sîn; 36: 78-79.
Es claro que estas palabras o vocablos presentan un significado desde nuestra perspectiva, la de las criaturas y seres humanos limitados, pero en relación a Dios, el Infinito, carecen de sentido. El Imam Alî (P), refiriéndose al hecho de que Dios no necesitó de razonamiento y experiencia para originar la creación, dice lo siguiente: “Dios originó la creación, y la comenzó sin necesidad de razonamiento y análisis, y sin haberse valido de experiencia alguna”. (Nahy Al-Balâgah, disertación Nº 1).
Sûra Fâtir; 35: 9.
Sûra Al-Qiâmah; 75: 37-40.
Sûra Iâ-Sîn; 36: 78-80.
Tomado de Peiâm-e-Qur’ân (El Mensaje del Corán), t.5, p.194.
Sûra Al-Qiâmah; 75: 3-5.
Sûra An-Naml; 27: 67-68.
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
Preparado por “Centro Islámico de Inglaterra (Londres)”
Traducido del persa por Shaij Feisal Morhell
El Mensaje de Az-Zaqalain
Año V, N° 17, Artículo N° 3
Libros.ir
Rayab 1421 / Septiembre 2000
Introducción
Tratar el tema de la Resurrección del ser humano, en realidad, es una respuesta a una pregunta general y universal. También es la respuesta a una necesidad individual y social, en el sentido que, al demostrar la vida después de la muerte se satisface una de las más importantes necesidades de la humanidad, esto es, el deseo de subsistir (el amor a la inmortalidad y a la eternidad). Más importante que todo, la creencia en la resurrección y la vida eterna dirige, motiva y da propósito a la vida terrenal del ser humano y mantiene los momentos inapreciables de su vida alejados de la banalidad y la falta de propósito. Por otra parte, al debatir el tema de la Resurrección se enfoca una importante cuestión histórica, filosófica, científica y social, puesto que ello es lo que implica esta creencia doctrinal y religiosa que ha sido el objeto de una profunda atención por parte de todas las religiones Divinas, incluido el mismo Islam, y hacia la cual han brindado mucha importancia.
Es tanto así que el Sagrado Corán, siempre que ha mencionado la creencia en la Resurrección y la vida después de la muerte, lo ha hecho a continuación de la creencia en Dios. Es tal la importancia que el Sagrado Corán da a este tema, que los exegetas de este Libro sagrado han manifestado que un tercio del Sagrado Corán, directamente o indirectamente, trata sobre la Resurrección.
Debe entenderse que el concepto de Resurrección es muy amplio y abarca una variedad de temas dentro de sí mismo; sin embargo, desde que el presente ensayo sólo trata la Resurrección de una forma breve, es natural que muchos de los aspectos secundarios, e incluso algunos fundamentales relacionados al tema no estén contemplados totalmente, o bien no se hayan extendido de una manera detallada. A pesar de ello, nosotros hemos tenido presente este hecho y hemos presentado la discusión de modo que el lector se vea innecesitado de tener que familiarizarse con una serie de extensos y detallados estudios. Este estudio en nuestra opinión será especialmente útil para los lectores jóvenes que, por medio de un análisis breve, deseen obtener todo lo que se necesita saber sobre la Resurrección y lograr tener una información adecuada sobre este tema.
Esta obra está conformada por tres partes, a saber:
Parte 1: La eternidad del ser humano.
Parte 2: ¿Muerte o un nuevo nacimiento?
Parte 3: Los efectos multilaterales de la creencia en la Resurrección.
La primera parte trata críticamente el concepto de Resurrección y sus implicancias. Luego, en un capítulo aparte, procedemos a tratar la posibilidad de la Resurrección y las pruebas que para ello se han presentado. A continuación, discutimos la necesidad de la Resurrección del ser humano después de la muerte. Debido a su importancia, hemos analizado en detalle esta parte, especialmente el tema de la condición inmaterial del Alma. En el último capítulo, hemos discutido la resurrección corporal y así hemos concluido la primera parte.
