Friday, July 10, 2009

La cuestión iraní

La cuestión iraní
Por Enrique Ortega Salinas, Analista

La prensa tiene el tremendo poder de decidir quién es la víctima y quién el tirano en un conflicto, a quien hay que defender y a quien hay que odiar y cuáles son las represalias que indica el sentido común, el menos común de los sentidos. Vivimos dentro de una burbuja creada por las grandes cadenas internacionales de información y vemos lo que aquellas quieren que veamos; por lo tanto, sentimos y creemos lo que aquellas quieren que sintamos y creamos. Si consideramos que esas cadenas pertenecen a los partidarios de la globalización capitalista y la expansión del modelo occidental, no es extraño que el monstruo de la película sea el Presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, el Hugo Chávez de Oriente, el único de la región árabe que no acepta convertirse en cipayo de las grandes potencias.

Los medios como CNN llaman “reformista” al ex Premier Mussawi, cuando en realidad el reformista ha sido Ahmadinejad, que ha impulsado el concepto del socialismo islámico y busca distribuir con justicia social la renta petrolera. La CNN habla de manifestaciones pacíficas de la oposición y una corresponsal afirma que las mujeres que llevan piedras lo hacen “para defenderse de la policía”. Claudia Palacios entrevistó esta semana a un representante iraní y le preguntó si había posibilidad de realizar nuevas elecciones; el entrevistado le dijo algo así como: “Permítame antes indicarle que mientras usted me entrevista están pasando imágenes de manifestaciones de la oposición que sí son pacíficas, y esas son las imágenes que recorren el mundo; pero ¿por qué no informan del asalto a una comisaría realizada hace tres días con la intención de robar armas?” De inmediato Claudia Palacios le cortó y exigió volver al tema anterior. ¿No era importante revelar que no todas las acciones opositoras eran tan inocentes? Pero vamos, con la cara dulce de Claudia Palacios, nadie puede pensar en falta de objetividad de la CNN. Considerando que esta cadena suele repetir cada nota hasta el hartazgo, me pasé todo el día pendiente de la reiteración para tomar debida nota del nombre del representante iraní a efectos de escribir sobre el tema. No la repitieron.

Estados Unidos ha dedicado 400 millones de dólares a la desestabilización del gobierno de Ahmadinejad (lo han reconocido ellos, y a confesión de parte relevo de pruebas), mientras que Obama va para atrás y para adelante; por un lado dice que los asuntos iraníes deben resolverlos los iraníes, pero por otro se entromete a más no poder cuando los republicanos, águilas, halcones y otras aves de rapiña de la Casa Blanca le aprietan las clavijas.

Estados Unidos viene interviniendo en Irán desde que Mohamed Mossadegh decretara la nacionalización del petróleo el 2 de mayo de 1951, logrando en un solo año más ingresos para Irán que los que había obtenido durante medio siglo con la explotación de las compañías extranjeras. Cometido el crimen de dar a los iraníes lo que era de los iraníes, la diplomacia norteamericana generó un golpe de estado que dio con los huesos de Mossadegh en la cárcel, acusado de “conspiración” y, faltaba más, de comunista, imponiéndose finalmente en el poder a Reza Khan, de la dinastía Pahlevi. El heredero del gobierno, el Sha Reza Pahlevi, de mentalidad e intereses occidentales, dirigió un régimen opresivo y criminal; los sospechosos de disidencia eran ahorcados por la policía secreta, a otros les quemaban los párpados o eran arrojados a planchas metálicas al rojo vivo. Su régimen de terror sucumbió en 1979 a manos de la revolución islámica liderada por el ayatolá Jomeini. Siendo actualmente el líder supremo el ayatolá Alí Jamenei, Irán se ha convertido en una potencia científica y tecnológica que impulsa sobre todo una revolución espiritual y no tiene urgencia alguna de caer en la llamada globalización. Jamenei asegura que en cincuenta años su país será la primera potencia tecnológica y científica.

Lo más importante es que el gobierno iraní, cualesquiera que sean sus falencias y errores, busca que el petróleo sea distribuido dando prioridad a las capas más humildes, lo que explica que Ahmadinejad sea el preferido por los pobres a la hora de votar.

El resultado de la elección no debería asombrar a nadie; se corresponde con los resultados que anunciaban las encuestas realizadas por los mismos norteamericanos, caso del Instituto Rockefeller. Poco importa que India y Pakistán también tengan armamento nuclear, ni que Israel posea cerca de 600 ojivas nucleares en los silos de Kefar Zekharya, ni que Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otras potencias estén armadas hasta los dientes… hay que poner el grito en el cielo cuando quienes quieren explotar la energía nuclear, aunque sea con fines pacíficos, no son aliados; también hay que impedir que el petróleo se utilice para eliminar el hambre de un pueblo en lugar de seguir enriqueciendo a los dueños de la Shell y otras multinacionales. A como dé lugar, hay que exterminar a los Chávez, a los Ahmadinejad, a los Correa, y a todos los “comunistas” que se atreven a incumplir las directivas de Washington y Londres. Con Irán se puede repetir la farsa de Irak y las armas que jamás aparecieron; pero no hace falta desplegar ejércitos invasores y cometer nuevamente el mismo error que tan caro costara, basta con mover los alfiles y peones, es decir, los periodistas de las grandes cadenas noticiosas internacionales. Ellos se encargarán de movilizar a las masas para que hagan el trabajo sucio y todo se tiña de revolución popular.

CNN logra conseguir imágenes de las manifestaciones opositoras, pero no consigue ninguna que muestre a millones de iraníes apoyando al gobierno. Treinta personas se reúnen frente al consulado venezolano en EEUU a protestar contra Chávez y la noticia recorre el planeta; miles invaden las calles de Caracas para apoyarlo y ni Dios se entera. Al intento de Uribe de ser reelegido para un tercer mandato se le llama “proyecto reeleccionista”, pero al mismo proyecto presentado por Chávez se le denomina “intento de perpetuarse en el poder”. A Medvedev se le llamó “el carnicero del Cáucaso, pero a Olmert no se le llamó “el carnicero del Medio Oriente”. Alan García cerró una radio durante el conflicto con los indígenas, pero CNN no se enteró, si la hubiera clausurado Chávez o Evo Morales la SIP y la CNN se estarían revolcando por el piso.

Es parte del juego. Ellos deciden lo que es noticia, quién es culpable y quién inocente, lo que debemos y no debemos saber de la cuestión venezolana o la cuestión iraní.

LR21
http://www.larepublica.com.uy/editorial/371105

Iran Hoy
http://iranhoy.wordpress.com/2009/07/08/la-cuestion-irani/

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