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Actualizado: 18/12/2014 08:38 GMT
El primer ministro de Australia, Tony Abbott, ha reconocido este jueves que el reciente incidente de toma de rehenes en una cafetería en la ciudad suroriental de Sídney ha sido una "advertencia".
"Esto ha sido una advertencia atroz", ha admitido el premier en una conversación con la radio Macquaire.
Al ser preguntado sobre el movimiento libre del autor de la tragedia, a pesar de que la agencia de seguridad conocía sus antecedentes penales, ha reiterado que ya ha ordenado una investigación sobre los hechos que condujeron a la toma de rehenes.
"Esta fue una atrocidad, que podría haber sido evitable, es por eso que una investigación rápida y exhaustiva es tan importante", ha precisado.
Al indicar que "es imposible e incorrecto" en una sociedad libre vigilar a todos los ciudadanos, Abbott ha matizado que un Gobierno ha de "tener vigilados a todos", cuando hay evidencia significativa de personas dispuestas a hacer daño.
En alusión al aumento del presupuesto de seguridad, ha confirmado que últimamente más de $600 millones se han dedicado a agencias de seguridad y organizaciones antiterroristas.
Por último, tras reconocer la caída en su popularidad con respecto a su rendimiento, ha apuntado que esto no le preocupa tanto. "Sé que hay unos 23 millones de jueces por ahí (refiriendo a la población del país) y dejo a cada uno de ellos juzgar de su propia manera".
El lunes, un hombre armado, identificado como Man Haron Monis, de 50 años, el cual con fecha anterior había jurado su fidelidad al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), secuestró a 17 personas en un café en el centro de Sídney. Sin embargo cuando la Policía acabó con el asedio, dos rehenes y el atacante murieron.
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