En la segunda parte, la naturaleza y realidad de la muerte han sido objeto de nuestra atención y análisis. Seguidamente, la visión del Sagrado Corán y las tradiciones islámicas referentes a la muerte ha sido sujetas a análisis. En este capítulo, también se ha enfocado el tema de la filosofía de la muerte. En el capítulo que sigue a esta parte, se han tratado y analizado las causas y factores que llevan a temer a la muerte. En el último capítulo de esta parte, hemos tratado la manera en que este mundo está vinculado al más allá, siendo ello tratado desde la perspective Coránica.
En la tercera parte, la parte final del libro, hemos enfocado nuestra discusión en exponer un resumen de los importantes efectos de la creencia en la Resurrección.
Cabe hacer notar que los temas se han discutido en este libro de una manera fluida, accesible y libre de cualquier complejidad y de jergas innecesarias. En otras palabras, si bien el conjunto de los temas se encuentra asociado con temas filosóficos, académicos y místicos, no sólo es comprensible para los entendidos en la materia, sino que al mismo tiempo, también es completamente comprensible para los adolescentes y jóvenes.
Parte 1. La eternidad del Ser Humano
Capítulo 1. Los diferentes puntos de vista respecto a significado de la Resurrección
Antes de que procedamos a tratar las pruebas de la eternidad del ser humano, es necesario que clarifiquemos nuestra propia concepción de “la vida después de la muerte” y “la eternidad del ser humano”. Puesto que hay diferentes concepciones a este respecto, hemos seleccionado y analizado las cuatro más importantes.
1. A través de nuestras obras o descendencia, logramos una presencia viva y de esta manera alcanzamos la eternidad. Podemos denominar a esta concepción de la eternidad como “la Eternidad en el Recuerdo”. Artesanos, escritores y artistas dejan en sus obras algo de sí mismos (como sus creencias, esperanzas, preocupaciones y cosmovisiones). Ellos anhelan que lo que han forjado, transcienda y alcance una disposición estable dentro de su sociedad de forma que sus nombres se prolonguen más allá que sus propias vidas. Otros alcanzan la inmortalidad a través del papel que han desempeñado en la historia.
2. La descendencia del ser humano prolonga y extiende su existencia y de esta manera alcanza la inmortalidad. Todos los seres humanos comparten el deseo de la inmortalidad y la subsistencia, y la reproducción es un medio para escapar del sentimiento de desazón producto de vislumbrar la extinción inevitable del ser humano. Es así que nosotros buscamos la prolongación de nuestras vidas en las vidas de nuestros hijos. Muchas personas anhelan tener un hijo varón para que sus nombres familiares se perpetúen. Ellos llaman a sus niños con sus propios nombres o el de sus antepasados y apremian a sus hijos para aceptar sus creencias, ideales y valores, e incluso escoger su profesión.
3. Después de la muerte, experimentamos una unión con la Verdad Última la cual finalmente es Una. En nuestras vidas mundanas nos olvidamos de nuestra unidad fundamental con una entidad única (Dios), y equivocadamente consideramos que somos distintos a la entidad única. Habrá un día en que comprenderemos que nuestra separación de La Entidad Única no era nada más que una ilusión y mediante nuestra liberación (de las restricciones de esa ilusión) otra vez nos uniremos con Él.
4. Podemos denominar a la cuarta concepción de eternidad como “la Vida Individual después de la Muerte”. Según este punto de vista, después de la muerte física, o bien las personas continúan viviendo, o bien es después de un período de tiempo que nuevamente empiezan sus vidas.
Cada una de estas cuatro concepciones, sobre todo la tercera y cuarta, pueden tener interpretaciones diferentes, en algunas de las cuales podemos enfocar la discusión de la Resurrección en el sentido que queremos tratar.
En cualquier caso, debe hacerse notar que la primera y segunda concepción no serán objeto de nuestro estudio, puesto que: Primeramente, tanto nuestra concepción como la de todas las otras religiones Divinas no se corresponden con las primeras dos, sino que implican algo más general, sutil, y trascendente.
En segundo lugar: En lo que hace a las dos primeras concepciones, nosotros no disentimos con los materialistas y aquellos que niegan la Resurrección, en el sentido que incluso ellos las aceptan.
En tercer lugar: La primera concepción no es global, puesto que no incluye a todas las personas, sino que se restringe a los artesanos, artistas, escritores, etc., siendo que la Resurrección considerada en Islam y las otras religiones Divinas incluye a todas las personas. Por otro lado, la segunda concepción carece de los aspectos morales y espirituales que normalmente se esperan de la creencia en la Resurrección. En otras palabras, la creencia en la Resurrección se considera una fuente de espiritualidad y virtudes, siendo que, la segunda concepción deja en el olvido estos fundamentales resultados.
En cuanto a la tercera concepción, aunque en principio no es incompatible con las creencias del Islam y otras religiones Divinas respecto a la Resurrección, e incluso puede llegar a aceptarse en general, sin embargo, no podemos circunscribir a la misma la concepción islámica de la Resurrección, sobre todo, cuando consideramos las objeciones que enfrenta. Por ejemplo, según esta concepción, el ser humano después de la muerte se une con la Entidad Única, y en ese estado no advierte su individualidad o incluso su distinción, similar a una gota de agua que se une con el océano. Esta teoría sostiene que una vez que la gota se une con la Entidad entera (el océano), ésta no preserva su identidad.
Es por eso que en adelante nuestra discusión sobre la Resurrección será en base a la cuarta concepción, por supuesto, considerando particularidades que señalaremos durante nuestra exposición.
Capítulo 2. ¿Es la Eternidad del Ser Humano posible?
Aquellos que niegan la eternidad del ser humano sostienen que la concreción de tal asunto es radicalmente imposible. Ellos explican la imposibilidad de tal asunto mediante dos objeciones:
1) Ellos sostienen que Dios no tiene el Poder para resucitar al ser humano después de la muerte, o concederle una nueva vida una vez muerto.
2) Su segunda objeción es que es imposible recomponer cuerpos que se han deteriorado y se han vuelto polvo, y en semejante estado ellos no pueden volver atrás a la forma de un ser humano. Para ello han citado consideraciones de los filósofos sobre las condiciones que deben satisfacerse para que alguna cosa pueda existir. Los filósofos (islámicos o no) sostienen que para que cualquier cosa pueda existir deben cumplirse dos condiciones, a saber:
1. El poder y la voluntad del ejecutor.
2. Capacidad de recepción en el receptor.
Para abreviar, si por ejemplo, el poder o la voluntad del ejecutor existieran, pero al receptor le faltara la capacidad de recepción del asunto en cuestión, éste puede contarse como imposible.
Aquí también, algunos son de la creencia que el Poder de Dios es infinito, pero recomponer los cuerpos deteriorados conforma en sí un acto imposible.
El Sagrado Corán, en respuesta a la primera objeción procede a explicar el Poder Infinito de Dios, y compara la Resurrección del hombre después de la muerte con la gran creación de los Cielos y la Tierra y nos recuerda que, Aquel Mismo que ha creado este universo entero posee el Poder para dar vida a los muertos.
«¿Acaso Quien creó los Cielos y la Tierra no es capaz de crear (de nuevo) lo que es igual a ellos? ¡Claro que sí! Él es el Creador, el Sapientísimo.»
Es evidente que la creación de los cielos y la tierra es más colosal que la creación del hombre. Entonces, desde que Dios es lo bastante Poderoso como para crear la Existencia entera, ¿no será Él lo bastante Poderoso como para crear de nuevo al ser humano, que es a su vez una parte de toda la Existencia?
El Sagrado Corán en respuesta a la segunda objeción también alude a la primera creación del hombre y dice:
«Y ellos dirán: “¿Quién nos devolverá (a la vida)?”. Di: “Quien os creó la primera vez”.»
En otra aleya declara:
«Nos propone un ejemplo y se olvida de su propia creación. Dice: “¿Quién dará vida a los huesos estando ellos podridos? Di: “Les dará vida Quien los originó la primera vez, y Él es Conocedor de toda creación”.»
La aleya anterior alude al argumento filosófico que sostiene que si dos o más cosas son similares, en lo que hace a su contingencia (o posibilidad de existir) o a la carencia de la misma, tendrán la misma posibilidad de existir o no-existir; es decir, si uno es posible (para existir) el otro también será posible (para existir), y viseversa, si uno es imposible (para existir), el otro también será imposible (para existir).
Así, Dios, que creó al hombre la primera vez, también es Poderoso para crearlo una vez más, e incluso la segunda creación no solo será posible, sino que en apariencia será más fácil de realizar (por supuesto, asumiendo que los términos “difícil” y “fácil” pudieran caber en la Presencia Santa de Dios), puesto que en la primera creación no estaba el factor de la experiencia, ni había un modelo, mientras que en la re-creación, se encuentran tanto la experiencia como el modelo.
En cualquier caso, desde la perspectiva del ser humano, es más simple la recreación que la primera creación, si bien con respecto a Dios, las dos son similares e igualmente fáciles.
Para demostrar que Dios es capaz de resucitar al hombre, el Sagrado Corán se refiere a la vivificación de la tierra y el crecimiento de las plantas, y considera la Resurrección de los humanos como similar a la vivificación de la tierra que tiene lugar todos los años en la primavera. ¿Acaso el hombre no observa cómo es que las hojas de los árboles caen todos los otoños y entonces se pudren y vuelven a la tierra, pero en la próxima primavera, las nuevas hojas y capullos visten las plantas, y la tierra se vuelve fresca y verde? A pesar de todo esto, cuando se expone su propia Resurrección y renacimiento, él considera que esto es imposible y extraño, e insiste en negarlo.
El Sagrado Corán dice:
«Y Dios es Quien envía los vientos que levantan una nube; entonces Nosotros lo conducimos a un territorio muerto y mediante ello le damos vida a la tierra después de muerta. Asimismo es la Resurrección.»
Por consiguiente el mismo Dios que todos los años trae a la vida y renueva la tierra muerta, tendrá el poder para crear al hombre de nuevo, después de la muerte. Porque, haciendo crecer nuevamente las plantas todos los años, Dios en realidad, convierte la tierra muerta en células vivientes, a través del crecimiento renovado de plantas y árboles. Además de esto, si enfocamos nuestra atención en el comienzo de la creación de la vida en la Tierra, concluiremos que, al principio, nada existía en la misma y que luego del surgimiento de la vida aparecieron las plantas por primera vez en la superficie terrestre. Este maravilloso y asombroso fenómeno continúa siendo un misterio para los estudiosos. Sin embargo, es claro que la vida vegetal ha surgido de esta misma tierra muerta.
La Creación del Embrión
Otro ejemplo que se cita en el Sagrado Corán con el propósito de atraer nuestra atención y demostrar el Poder Ilimitado de Dios, es la creación del embrión. Declara que aquellos que están en duda y se encuentran vacilantes respecto a la posibilidad de la Resurrección, deben reflexionar en cómo Nosotros los hemos creado de un gota de semen. Entonces, Nosotros convertimos este esperma-gota en un 'alaqah' (el grumo de sangre). Después de eso le hicimos crecer en el útero y finalmente le dimos la forma de un humano completo. Nosotros los trajimos al mundo por medio de sus madres.
«¿Acaso no era más que una gota de esperma emitido? Luego fue un crúor de sangre, entonces Él lo creó y formó. Entonces hizo de él la pareja, el varón y la hembra. ¿Acaso no puede Él traer lo muerto a la vida?»
La aleya anterior y otras que tratan sobre el Más Allá, consideran la vuelta a la vida después de la muerte como un fenómeno natural y similar a la creación del embrión y el nacimiento de un niño, o como el brote y crecimiento de las plantas; en consecuencia, considera la Resurrección como cualquier otro acto divino, al contrario de aquellos que niegan la Resurrección y la ven como un fenómeno extraño e imposible, y no piensan que en la Naturaleza pueda encontrarse algo similar.
En resumen, es posible decir que fundamentalmente debemos equilibrar nuestra perspectiva sobre la Resurrección y observar a la misma a través de la mira de las aleyas del Sagrado Corán. En tal caso, no sólo no consideraremos que la Resurrección es imposible, sino que comprenderemos que es algo necesario e inevitable, lo cual trataremos en la sección siguiente.
La Transformación de la Energía
Las personas en el pasado pensaban que la energía se agotaba y se destruía después del uso. Por ejemplo, pensaban que la energía solar después de irradiarse hacia la Tierra y los otros planetas se destruía; pero hoy la ciencia ha demostrado que esa energía no se destruye sino que se transforma y se manifiesta en otras formas diferentes de energía. En otras palabras, la energía continúa existiendo en nuevas condiciones y en un nuevo ambiente.
El Sagrado Corán, también ha utilizado este tema para demostrar la posibilidad de la Resurrección, diciendo:
«Y nos propone una parábola y se olvida de su propia creación. Dice: “¿Quién dará vida a los huesos encontrándose éstos desintegrados?”. Di:”Les dará vida Quién los originó por vez primera; Él es el Conocedor de toda la Creación. Él es Quién os ha dispuesto el fuego del árbol verde, y he ahí que vosotros con él encendéis (el fuego)”.»
La interpretación más apropiada para las aleyas anteriores según algunos de los exegetas del Corán, y que ha sido confirmada por los recientes avances y descubrimientos científicos, es que las plantas y los árboles, a lo largo de sus vidas absorben regularmente luz y calor del sol, y además de ello, también absorben agua y otras substancias necesarias de la tierra por medio de sus raíces, y por la combinación de éstos, generan la celulosa que forma el cuerpo y la madera de los árboles.
Es así que las plantas, para absorber las substancias vitales de la tierra, deben utilizar el calor y luz del sol como una energía activa. Es debido a la utilización de esta luz y calor que los árboles día a día crecen y se desarrollan, y acumulan una gran cantidad de energía solar dentro de sí transformándola en madera. En el proceso de quemar un pedazo de madera, se libera la energía solar contenida en el árbol volviendo a la forma de luz y calor. Según las aleyas del Sagrado Corán, la Resurrección del ser humano no es diferente a esto, y es por eso mismo que, estas aleyas hacen referencia a la primera creación de lhombre, y luego de ello a la Resurrección y a otra realidad similar que es la transformación de la energía.
Otro punto interesante que se encuentra en la aleya es que, normalmente nosotros consideramos que la madera seca es más conveniente para ser quemada, siendo que en la aleya se hace referencia a un árbol verde. Quizás, la razón esté en que el verdor de los árboles y sus hojas es condición para la absorción del calor y la luz del sol. En palabras más claras, es el árbol vivo y verde el que puede transformar la energía del sol en madera y acumularla en su interior, siendo que el árbol seco no posee semejante capacidad. De esta manera, vemos que la aleya dice: “Ese Dios que ha dispuesto el fuego (para quemar) a partir del árbol verde, tiene el Poder para resucitar al ser humano después de la muerte.”
En resumen, una de las cosas a las que el Sagrado Corán ha hecho referencia para establecer la posibilidad o la necesidad de la Resurrección de los humanos, es el retorno de la energía o la transformación de la misma bajo condiciones diferentes.
Los Motivos para negar la Resurrección
Hemos observado que los negadores de la Resurrección no tienen ninguna prueba filosófica, datos experimentales o incluso un argumento convincente en apoyo de lo que sostienen. Sus argumentos siempre se centran alrededor de lo increíble de dar vida a los huesos deteriorados y desintegrados, y sólo se restringen a ello. Debido a esto, el Sagrado Corán no procede a contestar sus dudas y objeciones, puesto que, fundamentalmente, estas personas no sostienen ningún argumento científico para sus pretensiones, al contrario, en la sura Al-Qiâmah, luego de referir las palabras de aquellos que niegan la Resurrección, procede a indicar sus motivos para negarla, que consisten en: la promiscuidad, el libertinaje y en pocas palabras, escapar de la carga del compromiso y la responsabilidad, desde que la aceptación de la Resurrección implica comprometerse y aceptar responsabilidades, cosa que algunas personas no aprueban y en cambio son de la creencia que uno debe dedicarse a buscar el placer y los beneficios materiales de este mundo tanto como sea posible. Ésta es la razón principal para rechazar la Resurrección y la creencia en Dios.
Con respecto a esto, el Sagrado Corán dice:
«¿Supone el hombre que no reuniremos sus huesos? ¡Claro que sí! Nosotros tenemos el poder de reconfigurar las yemas de sus dedos. Pero, el hombre desea corromper su devenir.»
Los idólatras y los que niegan la Resurrección han expuesto otros argumentos en apoyo de su postura que no son nada más que palabrerías sin sentido. Estos argumentos no contienen ninguna demostración racional, filosófica, lógica o científica. ¡Ellos dicen que la creencia en la Resurrección es sólo una fábula heredada de los antiguos! En otras palabras, por el solo hecho de que la creencia en Dios y en la Resurrección, que son comunes a todas las religiones divinas, han estado presentes entre las personas religiosas desde tiempos inmemoriales y se han considerado de entre los principios de la religión, los idólatras y los que niegan la Resurrección, en lugar de presentar evidencias que demuestren la inexactitud de estas creencias, simplemente afirman que éstas no son sino mitos y leyendas del pasado.
El Sagrado Corán expone su argumento como sigue:
"Y aquellos que descreen dicen: “¿Acaso cuando nos hayamos vuelto polvo así como nuestros padres, seremos extraídos (de la tierra)? Por cierto que ya se nos había antes prometido esto, a nosotros y a nuestros padres. Esto no es más que fábulas de los antiguos”.»
Cualquier persona sensata se percata de que tal palabrería ociosa no merece ninguna respuesta o contestación, porque la antigüedad histórica de una idea no significa su desacierto, y una persona justa debe aceptar o debe rechazar una materia en base a la prueba y evidencia y no en base a si la materia en cuestión es anticuada o nueva. Es por esta razón que el Sagrado Corán no se ocupa en responder estas afirmaciones, sino que mas bien argumenta la posibilidad y la necesidad de la Resurrección. Estos razonamientos son tan fuertes y elucidadores que cualquier persona que reflexione lo suficiente en ellos, no sólo verá adecuadamente demostrada la creencia en la Resurrección, sino que incluso se le aclararán el resto de las dudas y dilemas.
Sûra Iâ-Sîn; 36: 81.
Sûra Al-Isrâ; 17: 51.
Sûra Iâ-Sîn; 36: 78-79.
Es claro que estas palabras o vocablos presentan un significado desde nuestra perspectiva, la de las criaturas y seres humanos limitados, pero en relación a Dios, el Infinito, carecen de sentido. El Imam Alî (P), refiriéndose al hecho de que Dios no necesitó de razonamiento y experiencia para originar la creación, dice lo siguiente: “Dios originó la creación, y la comenzó sin necesidad de razonamiento y análisis, y sin haberse valido de experiencia alguna”. (Nahy Al-Balâgah, disertación Nº 1).
Sûra Fâtir; 35: 9.
Sûra Al-Qiâmah; 75: 37-40.
Sûra Iâ-Sîn; 36: 78-80.
Tomado de Peiâm-e-Qur’ân (El Mensaje del Corán), t.5, p.194.
Sûra Al-Qiâmah; 75: 3-5.
Sûra An-Naml; 27: 67-68.
Libros.ir
http://libros.ir/libros/Biblioteca%20Islamica/Revistas%20y%20articulos%20de%20temas%20diversos%20(48)/Revista%20Az-Zaqalain/AzZaqalain17.pdf
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